Capítulo extra y final

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—¡El billete Carrie! —me grita Travis desde la cocina. 

Le agradezco pegando otro chillido y cojo el billete del avión y lo meto en el bolso para no olvidarlo otra vez. Entro en la cocina y veo a Travis desayunando tranquilamente mientras lleva puesto un traje que no le pega nada, aún no me acostumbro a verle sin el sombrero de vaquero. 

—Todavía no entiendo porque no te vienes conmigo a Texas. 

—Aún es pronto —se mete una galleta en la boca y cuando la traga vuelve a hablar —. A pesar de que mi madre aceptase mi homosexualidad, se que todavía no ha superado que rompa mi compromiso. 

—¿Y no tendrá que ver también con una persona la cual su nombre que empieza por n y acaba por h?

—También —me mira y me saca la lengua burlón —. Estar aquí es lo mejor para dejar que mi madre lo acepte y olvidar a el innombrable, al que por cierto espero que no des datos de donde vivo. 

—Lo prometo, soy una tumba. Aunque creo que si es tan insistente y no para de llamarte, es que le importas, y te lo digo yo que viví una experiencia horrible con él. Lo que me hizo no tiene perdón, pero creo que le gustas de verdad y que lo está pasando mal aunque trate de hacerse el macho delante de todos. 

—Es fácil para ti decir eso cuando vives en un cuento de hadas y tienes a un príncipe a tu lado, no a un troglodita. 

—Haz lo que quieras, yo me voy a ver a mi príncipe que llevo mucho tiempo sin verle. 

—¡Solo hace dos semanas que se volvió a Texas¡

—Y eso es mucho para nosotros —me río y me acerco a abrazarle, en estos casi dos meses he cogido mucha confianza con él. Justo una semana después de venirnos Wade y yo a Nueva York, nos llamó desesperado diciendo que necesitaba alejarse de ese pueblo. Le ofrecí quedarse en la habitación libre de mi casa, la que ahora será suya, y Travis ha tratado de rehacer su vida aquí, tiene incluso un trabajo en el que no gana mucho dinero pero le da para pagar el piso y vivir normal —. Si necesitas algo no dudes en llamarme y ven pronto de visita, te voy a echar de menos —le doy un beso en la mejilla y el asiente y me saluda con la mano mientras cojo la maleta y salgo de casa. 

—¡Adiós princesa! —me grita antes de pegar un portazo y me río, me ha puesto ese mote desde que nos ve tan acaramelados a Wade y a mí. 

Solo llevo una maleta porque ya he mandado todo lo demás antes. Wade se volvió hace dos semanas porque había ocurrido algo con uno de sus animales y tenía que ocuparse de ello, se sentía mal dejando todo a cargo de Mary. Como a mi me quedaban cosas por hacer en Nueva York para arreglar mi traslado, decidí permanecer dos semanas más en la ciudad. 

Pero hoy ya es el día, me voy a Texas a vivir y no volveré a la ciudad que me vio crecer en un tiempo. He estado hablando con Wade y dice tener todo preparado, estoy muy emocionada, los casi dos meses que hemos estado juntos estamos de maravilla, Wade no para de sorprenderme y cada día me siento más enamorada de él, hacía mucho que no estaba tan feliz. 

Un taxi me lleva al aeropuerto y casi pierdo el vuelo pero consigo llegar a tiempo. Me paso dormida la mayor parte del tiempo y cuando llego no puedo estar más emocionada, otra vez aquí, en mi futuro hogar. 

Cojo la maleta de la cinta y ando hasta la zona de llegadas esperando ver a Wade para recibirme como me había prometido. Busco entre toda la cantidad de gente que hay y no consigo verle, pero entre la multitud encuentro a Jake con los brazos abiertos y esperando a que corra hacia el. Nos abrazamos con fuerza a pesar de que me extrañe verle ahí y tardamos bastante en soltarnos. 

—¿Y Wade? —miro para todos los lados intentando encontrar a un chico con sombrero y alto. 

—No ha podido venir, le ha surgido algo en la granja, pero me ha dicho que te lleve al bar, que te tiene preparada una sorpresa. 

—¿Una sorpresa? —sonrío. 

—Yo no se nada —se ríe el y me coge la maleta mientras salimos del aeropuerto —. ¿Qué tal está Travis? Hablo con el por teléfono pero no me fío de que me diga la verdad. 

—Está genial, deberías verle con traje y corbata, parece otro. Todavía no cree que sea conveniente volver aquí, piensa que tu madre necesita más tiempo para asimilarlo todo. 

El asiente y aunque parece apenado, vuelve a sonreír y a emocionarse porque estoy de vuelta. 

Tardamos una hora en llegar al bar de Sam y cuando llegamos, están todos esperándome y me sorprenden gritando bienvenida. Todos se acercan a abrazarme uno a uno, Mary, Ben, Sam...todos excepto Wade que sigue desaparecido. Empiezo a preocuparme y Mary lo sabe porque se acerca a mi oído y me susurra algo. 

—Wade está al llegar, acaba de llamarme. 

—Bien —aunque todavía no me tranquilizo del todo, temo que haya problemas. 

Bailamos al son de la música que pone Jake en el bar durante un rato y me paro a hablar con la gente que me recibe con los brazos abiertos. Aun siento alguna que otra mirada de desprecio por parte de algunos, pero me supongo que es normal por lo de Kayla, de la que por cierto no he vuelto a saber nada, espero que le vaya bien. 

Jake para la música y la gente se queja, pero todos nos callamos cuando escuchamos un relincho y los pasos de un caballo. Todos se giran a mirarme y yo sin entender nada salgo del bar para ver lo que ocurre. Mis ojos se abren como platos al ver a Wade subido a un caballo y acercándose al bar de lo más contento. Una sonrisa acapara mi rostro inconscientemente y le miro emocionada mientras todos salen del establecimiento y admiran a Wade igual que yo. 

—Sube princesa —me grita desde el caballo a la vez que se para delante de mí. El caballo es marrón y muy alto. Cuando me fijo bien, me doy cuenta de que es el mismo caballo con el que casi me atropella el primer día que llegué, con el que le conocí. 

—¿Adonde vas a llevarme? 

—Al fin del mundo, como te prometí. 

Me sonrojo y me subo al caballo con la ayuda de Jake, que se acerca a nosotros, todavía no soy muy buena jinete. 

—Eres de lo que no hay. 

—Soy de los que están más enamorados que nunca. Siento no haberte ido a recoger, una vaca se ha puesto enferma y...

—No me des explicaciones, esto lo compensa más que de sobra. Ahora llévame lejos. 

Wade saluda a todos los que nos miran con la mano y antes de volver a galopar, se gira de nuevo hacia mi y me mira como nunca nadie me había mirado antes. 

—Te quiero Carrie

—Y yo, mi vaquero —me acerco lentamente a sus labios. 

—Todo tuyo. 


FIN


Por un lado no puedo estar más triste por acabar esta historia que ha removido tanto mi cuerpo, pero por el otro estoy emocionada porque es el primer libro que acabo a pesar de que se que es muy corto, pero desde un principio me plantee que lo escribía para menos capítulos de lo normal. 

Ante todo quiero daros las gracias a los que me habéis leído en cada capítulo, a los que me animabais a seguir haciéndolo y a los que perdíais vuestro tiempo dejándome un me gusta o un comentario, eso siempre me ha dado mucha fuerza porque se que hay gente que disfruta lo que hago. 

Wade y Carrie van a permanecer en mi corazón siempre como ese amor imposible que consiguió salir adelante, porque el amor todo lo puede. Os debo todo a vosotros y siempre estaré agradecida por los que os habéis dedicado a leer esta historia, gracias y ha seguir leyendo, que no hay cosa más maravillosa en el mundo :)

Mi vaquero (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora