20|Enfrentamientos

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Martes por la noche

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Martes por la noche...

Las horas pasan en un abrir y cerrar de ojos cuando menos deseamos que así sea, o sí... aunque no nos demos cuenta de que es lo que queremos, pues a veces son tantas las cosas que tenemos en la mente, que muchas otras cuestiones pasan a un segundo término, o simplemente van perdiendo importancia.

Ámbar camina entre los autos del estacionamiento escolar, un pequeño sobresalto se hace presente cuando la mano de Matteo se entrelaza con la suya, la rubia simplemente le dedica una suave sonrisa y continúa caminando a su lado, ha sido ya un día de gran incertidumbre, pues muy a pesar de que se muere por preguntar al italiano si existe la mínima posibilidad de que Emilia esté esperando un hijo suyo, ha sido más fuerte el temor que Ámbar siente de que algo pueda suceder que los separe ahora que por fin han logrado atreverse a estar juntos.

Ella sabe lo que es crecer sin un padre presente en su vida, y es algo que no desearía para el hijo de Emilia, mucho menos ser ella la causa de que eso pueda ocurrir, claro que hay mil y una opciones para que Matteo pueda estar presente en la vida de ese niño, opciones en las que la rubia no puede dejar de pensar, incluso sin poder estar segura de que tal embarazo realmente exista.

- ¡Vinieron! - la entusiasmada voz de Delfina saca a Ámbar de sus pensamientos, y no tarda en recibir un corto abrazo por parte de la pelinegra - Creí que no estarías de humor para esto - dice mirando a Ámbar, pues sabe que es ahora la rubia quien más ha estado impaciente por contactar a Benicio, lo cual ha sido imposible para todos.

- Creímos que el italiano podría andar por aquí -

- O que Emilia podría saber algo de él - menciona Matteo un tanto dudoso, y sin poder evitar notar la incomodidad de Ámbar ante la mención de la otra rubia - Luna insinuó que algo pasó entre ellos durante las vacaciones de invierno, se lo dijo a Ámbar -

- No deberían confiar tanto en Luna - bufa Delfina, provocando ahora que Ámbar la observe con nerviosismo, el haber tenido el posible embarazo de Emilia en la mente le había hecho olvidar todo ese asunto de la rubia y Gastón.

¿Qué hacer con esa información? ¿Debería decírselo a Delfina? ¿Lograr que la, ya quebrada, relación de la pelinegra y su mejor amigo termine por quebrarse al punto de una inevitable y definitiva separación?

Decide que Delfina se merece la verdad, pero no tiene tiempo a decir nada, cuando la pelinegra ya ha salido corriendo en dirección a los vestidores, pues faltan tan sólo unos minutos para que el partido de inicio, y son las animadoras quienes harán un espectáculo de apertura junto a la banda escolar, el cual dará oportunidad a muchas de las chicas del equipo para terminar de afianzar su tan deseada beca deportiva.

...

- ¿Emilia? - Delfina asoma la cabeza al interior de los sanitarios femeninos, pues no pudo ignorar a la rubia que salió corriendo a refugiarse ahí - ¿Estás bien? - la observa con duda y preocupación mientras la chica permanece recargada contra el lavamanos, su rostro se ve pálido, su semblante es terrible, pero lo que más alarma a Delfina es la manera en que, repentinamente, la rubia lleva sus manos en dirección a su abdomen, al mismo tiempo que encorva su cuerpo mientras gime de dolor - ¡Emilia...! - la pelinegra no tarda en acercarse a ella, por lo que la rubia le dedica una mirada llena de angustia.

In the name of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora