CAPÍTULO 42

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Estaba caminando por el pasillo de la escuela, me dirigía a la dirección, ya que la profesora me había regañado por no estar prestando atención en todo el día. ¿Y cómo podía concentrarme en la explicación de la docente si mientras tanto Nicholas estaba siendo robado?, esa vieja no podía comprender la desesperación que estaba sintiendo en este momento.

No sé qué manía tienen los maestros de mandarte a la dirección como castigo, la verdad es que, si tuviéramos un director que diera miedo como un sargento, sería otra historia, pero el nuestro no da ni un poco de miedo. El director anterior se había jubilado, y este, encima de ser nuevo, no transmitía ni una pizca de autoridad a sus alumnos.

Cuando iba a llamar a la dirección, la puerta de esta se abrió de repente, en un movimiento violento. Y dos chicas salieron de ella, mientras una voz les gritaba desde dentro.

— ¡Esperen!, ¡No pueden irse todavía!, tienen que hacer trabajo comunitario para reponer...

— ¡Cállese!, un hobbit no va a darnos órdenes — dijo una de ellas y continuaron caminando, con expresiones estoicas en los rostros, sentí miedo cuando entendí que estaba estorbando el escape de ellas, pero lo oculté, lo peor que puedes hacer con personas como ellas, es mostrarles debilidad — Córrete, fea, estorbas — y diciendo eso me esquivaron y siguieron su camino por el pasillo.

El director apareció del interior de la oficina, y vio como las chicas que debía regañar, lo llamaban hobbit y se marchaban por el pasillo. Se llevó una mano al rostro y suspiró cansado.

— Pasa — me dijo cuando se vio más repuesto. Yo obedecí e ingresé a la dirección, detrás de él.

Miré al director mientras este se acomodaba en su sillón. Realmente era un hombre de poca estatura, pero muy cruel de aquellas chicas llamarlo hobbit.

— Siéntate y dime porqué estás aquí.

— Mi profesora me mandó porque estuve distraída toda la clase.

El director se cruzó de brazos y me miró del otro lado de su escritorio, como si pudiera descifrarme con sólo una mirada.

— ¿Por qué?, ¿Acaso hay algo que te molesta? — el director estaba siendo amable, es una lástima que no lo respetaran como debieran, se ve que es un muy buen hombre — Puedes contarme, talvez podamos hacer algo para ayudarte.

— No es tan fácil — le dije, era la primera vez que me abría a alguien, siempre preferí ocultar o negar, pero, esta vez sentía que estaba en mi límite.

— Cuéntame, y ya veremos.

— Mmm... — dudé unos segundos — Mi mejor amigo se puso de novio — dije y sentí como un yunque era liberado de mi interior.

— Ah, ya entiendo... pasa más tiempo con su novia que con su mejor amiga — me miró como si esta historia la escuchara todos los días, y yo asentí en una afirmación — Y eso te molesta — volví a asentir.

— ¿Qué puedo hacer para recuperar a mi amigo?

El director rio ante mi pregunta, y yo fruncí el ceño. Esto era algo serio, y él reía como si le hubieran contado un chiste.

— No tienes de que preocuparte — me dijo — siempre es igual los primeros días, están tan enamorados que se olvidan del resto del mundo, pero cuando se le pase el encaprichamiento, volverá a ser tu mismo amigo de antes.

— No estoy tan segura — dije casi en un susurro, pero el director llegó a escucharme. Nicholas no era así, no eran simples encaprichamientos, él se metía de lleno en una relación, y ya no existía nadie más para él.

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