Capítulo O3.

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No sabía si decirle a Brad lo que planeaba hacer, él era muy maduro respecto a ese tipo de cosas y estaba completamente segura que no me dejaría hacerme un tatuaje.

— Uhm, Brad —llame su atención. Él levanto la cabeza y me miró esperando a que dijera algo— con todo este asunto, pues, yo encontré un pequeño diario que tenía cuando era pequeña y en él escribí algunas cosas, hice como una lista.

— ¿Qué escribiste en esa lista? —pregunto llevándose a la boca su vaso con soda.

— Son cosas que quiere hacer antes de morir, cariño. —explicó Marbella por mí— cosas como hacerse un pequeño tatuaje, viajar a Londres y...

— ¿Un tatuaje? ¿Ir a Londres? —repitió con asombro— no habría tiempo para ir a Londres, y jamás te dejaría hacerte un tatuaje. Leah, iremos de hospital en hospital hasta que alguien sepa algo de tu enfermedad, hasta que alguien tenga una cura. No podrás estar distrayéndote con esas estupideces.

— No son estupideces —intervine— y no planeo andar de hospital en hospital, Brad, si tengo que morir, moriré y ya.

— No sabes lo que dices —se quejó negando con la cabeza— no harás nada de esas tonterías y esa es mi última palabra.

(...)

Me desperté al día siguiente a las 7:00 am, tenía que ir a la escuela pero no tenía ganas. Me aprovecharía un poco de mi situación.

Traté de levantarme de la cama sin levantar a Marbella. Me lavé la cara y me puse solo una blusa blanca larga y un short negro. Me agarré el cabello en una coleta alta, tome el diario y sin maquillaje ni nada salí a dar una vuelta.

Fui al mismo parque del día anterior. Era bonito y a esa hora estaba casi solo.

Me senté en el tallo de un árbol, y abrace mis rodillas. Quería hacer todo lo de mi lista, todo. Y bueno, una de ellas era escaparme de casa. Lo haría si no fuera tan cobarde, pero no me atrevería a dejar solo a mi hermano.

Saque mi viejo diario y repase los puntos de nuevo. Ser amada en pocos meses sería muy difícil.

"18- Encontrar al chico de mis sueños (siguiente página)"

Extrañada le di la vuelta a la hoja.

"El chico de mis sueños"

1- Bonitos ojos. (de preferencia color miel)
2- Una linda risa, que me haga reír.
3- Que sea tierno con los niños.
4- Que me trate bien, como a una princesa.
5- Que me haga sonreír cuando estoy triste.
6- Que nombre una estrella con mi nombre.
7- Que me escriba una canción de amor.
8- Que me enseñe a tocar la guitarra y a andar en patineta.
9- Que me dé su chamarra cuando tenga frío.
10- Que se ría de mis chistes aunque no sean graciosos.
11- Que esté alto.
12- Que me cuente todos sus secretos.
13- Que robe dulces conmigo.
14- Que no le de vergüenza llorar enfrente de mí.
15- Que sea de Londres.
16- Que cometa locuras conmigo.
17- Que me diga "princesa"
18- Que sea mi mejor amigo.
19- Que me diga muchas cosas hermosas.
20- Que me ame.
21- Que se quiera casar conmigo.

Solté una carcajada triste al terminar de leer eso. Me limpie las lágrimas y volví a reír fuertemente. No me importo que el chico que estaba de espaldas a mí volteara.

Ese chico era Ashton. Al verlo algo se movió en mi interior. Y cuando él me sonrío no pude evitar sonreír también como una tonta. Se acercó a mí.

— ¿Me puedo sentar? —preguntó con su hermoso acento.

— ¡Claro, claro! Toma asiento —le conteste estúpidamente. Parecía una tonta, era una tonta. Me moví un poco y él se sentó. Acercó su cara a la mía y beso mi mejilla tiernamente— ¿Qué haces aquí tan temprano? —le pregunté sonriendo. Básicamente no podía dejar de sonreír.

— Siempre me despierto a esta hora, —contesto encogiéndose de hombros— aún no me acostumbro al cambio de horario.

— ¿Es muy diferente la hora de aquí a la de Londres?

— Sólo dos horas... —se me quedó mirando fijamente a la cara, intrigado. Me sonrojé y baje la cara un poco. Él me tomo la barbilla y me levanto la cara de nuevo. Por un momento pensé que me besaría, que tonta— ¿Has estado llorando?

— No, para nada, yo... eso solo que...—mi mente lenta trataba de pensar rápido en una respuesta. No quería quedar como una llorona.

— No sabes mentir ¿Te lo habían dicho? —se burló tiernamente. Suspiré y asentí débilmente.

— Sí, sí me lo han dicho y sí estaba llorando —admití agachando la cabeza.

Sus brazos me envolvieron y mi cabeza quedo en su pecho. Mi nariz se inundó rápidamente con su perfume adictivo y mi cabeza empezó a dar vueltas.

— No llores —me pidió en un susurro. La combinación de tenerlo a él susurrando en mi oído con su acento tan sensual y mi nariz enterrada en su cuello con su aroma tan perfecto no era nada buena. A quién engaño, claro que era buena. Suspiré de puro gusto— no me gusta ver a las chicas llorar. Sé que no nos conocemos casi nada pero siempre es bueno desahogarse —se separó de mí y se sentó donde estaba antes. Me miraba con ternura— ¿Me contarías que anda mal?

— Es complicado —le dije en un susurro— hace poco, ayer de hecho, me dijeron que tenía una enfermedad terminal...

— ¿Terminal? O sea que... —el me veía con los ojos bien abiertos del asombro.

— Sí, moriré —él se quedó con la boca abierta. Movió sus perfectos labios un par de veces sin emitir sonido. No sabía que decir— bueno, aún no se sabe si moriré o no pero eso es lo más probable. Es que es una enfermedad casi
desconocida.

— Dios quiera que no... —murmuró.

— Sí, pero, ese no es el problema. El problema es que... Cuando estaba pequeña hice una lista de cosas que quería hacer antes de morir. Le conté a mi hermano y él sólo me dijo que no podría hacer nada de eso. Que tengo que estar mis probablemente últimos meses de vida de hospital en hospital.

— Eso es horrible —dijo.

— Lo sé, yo sólo quiero hacer unas cuantas cosas, que ni siquiera son tan difíciles.

— ¿Como qué cosas?

— Como hacerme un tatuaje, escaparme de casa, irme a vivir a Londres...

— ¿A Londres? —preguntó divertido.

— Sí, quería eso desde mucho antes de conocerte a ti —reímos suavemente.

The Perfect Bucket List (Ashton Irwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora