Capítulo O2.

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— ¿Qué van a llevar? —nos preguntó el señor que atendía cuando llegamos al puesto, ni siquiera me había dado cuenta de que ya habíamos llegado.

Esperó nuestra respuesta con una humilde sonrisa.

— Uno pequeño de chocolate, otro de fresa y uno de vainilla ¿Tu de qué quieres? — me preguntó.

— Uno de vainilla también —voltee a verlo, me miraba con una sonrisa, y vaya que tenía una sonrisa hermosa. Bajé la mirada con las mejillas rosadas. Fue algo tonto sonrojarme con una simple sonrisa, pero, si tan solo pudieran ver esa sonrisa.

— Parece que tenemos algo en común —me dijo despreocupado mientras tomaba los helados. Me dio el mío y el de Marbella el cogió el suyo y el de Jazzy.

Si, teníamos algo en común. Algo muy tonto e insignificante pero algo en común de todos modos.

Conforme nos acercábamos platicamos de cosas sin sentido. Nuestra edad y cosas así. Vimos que Marbella y Jazzy jugaban en las torres para niños. Me sorprendió no ver a Marbe atorada en uno de esos.

Nos sentamos todos en una banca mientras comíamos los helados. Platicamos con Ashton mientras cuidábamos a Jazmín en los juegos. El chico era muy gracioso y divertido, aparte de guapo y sexy. Me hubiera gustado quedarme más tiempo ahí con el pero empezó a obscurecer.

— Jazzy, ya es tarde —le advirtió Ashton—tenemos que irnos.

— ¡No! —chilló la pequeña— quiero estar con Marbe y Lee.

Ashton suspiró frustrado. No sabía qué hacer.

— Jazzy, hermosa —habló Marbe— ve a casa, mañana podemos salir a jugar de nuevo.

— ¿En serio? —nos miró ilusionada—¿Podemos Ash? ¿Podemos salir con ellas mañana?

— Sólo si te portas bien. —le dijo con una hermosa sonrisa de lado.

Nos fuimos todos juntos caminando a nuestras casas. Marbella dormiría conmigo esa noche. Íbamos diciendo bromas y jugando con Jazzy de camino a casa. Esa niña me había conquistado desde el primer momento.

Llegamos a la puerta de mi casa y jazzy nos abrazó a ambas.

— Nos vemos mañana. —se despidió contenta.

— Hasta luego, Jazzy —dijimos Marbe y yo al mismo tiempo. Como tantas veces lo hacíamos.

Ashton se acercó y nos dio un pequeño beso en la mejilla. Su perfume olía tan bien.

— Hasta mañana, supongo. —nos dijo sonriente.

— Sí, adiós. —se despidió Marbella. Yo solo sonreí como tonta y me metí a mi casa.

Marbella se me quedo viendo, a punto de soltar una carcajada.

— El chico te encanto —soltó cuando cerró la puerta. La mire incrédula.

— ¿Por qué lo dices? —le pregunté indiferente.

— ¡Oh, acéptalo! Esta guapísimo, es tu tipo completamente ¡Y hasta es ingles! Tiene un acento súper sexy

— Pues sí pero —me encogí de hombros desinteresada— no estoy como para fijarme en nadie.

Suspiré y los ojos se me volvieron a llenar de lágrimas. Me tire al sillón y me tape la cara con mis manos.

Era verdad, no podría fijarme en nadie nunca más. Nunca pude enamorarme de alguien. Contaba con que algún día me enamoraría de alguien y me casaría con ese hombre. Pero ya no tenía esa opción.

The Perfect Bucket List (Ashton Irwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora