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Llamé a su telefono y nunca respondió, pude averiguar que había vuelto a Argentina, el muy desgraciado nos volvió a abandonar.

Pasaron dos años y el cumpleaños de nuestra hija Belén era en dos semanas, todos iban a venir a la fiesta, la familia entera volvería a Milan para festejar con nosotras.

En el hotel todo ya estaba listo para recibir a la familia, varias habitaciones privadas y como siempre el último piso era exclusivo para ellos.

Cuando fuimos al aeropuerto a recibirlos descubrimos que él estaba con ellos.

Mi cara al volverlo a ver se desfiguró, el muy degraciado seguía tan guapo como siempre.

Sara corrió a mi encuentro y me alejó de los demás.

-¿Qué hace él acá?-le pregunté enojada.

-No me mates hija, Bruno viene a conocer a sus hijas y quiere llevarlas a Argentina con él.

-Está loco o que le pasa, mis hijas son italianas y ningún juez de este país las va a separar de mí.

-No te adelantes.

-Oye tú, si vos estúpido, ni pienses que vas a llevarte a mis hijas a ningún lado, ellas son mías.

-Hola gatita ponzoñosa, guardá tus garras que tenemos que ponernos deacuerdo con la custodia.

-Qué custodia ni una mierda,  ellas no se mueven de Milan y menos con vos desgraciado.

Miguel me agarraba de los brazos, yo ya quería tirarmele encima.

-Siempre dando espectáculos baratos, Pamela.
Y desde hoy mismo te quiero fuera de mi hotel, no somos nada, vos estás ocupando un lugar que no te corresponde.

-Hijo, ella lo cuida desde hace años, vos abandonaste todo eso, no tenés verguenza.

-Mi capital está invertido todo ahí y ella está sacando provecho de eso.

-Tu capital decís, yo saldé tu deuda con el banco hace años y desde ese día soy socia capitalista, tengo el cincuenta y un por ciento de las acciones, vos el veinte y Jess el veintinueve por ciento.

-Como que vos tenés todas esas acciones.

-Tu padre siempre desconfió de vos y me donó sus acciones y los otros dos hoteles están a mi nombre también.

Miró a su padre y lo maldijo.

-Ella y mis nietas son lo más importante que tenemos en este país, vos las abandonaste, yo no pude hacer lo mismo.

-¿Todos sabían de esto?

Todos afirmaron con la cabeza.

-Y ella supo administrar muy bien los hoteles, vos en cambio huiste de tus responsabilidades.

-Huí, ella me hechó la última vez que nos vimos.

Todo esto se daba en el hall del aeropuerto.

-Basta estamos dando un terrible espectáculo, vayamos al hotel.

-Yo me busco otro, con esta mujer no pienso ni compartir ni el taxi.

-Por qué mejor no volvés por donde viniste, ves esas dos niñas son tus hijas y aún siguen esperandote.

Miró a su derecha y mis hijas estaban llorando abrazadas a su abuela.

-Hola hijas, están tan lindas, vengan con papá.

Ellas no se movieron, Lourdes, tomó mi mano y me pidió irnos, no quería ver a ese hombre.

-Si mi amor ya nos vamos.
Familia los espero en el hotel, nosotras nos vamos, mis hijas están asustadas y no deseán ver a este hombre.

NO SUELTES MI MANO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora