Ojos ciegos

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Seokjin abrió los ojos lentamente.

  —¡SeokJin! —BamBam se acercó a la cama preocupado—. ¿Estás bien...?

El ángel se incorporó lentamente y recordó todo, luego observó al pequeño mestizo.

  —¿Dónde está...?

  —¿Namjoon...? Está discutiendo con el consejo.

SeokJin asintió y se sentó en la cama.

  —¿Qué me ha pasado?

  —Te desmayaste; al llegar aquí estabas inconsciente...Namjoon me ordenó que me quedase con usted.

  —¿Y Jackson y Mark?

  —Yugyeom los vigila.

  —Debo ir con ellos —intentó levantarse, pero fue detenido por el menor.

  —No podemos, Namjoon nos ha encerrado por nuestra propia seguridad.

Seokjin suspiró y observó el cuarto detenidamente. Era oscuro totalmente: Paredes rojo oscuro, suelo gris y techo negro. Las sábanas con un tono de gris más claro, y los muebles todos negros o de tonos grises o rojo oscuros. 

Observó la ventana: hasta los mismos cristales estaban teñidos de negro.

Pero eso no le molestaba, en absoluto, de alguna forma era tranquilizador. Su palacio era demasiado blanco, tanto que le agobiaba. En este cuarto se sentía algo mejor. 

Le recordaba a él.

Los dos chicos se alarmaron cuando oyeron unas llaves girar y la puerta abrirse.

Namjoon apareció soltando un sonoro suspiro sin percatarse de que el ángel ya había despertado.

  —Est- —no terminó ni la palabra ya que SeokJin corrió hacia él y lo abrazó con todas sus fuerzas, haciéndolo chocar contra la puerta ya cerrada—. ¿S-Seokjin...?

El nombrado abrazaba su cuerpo con fuerza buscando consuelo una vez más, escondiendo su rostro en su pecho. 

Namjoon suspiró y con cuidado levantó en brazos al mayor quien se aferró a su cuello. 

Se separó de la puerta y BamBam entendió, saliendo de la habitación.

El demonio se sentó en su cama dejando al ángel sobre sus piernas, correspondiendo al abrazo al oír los primeros sollozos.

  —¿Cómo estás? —sabía que no respondería a la pregunta pero quería oír su voz.

  —No me sueltes...

Sonrió un poco al obtener lo que quería y lo abrazó más, acariciando su espalda lentamente.

  —No lo haré.

SeokJin se permitió a sí mismo disfrutar de aquello. Disfrutar las caricias y cuidados del menor que realmente conseguían calmarlo. Conseguían hacerle sentir bien.

Mejor que cualquier ángel.

Tras unos minutos, Seokjin se separó un poco y lo observó. Sus gafas estaban rotas.

Alzó una mano para quitárselas pero esta fue bruscamente detenida por el dueño.

  —No.

SeokJin lo miró, neutro. Lo necesitaba. Necesitaba ver su rostro completo. Necesitaba ver el rostro completo de la persona que amaba.

  —Por favor.

Namjoon lo miró unos segundos. 

Lo sabía. 

Ángeles y Demonios, 14 Razones Para Terminar La Guerra [BTS-Got7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora