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Busqué a mis hijas y verlas me llenó el alma, las abracé y les dí muchos besos.

Belén me preguntó que me pasaba y yo no pude confirmarle que papá había regresado.

Volvimos al hotel y Olivia se hizo cargo de ellas.

Yo fuí a la oficina y  Jess estaba trabajando, entré muy sonriente y desde el escritorio me miró raro.

-¿Qué te pasó que no volviste de la escuela y ahora tenés esa cara de tonta?

-Volvió Jess, Bruno me encontró y me buscó en el jardín de infantes.

-Como que mi amigo volvió, recuperó la memoria.

-Aún no, pero tiene sueños conmigo y de casualidad se cruzó con la escuela y me siguió y hoy se animó a hablarme, me invitó un café y estuvimos toda la mañana hablando, mejor dicho yo hablé, él escuchó todo sin interrumpirme y por unas horas volví a ver a mi Bruno de antes.

-¿Pamela en qué quedaron entonces?

-Que iba a pensarlo muy bien y que decidiese lo que fuese que su corazón le dicte, yo iba a respetarlo, mis hijas no pueden sufrir un nuevo abandono de su parte, lloraron mucho ya.

-¿Cómo está mi amigo?

-Hermoso como siempre, tiene algunas canas a los costados del las orejas, pero le quedan bellas igual, cuando me fuí le dí un beso en la mejilla y sentí una electricidad al tocarlo.

-¿Pam aún lo amas como antes verdad?

-Más aún, si aquella vez no pude olvidarlo, ahora menos, lo sigo esperando cada noche, mi cama está muy vacía sin él a mi lado.

-Amiga lo de ustedes tiene que volver a concretarse, mi amigo tiene que recordar todo.

-Eso espero Jess, lo necesitamos muchisimo.

Por la noche la pantalla de mi telefono se encendió y encontré un mensaje de él.

#Que duermas bien princesa, dales un beso a esas hijas hermosas que tenemos, mañana voy a volver a buscarte.

No supe si contestarle o dejarlo así, releí el texto mil veces, no era un error, él me escribió, todo comenzaba a salir mejor.

Esa noche no pude dormir de la anciedad de verlo a la mañana siguiente.

Me dí una ducha repatadora y bajé al comedor a buscar a mis hijas, ya estaban listas y salimos hacia la escuela, las dos llevaban sus uniformes bien prolijamente arreglados, sus peinados eran la envidia de algunas madres.

Llegamos en taxi porque mi bebé rodante estaba en el taller.

Miré para todos lados y no lo ví, me entristeció no encontrarlo, le dí un beso a cada una de mis hijas y se fueron con la maestra dentro de la escuela.

Caminé hasta la esquina y lo ví cruzar la calle, en sus manos tenía dos paquetes grandes.

-Perdón llegué tarde, entré en una juguetería y no me dí cuenta la hora.

-No hay problema, lo importante es que volviste.

-Y vos no respondiste mi mensaje de anoche.

-No quise incomodarte.

-Y ahora que hago con estas cajas de muñecas.

-Son para ellas.

-Claro, no sé si les gustan las Barbys.

-Juegan todo el día con ellas.

-Menos mal, porque no sabía que comprarles.
Qué hacemos ahora, tenés ganas de ir a caminar un rato.

NO SUELTES MI MANO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora