Capítulo O7.

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Llegamos a un parque que estaba a dos cuadras de mi casa, más bonito que el otro y nos sentamos en el piso debajo de un árbol para que nos diera sombra.

Los niños corrían de un lado a otro, jugando, sin preocupaciones ni tristezas. Habían parejas sentadas en las bancas, tomados de la mano, disfrutando del amor.

Y ahí estaba yo.

Con ese chico perfecto a mi lado.

Pero no era mío y nunca lo seria.

— ¿En qué piensas? —preguntó de repente. Se recargo en el tallo del árbol y me miró fijamente— estás muy callada, algo raro en ti.

— En nada... sólo —suspiré— estoy distraída. Mañana iremos a otro hospital y me sacarán sangre de nuevo inútilmente. Me dejaran seca un día de estos.

— Es tonto de parte de Brad, tonto y desconsiderado.

— ¿Qué cosa?

— Tenerte viviendo de este modo —me dijo de nuevo con ese tono molesto. Como siempre que hablábamos del tema— últimamente he estado muy tentado de ir a decirle unas cuantas cosas a tu hermano, está bien que no te quiera perder, pero se está pasando.

— Lo sé, pero, ponte en su lugar —le pedí— perdió a mis padres y ahora está a punto de perderme a mí, está haciendo lo imposible para que yo no muera.

— Pues si —suspiró y me miró con ternura. Nos quedamos en silencio un rato.

— Ya decidí que me haré un tatuaje, con tu primo —le dije. Él se me quedó mirando.

— ¿Segura?

— No mucho —admití— pero desearía poder hacerme uno.

— Deja de decir "desearía" y empieza a decir "voy a hacerlo" —me tomó una mano y la apretó fuerte— promete que harás las cosas de tu lista.

— No lo sé, Ashton —vacilé un poco— no sé.

— Nunca sabrás si nunca lo intentas. Sabes que yo te apoyaré en todo —sonreí y lo abracé.

— Intentemos lo del tatuaje ¿Dónde está tu primo?

— ¿En serio? —preguntó emocionado. Se levantó y me ayudo a pararme— vamos por mi auto.

Me tomó de la mano y me llevó corriendo hasta su casa, vaya que era rápido el muchacho. Y sus mejillas se ponían rojas y se veía más lindo que nunca.
Pero yo nunca corría y me cansaba con mucha facilidad. Cuando llegamos a su Audi ya no daba para más, sentía que el pecho se me cerraba. Me abrió la puerta y me metí al auto. Busque en mi morral mi inhalador. No era que ya me estuviera dando un ataque de asma pero me ayudaba a no sentirme peor.

Antes solía estar inhalando esa cosa todo el tiempo. Se sentía bien, es como si se te abrieran los pulmones o algo así.

— ¿Eres asmática? —preguntó Ashton con cara de espanto. Yo guardé eso de nuevo en mi morral y le sonreí.

— No, bueno sí, pero no pasa nada.

— ¿Cómo que no pasa nada? Lo siento, no debí haberte hecho correr —se dió un manotazo en la frente— lo siento.

— Deja de preocuparte tanto, estoy bien.

— No, es que soy muy tonto —estaba tomando esto demasiado en serio, no había pasado nada.

— Ya lo había notado —me reí, él relajo su expresión y rió conmigo.

Fui todo el camino secando el sudor de mis manos en mi pantalón negro. Estaba nerviosa. ¿Me dolería mucho? Ashton había dicho que no y él tenía dos tatuajes así que supongo que no sería muy doloroso.

Pero él era hombre, y yo era mujer. Vaya que conclusiones tan estúpidas estoy sacando. Creo que solo estoy nerviosa.

The Perfect Bucket List (Ashton Irwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora