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P.O.V Blossom:

─ Por-favor... N-no... ─. Suplicaba mientras se arrastraba por el suelo.

Recuerdas... Que antes de empezar a luchar, tú dijiste: "No tendré piedad cuando tenga que matarte"... ¡Ja! Qué irónico... Ahora eres tú quien suplica por su vida... . Le recordé, y su mirada... Esa mirada me hizo sonreír.

Antes de seguir hablando, moví mi brazo derecho que sostenia mi espada. Una fina línea rojiza, se presentó en su muñeca derecha. Lo miré por unos segundos con una mirada burlona, y, luego me acerqué hacia él para quitarle algunos artículos que podrían servirme.

Entre ellas había una daga que llamó mucho mi atención, era preciosa, en su mango tenía incrustados unos cuántas joyas de color rojo vivo.
Simplemente hermoso.

Mientras me alejaba, me quedé quieta y lo mire por sobre mi hombro.

Descuida... Si no quieres morir, sólo cubre la herida hasta que no salga más sangre... .

Le dejaré un tiempo para que sufra, puede sonar cínico pero amo este juego del mal.

Aún y asi, quiero salir de aquí.

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P.O.V Bubbles:

Me he levantado hace rato y las chicas no estaban, por lo que fui a buscarlas y aún no las he encontrado por ningún lado.

No me gusta estar sola, y menos en este lugar por lo que, mis amigas; Blossom y Buttercup, buscamos una salida.
Desde que llegué aquí, tube que matar gente... Y eso me divertía.

Valla...
Presa nueva...
Pobre, es un pequeño adolecente. Diría un poco menor que yo.

Pues a jugar...
Provoque unos cuantos ruidos con mi uñas, ruidos que atemorizaron al chico. Este miraba por todos lados, no veía a nadie.

Decidí no hacerlo asustar más y hice presencia en el lugar. Él me miró, y yo simulé estar asustada.

Hola? . Dije "asustada".

Vi como su expresión cambio de ser asustada, a una tranquila. Pobre inepto, cayó.

¿Quién eres tú? ¿Q-qué hago aquí? ¿Cómo llegué aquí? . Lo ataqué con preguntas tontas.

Tranquila niña, puede que sepa las respuestas. Pero ve más lenta, si? . Dijo él creyendo que soy una chica menor de edad.

Qué hago aquí? . Le volví a preguntar.

Vaya, vaya... Eres nueva aquí, no? .

Supongo que si... . Dije dudosa.

Te encuentras en una isla, en la que no puedes confiar en nadie si quieres sobrevivir en este lugar. . Me explicó.

Exacto... EN NADIE.

Có-mo debería aprender a sobrevivir? . Pregunté.

Él no habló por unos segundos, me miró y sonrió. Pues, matando gente. .

Tube que seguirle él juego, si no, que gracia tenía? Además, si no lo hacia, sabría lo que estoy tramando.
Simulé una cara de espanto y terror.

Ma-matando? . Dije "asustada" mirandolo.

Si quieres podría enseñarte... . Dijo con una mirada supuestamente amable.

Yo sólo asentí y él sacó de su bolsillo, una daga, me la dió y comenzó a hablar.

Para empezar, cuando quieres que tu oponente muera de una vez por todas, sólo dale con la daga en el corazón. .

Valla la mejor explicación que he tenido en siglos...

Pensé con sarcasmo, este chico no sabe cómo matar a otros. ─ Okey... .

Pero si quieres que muera lentamente debes darle en la muñeca, o en el cuello. . Dijo explicándome de la mejor manera posible.

Ya intuía que estaba tramando algo, lo sé por su mirada. Pero fui más rápida y le hice un corte en el cuello. De esta empezó a salir sangre y él tocó la herida y me miró asustado.

Así? O... Asi? . Le pregunté para luego darle una patada en el estómago que lo dejo tieso en el suelo.

Q-qué? . Dijo descolocado.

Vamos... No pensaras que encerio era una novata, no? le dije burlona, luego tome su mentón y lo mire fijamente. No se si lo sabías... Pero tú mismo has dicho que no se debe confiar en nadie. .

Su mirada de terror era hermosa, me encanta engañar a las personas tan tontas como él. Siempre llega alguien nuevo, y mayormente mueren gracias a mi. Aveces es difícil matar a las jovencitas, pero de igual forma, terminan muriendo.

Ahora lo que llama mi atención, es la daga con diamantes azules. Es muy hermosa a plena vista, en su mago hay uno, a los lados otros muy pequeños. Hermoso.

Me quedaré con esto, para recordarte, jajajajaja. . Le dije burlona mientras me alejaba de él.

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P.O.V Buttercup:

No te tengo miedo. . Dijo seguro de si aquel muchacho.

Deberías. Dije para luego seguir peleando cuerpo a cuerpo con él.

Él era fuerte, pero le faltaba bastante para llegar a mi altura. La pelea a mi parecer era bastante fácil, mientras yo sólo esquibaba sus ataques, él daba con más fuerzas sus golpes. En un movimiento tonto, tomé su brazo y con mi pierna le di una patada en el estómago que lo dejo tosiendo.

Aproveché aquello, para seguir golpeandolo con mucha más fuerza. Admito que quedé casada pero su cara lastimada y asustada al ver lo que estaba por hacer, me dió la fuerza suficiente para clavar en su garganta la cuchilla que tenía en mi cinturón.

Supongo que yo gané. . Dije y doblé el cuchillo a la derecha, sabiendo que eso le dolía demasiado.

A la próxima, se más rápido por favor... . Seguí hablándole mientras urgaba en sus cosas algo que llamara mi atención.

Y eso fue, una daga. Muy linda. Además de tener unas cuantas esmeraldas incrustadas en su mango, era de mi color preferido, era verde.

Luego de sacarme ese obstáculo de mi camino, fui a buscar a las chicas. Fui a buscar las reservas que tiran los aviones, cada cierto tiempo. Y ese bicho asqueroso se metió y quiso quitarme las reservas que tomé para mi y mis amigas.
Y claro que tube que acabarlo, a la próxima aprenderá a no cometer el mismo error dos veces.

Mata Si No Quieres Morir... [♤PPGZxRRBZ♤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora