Keep the Faith

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La señal de REC estaba parpadeando en el visor de la cámara. En el tono verde cadavérico del modo de visión nocturna, el rostro de Musichetta se encuadraba en un agresivo primer plano contrapicado.

―Hemos... parado en algún lugar... ―jadeó entrecortadamente. Su mirada viajaba erráticamente de la cámara a su alrededor, ansiosa y vigilante―. No tenemos mucho tiempo. Si alguien encuentra esta grabación, sólo queremos que la verdad se... Joder, Bossu, ¿tienes que acercar tanto la cámara? Se me ve la nariz por dentro.

Bossuet chasqueó la lengua sin dejar de grabar.

―Tú di tus frases y déjame a mí los aspectos creativos, ¿vale? Vamos otra vez desde el principio. ¿Crees que puedes llorar un poco y hacer que me lo crea?

―¡Tú sí que vas a llorar si no dejas de grabarme los poros!

―Chicos ―llamó lastimeramente Joly, que se sentaba encogido al fondo de la furgoneta―. Por favor, apagad eso. Volverán en cualquier momento y si nos ven... si nos ven... ¿Quieres quitar eso de mi cara?

―Tú sigue hablando, como si yo no estuviera ―le indicó Bossuet, que estaba manipulando el enfoque para conseguir una toma convenientemente borrosa.

―Sí, dinos ―lo alentó Musichetta―. ¿Qué crees que nos harán si nos descubren? Con muchos detalles. Ah, y repite la pregunta en tu respuesta.

―¡Es que estáis mal de la cabeza! ―se desesperó Joly―. Esos tíos son asesinos buscados, ¡son violentos y tienen un hacha! Oh, dios, vamos a... morir aquí...

Mientras Joly hiperventilaba, Musichetta y Bossuet intercambiaron una mirada creativamente satisfecha. En ese momento se abrió la puerta y el interior de la furgoneta se llenó de la luz parpadeante de la vieja gasolinera en la que habían estacionado.

―Bueno ―anunció Courfeyrac―, pues aquí está tu sándwich, M&M's y patatas fritas ―dijo repartiendo el contenido de la bolsa de plástico entre Bossuet y Musichetta―. No tenían Pepsi de cereza, lo siento.

―No pasa nada ―dijo Bossuet, que se conformó con una normal.

―¿Seguro que no quieres nada? ―preguntó Courfeyrac a Joly mientras este lo miraba con aprensión―. Última oportunidad para ir al baño.

―¿Vais a matarnos a todos?

Courfeyrac se heló a medio bocado de donut glaseado.

―Pues... no, no creo ―dijo con la boca llena―. Yo no, al menos. Puedo preguntar a los otros, si quieres; no siempre estamos de acuerdo. Oye, no me mires así, todos tenemos problemas.

Joly apretó los labios en una línea temblorosa, como si llorara para adentro. Bossuet le dio unas palmaditas reconfortantes en la rodilla... o más bien en el muslo. Joly no reparó en ello pero Musichetta sí.

―Bueno ―comentó la chica mientras se asomaba al interior de la bolsa de M&M's y seleccionaba sólo los rojos―, ¿y ahora, qué?

―No sé, la verdad. Todo está pasando muy deprisa. ―Courfeyrac se sentó cansadamente en el escalón de la puerta―. ¿Así que sois de la prensa? ¿De qué canal?

―De la... ¿CNN? ―intentó Bossuet en tono esperanzado. En un sentido muy amplio, podría ser casi cierto. Tenían en exclusiva la noticia del momento, así que cuando aquello acabara iban a poder trabajar donde quisieran. Es decir, si es que vivían para contarlo y eso pero ¡eh!, no iban a dejar que la posibilidad de ser asesinados los desanimara, ¿verdad? Eso no sería profesional.

―Sois noticia en todo el país, ¿no lo sabías? ―dijo Musichetta.

―Y también trending topic ―añadió Bossuet.

God's Gonna Cut You Down | Les Miserables Humor/Road Trip AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora