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Caminata

alex

Finalmente Shawn y yo decidimos vestirnos y levantarnos de la cama.

—¿Quieres ir a caminar un poco?

—Hace frío—digo extrañada—. O bueno, sí, está bien.

Me abrigo bien y comenzamos nuestra caminata a no sé dónde.

—¿Y qué estabas haciendo antes de que llegara?

—Escuchando música.

—¿Drake?—niego—. Un grupo indie que tanto te gustan, quizá...

—Estaba escuchando tus canciones, decidí darle una oportunidad y no me has decepcionado del todo.

—Del todo, eh.

—Cariño, ¿qué rayos pensabas al escribir Lost In Japan? Es decir, no tiene nada de sentido para mí.

—Amo Japón.

Ruedo los ojos y niego, éste hombre me trae mal.

—¿Quieres ir a comer mañana a Deenos y ver el partido de la Juve?

Él hace una pequeña mueca y se para en frente de mí.

Toma mis dos manos y me mira fijamente a los ojos.

—Alex, tú sabes cuánto te amo y nunca será mi intención lastimarte, el viaje a Nueva York fue un desastre porque me comporté como un idiota.

¿De cuándo acá menciona ese viaje?

—Shawn, está bien, los problemas nos mantienen más fuertes y si me permites, quiero seguir contigo y crecer como persona, conocer más lugares, tener experiencias tan...—

—Alex, no puedo seguir contigo.

Y es como si un balde de agua helada me hubiera caído encima.

—¿P-Por qué? ¿Hice algo mal?

—Para nada, no has hecho nada más que portarte de lo mejor conmigo y demostrar tus emociones, aún cuando sé que te es difícil—quiero llorar—. Me acosté con alguien.

—¿Cuándo?

—Hace unos meses.

—Oh.

¿Qué digo?

—Y al parecer, esa chica quedó embarazada y voy hacerme responsable.

—¿Es Camila?—él baja la mirada—. Claro que es ella.

De un momento a otro me encuentro lanzándole pequeñas piedras. Y él al descubierto, trata de esquivarlas.

—¡Sabía que no merecías que yo te tuviera la suficiente confianza para demostrarte todo lo que sentía, no vales para nada la pena! No pensaste con la cabeza de acá arriba, puedes estar muy guapo pero eres horrendo por dentro—como ya no tengo más piedritas, me acerco a él y lo "empujo" aunque no lo mueva tanto, quiero desquitarme.

—No mereces nada, mas que fracasos, hiciste daño a una de las personas que demostró su lado más sincero contigo y le pagas con esto. ¡Te odio!—y me he quebrado, una vez más en este año; él trata de abrazarme pero no lo dejo—. No me vuelvas a buscar en tu maldita vida, ya no eres nadie significante para mi.

Y con las pocas ganas de vivir que tengo en éste preciso instante, regreso a la casa y me encierro en mi cuarto, tratando de contener mi enojo y lágrimas pero es casi imposible.

Hasta que me he cansado de llorar y me dispongo a dormir, en realidad, aún seguía llorando y no me he dado cuenta que se me cerraron los ojos.

Shawn Mendes es un idiota.

•••

4:45 a.m

Llevo más de doce horas dormida y tengo demasiada hambre, salgo del cuarto en busca de comida nutritiva o chatarra, la primera que se atraviese.

Uh, tacos de carne roja.

Ruffles y CapriSun en la despensa, ay Dios santo, gracias Hannia, te amo.

Caliento los tacos y me llevo las Ruffles y los jugos a mi cuarto.

Mientras estoy comiendo y compartiendo memes, entra un mensaje de Lau, el sobrino de Dybala.

"Qué haces despierta tan temprano?? No se supone que donde vives, son como las 4 casi 5?"

Le mando un audio diciéndole que tuve hambre y me encuentro comiendo tranquilamente.

Él pone la excusa que saldrá de viaje y está en el aeropuerto.

"¿Podemos hacer FaceTime?"

Y en segundos nos conectamos.

Es claro que traigo lentes oscuros porque no quiero que vea mis ojos mega hinchados y me vea más asquerosa.

—Quítate los lentes, quiero ver tus ojos.

—Dan asco, no.

—¿Cómo una Diosa Griega puede dar asco?

Echo una carcajada por su tremenda labia y cambio de tema, diciendo que los Ruffles son una de las mejores frituras que puede haber, después de los Takis, obvio.

—Dice Pau, que algunos amigos que tiene que son mexicanos, además de comer los Takis fuego también le echan más salsa. Yo termino súper enchilado y mis nariz goteando por lo mucho que me picaría.

—Eres una nena.

—No tiene nada de malo serlo, así me quieres.

Y no para.

—Creo que deberías terminar a gusto tu comida nocturna.

—Por mí está bien pero, si te necesitas ir...

—Ya están formándose para pasar al avión, cuando llegue a mi destino te hablo sin falta—sonríe—. Te quiero, ¡dormís eh!

Yo sin saber lo que dijo al último, solo lo del "te quiero", sonrío y hago como que le mando un beso.

Y finalizo la llamada.

Y es así como un día comienza bien.

Suspiro y vuelvo a acostarme. No será fácil todo esto.

Impossible|| s.m. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora