Depresión

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—Vic... —murmuró Mike llamando mi atención— Hay que salir.

—No quiero— contesté cubriéndome con mis cobijas—.

—Si quieres — dijo Mike bufando—  Ándale, intento que dejes de pensar en suicidarte.

Solté un manotazo al aire cuando Mike intentó acercarse a quitarme las cobijas.

—¡Idiota!— se quejó— ¡Me dolió!

—A mi también me dolió el beso— comenté con tristeza al recordar aquella escena en la cafetería—.

—Vale— dijo Mike rindiéndose— Tendré que usar medidas extremas.

Mike salió de mi habitación, azotando la puerta con un poco de fuerza y dejándome solo de nuevo, aunque tampoco es que me molestara.

Realmente desde que había pasado lo del beso en la cafetería y mi última plática con Kellin, no me había animado a ir a la escuela, mucho menos a contestarle los mensajes y llamadas a Kellin.

Honestamente no sabía ni que pensar, me causaba un gran conflicto interior el hecho de haber visto aquella escena en la que Kellin y Matty se besaban.

Es decir, no eramos nada Kellin y yo, pero aún así, era doloroso el hecho de saber que se había atrevido a besar a alguien más justo cuando yo estaba en el intento de pedirle que sea mi novio.

Dolía que prefería a alguien más que a mí.

Además, aún cuando esa escena dejara de repetirse en mi mente, no podía evitar sentirme molesto por el simple hecho de saber y recordar que le comenté a Kellin cómo me sentía con respecto al tema de las infidelidades.

Él sabía lo mucho que me afectaba y lo inseguro que era en cuanto a una relación.

Sabía que después de lo de Jaime, me costaba un poco confiar en las personas, y me asustaba de sobremanera que de repente empezaran a alejarse de mí sin ninguna razón.

No quería volver a pasar por lo que pasé cuando terminé con Jaime, porque realmente fue muy doloroso.

Pero ahora que pasó esto de Kellin, me doy cuenta que yo sólo creía querer a Jaime, porque este dolor era mucho mayor al que sentí antes.

Kellin Quinn me había logrado enamorar y ahora lloraba porque me había roto el corazón.

Patético y dramático.

—Vamos, Vic, arriba— dijo Mike entrando a mi habitación de nuevo y sacándome de mis pensamientos—.

—No— dije volteandome del lado opuesto a donde se él se encontraba—.

—Vic, por favor— rogó de nuevo Mike— No me hagas usar mi ultima carta bajo la manga.

—Hazlo— lo reté— De igual forma no me moveré.

—De acuerdo.

Escuché que otras pisadas ajenas a las de mi hermano, entraban a mi habitación.

Por un segundo creí que era mi mamá, pero aun así, sabiendo eso, no me moví.

Ella debería de entenderme, es decir, no es por nada pero mi padre también le llegó a romper el corazón varias veces.

—Mamá— dije sin saber si era ella o no, aunque era lo más probable— Dile a Mike que me deje hundir en mi depresión.

—No— contestó aquella voz tan reconocible por mí y que me obligó a enderezarme de un salto— Saldremos, Vic.

Sentí que mi respiración se aceleraba al igual que mi pulso, y que mis ojos se cristalizaban levemente cuando aquella imagen de él y Matty besándose, regresó a mi mente.

Volteé a ver a Mike con una ceja enarcada y buscando alguna respuesta lógica de su parte, pero lo único que obtuve fue una sonrisa inocente.

—Maldito traidor— murmuré mientras lo fulminaba con la mirada y antes de volver a centrar mi atención en Kellin—.

NO [Kellic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora