Capítulo XVI: ¿El Final?

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-Gumi: ¡Ya recuerdo de que me suena esta habitación!

Aquella habitación no le sonaba mucho, pero ella tenía la impresión de que la había visto en algún momento, a si que decidió sacar el libro que tenía en su mochila y sacó de el un libro que estaba leyendo, empezó a rebuscar por las páginas hasta que llegó al la página 66, allí estaba una imagen exacta de la habitación en la que estaban.

-Gumi: ¡Chicos! ¡Mirad el libro!

-Gumi mostró el libro a los demás, dejándolos atónitos. ¿Cómo era posible que esta misma habitación fuera la misma que en la que salía en el libro? No podía ser una simple coincidencia, una habitación así que nadie había encontrado ahora parecía ser que no fueron los únicos que encontraron este lugar.

-Ioya: Pero...¿C- Cómo puede ser e-esto?

-Yuki: Todo los planetas se alinearon para esta gran coincidencia.

-Jeremy: No creo que haya ocurrido eso.

-Mateo: Sí ya ha estado aquí alguien, seguro que se llevó el reloj.

-Jeremy: Bueno, puede que no llegase hasta el final, puede que el autor sea aquel esqueleto.....

-Ioya: Entonces...si él murió aquí eso significa.......¿Q-qué n-n....nosotros.....v-vamos a m-morir a-aquí?!

-Jeremy: No moriremos aquí, antes conseguiremos salir y viviremos felices todos, pero ahora tenemos que concentrarnos y averiguar cómo salir de aquí.

Nuestros protagonistas no tenían tampoco mucho tiempo, los caza tesoros les pisaban los talones y debían llegar cuanto antes al final.

-Gumi: No lo creo, el libro sigue diciendo que hay otras habitaciones y más trampas y pruebas, seguro que encontró una salida para poder llegar al final.

En el fondo del túnel se escuchaban voces acercándose.

-Mateo: ¡No tenemos tiempo! ¡Tiene que decir algo sobre una salida!

-Gumi: Aquí no dice absolutamente nada, solo está describiendo detalladamente la habitación, habitación oscura, muchos bichos, paredes húmedas y viscosas......¡Ya lo tengo!

-Jeremy: ¿Y cuál es la puñetera salida?

-Gumi: Hay una baldosa suelta en medio de la habitación, tenemos que abrirla y meternos dentro.

-Ioya: ¡Vamos, se están acercando todavía más!

En seguida se metieron en la baldosa y cerraron antes de que los caza tesoros entraran, habían desaparecido por completo, se habían escapado por los pelos. Uno de los caza tesoros que entro en la habitación, cabreado, se quito su gorra, la agarro con desprecio y la tiro al suelo para después pisotearla como si no hubiese un mañana, ese hombre era el jefe de aquella banda que se dedicaba a robar tesoros o hallazgos arqueológicos.

Aquel hombre era alto y delgaducho, con una piel bastante pálida con alguna que otra cicatriz o quemadura, la cara también tenía cicatrices, pero eran pequeñas, todas menos una, una enorme cicatriz que recorría toda su cara desde el cuello hasta que se escondía entre el pelo de aquel enfermizo personaje.

Después de dejar aplastada la gorra sonrió de una manera sádica y le dijo a sus secuaces.

-???: ¡Como no los encontréis estáis MUERTOS!

-Secuaz 1: Pero señor, no hay rastro de ellos, tal vez hayan muerto.

-???: ¡IDIOTA! Si hubieran muerto sus cuerpos estarían aquí desmembrados, en un charco de sangre.

-Secuaz 2: ¿Y cómo sabe que hubieran acabado exactamente de esa manera?

-???: Porque yo me habría encargado de arrancarle a cada uno sus extremidades y luego los habría bañado en su propia sangre.

-Secuaz 3: Señor, he encontrado algo.

En cuanto escuchó eso, el jefe miró a su secuaz con una mirada sádica, como si tuviese ganas de que su cómplice la cagase para poder desahogarse con él.

-???: ¿Y qué has encontrado?

-Secuaz 3: E-es u-un l-libro m-mi s-ssssseñor.

-???: ¡¡¿¿Y PARA QUE DIANTRES QUIERO YO UN LIBRO??!!

Secuaz 3: S-señor....el libro es de aquellos muchachos, tal vez hayan encontrado la manera de salir gracias al libro....m-mi s-señor.

-???: Es una posible respuesta, pero ya sabes que pasa si esa no es la respuesta, ¿verdad?

El jefe saco su cuchillo y lo puso en el cuello de su compinche, este sabía que si fallaba le esperaba una terrible muerte a manos de su jefe, asi que se arriesgo a seguir con su idea.

-???: Bueno, leamos el libro, haber que dice....

Empezó a rebuscar en el libro entre las páginas, leyendo palabras salteadas y de vez en cuando mirando las páginas en las que había un paisaje o un cuadro, entre esas páginas encontró una imagen bastante parecida a la de la habitación, nada más encontrar esta página empezó a leer la página anterior en busca de pistas hasta que....

-???: ¡Eres un genio! Así quiero veros trabajar, como premio, hoy no te mato, ¿entendido?

-Secuaz 3: S-Señor....hubiera preferido que.....

-???: Ni se te ocurra pedirme nada más, eres ya bastante afortunado al trabajar conmigo más de una semana sin morir, si quieres seguir con vida, deja de ser tan arrogante y encuentra a esa panda de niñatos.

-Secuaz 3: A sus ordenes....m-mi señor...

Mientras tanto, nuestros aventureros protagonistas se sumergían en lo más profundo de aquella cueva, ahora estos bajaban por una viejas escaleras, por suerte para ellos, la escalera tampoco estaba en tan mal estado y pudieron bajar sin complicaciones hasta llegar al un curioso pasadizo, este pasadizo a diferencia que el anterior, tenía el suelo de mármol y las paredes seguían un patrón de rombos bastante hipnotizante, solo se veía al fondo una pequeña luz que parecía ser el final de esta cueva.

-Mateo: ¡Mirad! ¡Se ve allí a lo lejos una luz!

-Gumi: Creo que deberíamos darnos prisa en salir de aquí.... Creo que me he dejado el libro y si ellos lo encuentran seguramente encuentren también la misma salida que nosotros....

-Álvaro: ¿Estas diciendo que has perdido el libro que podría habernos guiado?

-Gumi: Em......si.....lo siento.....

-Ioya: ¿Entonces que vamos a hacer? Si no tenemos ese libro.....¿moriremos?

-Mateo: ¡No! Vamos a ir hacia delante pase lo que pase, tenemos que llegar hacia el final del pasillo ¿vale?

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