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P.O.V Blossom:

Después de que el chico de verde, creo que Mitch, haya pedido que los soltaramos y le haya dejado a Bubbs que lo hiciera, el pelirrojo sin esperar un segundo se acercó a mí.
Quizás para preguntar algunas cosas y acordar otras o venga a decir algo sin pensar. Lo que venga primero.

Me alejé de mis amigas para poder hablar tranquilamente con el ojisangre. Luego me volteé para verle a la cara, se veía neutro, bueno ahora sé que no dirá nada sin pensar.

─ ¿Preguntas, dudas, algo que quieras decir? ─. Como no decía nada o comenzaba yo a preguntarle o directamente me iría si no iba a decirme nada.

─ Desde hace cuánto tiempo han estado pensando en hacer un trato con nosotros. ─. ¿Así que se hace el inteligente? ¿O es que ya notó algo raro? ─ Está claro que ustedes iban a estar de acuerdo en el mismo instante que escucharon nuestra conversación, porque ustedes ya lo estaban tramando. Solo que no sabían cómo ni cuándo decirlo. ─.

Su suposición o directamente idea no estaba errada o algo así. Le dio directamente al clavo, sin errores ni nada más que le haya agregado a sus palabras. Sus palabras estuvieron bien pensadas.

─ Vaya, vaya, vaya... ─. Comencé diciendo jugetonamente. ─ Eres rápido y no tan estúpido como pensé que serías... ─.

─ No le des vuelta al asunto, rosadita. ─. Parecía estar autocontrolandose para no gritarme o algo.

─ En cuanto a tu pregunta... Si, chico, estás en lo correcto. ─. Respondí directamente aún sin cambiar mi tono juguetón. ─ Nosotras ya estábamos planeando eso desde que los desmayamos y atamos, pues no podíamos dejar que se vayan de aquí como si nada. Sé que volverían y no para saludar. ─.

Al terminar vi cómo él sonreía ante lo dicho, no sé si por mi idea o porque era verdad lo que dije. Anarqué una ceja demostrándole que no entendía el por qué de su sonrisa.

─ Tienes razón, no íbamos a volver para saludar... ─. Ahora lo miré seriamente, debería sonreírle, pero es que éste chico me da desconfianza. Ahora veo que es rápido y piensa en cada movimiento que dará. Puede ser un peligro para mí y mi grupo.

Bien, ahora que somos... ¿Aliados? ─. No se me ocurría otra palabra para describir lo que somos su grupo y el mío ahora. ─ No lo sé, bueno no importa ahora, a lo que quiero llegar es como ahora trabajaremos juntos, quiero preguntar si tienes alguna condición que decir por tu grupo. ─.

Haber si quiere decir algo como: "No queremos que hagan esto y eso o aquello". Qué va... Ni que fuésemos sus sirvientas. Si sus condiciones no son molestas quizás y la cumplamos.

─ Pues, sí, sí tengo unas condiciones, rosadita. ─. Comenzó a acercarse a mí, demasiado a mi parecer. Pero aún así no retrocedí, eso solo le mostraría que le tengo miedo.

─ ¡Entonces dilas! ─. Él le está dándole vueltas al asunto o quiere ganar tiempo para algo.

─ No quiero que... ─. Inesperadamente sentí algo frío en mi cuello. Él estaba apuntándome con mi propia daga a mi cuello. Ante el acto no me moví, sé que si llegara a lastimarme o matarme, se las vería con mis amigas. ─ Nos ataquen o impidan nuestro trabajo, que no guarden ningún plan para ustedes mismas y tampoco intentar llevarnos la contraria. ─.

─ Si eso querías decir, creo que habría sido mejor hacerlo sin amenazarme con mi propia daga. ─. Lo miré directamente a los ojos, demostrándole seriedad y frialdad, como si todo estuviera pensado. ─ ¿Alguna otra cosa? ─.

Hasta ahora no había problemas con lo que dijo, podíamos cumplir esos requisitos.
Habría su boca para decir algo, pero no dijo nada, como si estuviera pensado en lo qué dirá. Tampoco sacó mí daga de la zona de mí cuello.

Repentinamente me tomó de la cintura y se acercó a mí rostro. A esto claro que me asusté, estaba invadiendo mi espacio personal, además de que estaba haciendo contacto físico con su mano en mi cintura, lo que hacía que mi estomago tocara el suyo. Y por si no fuera poco, habló estando cerca de mi oído.

─ No quiero que nos manipulen usando su cuerpo, no caemos tan fácil ante unas zorras. ─. Al terminar de hablar, me soltó bruscamente, esto me dio a entender que no quería siquiera acercarse a mí, tampoco tocarme o hablarme. Nada.

Después de estar totalmente lejos de mí y dejar de lado mi propia daga. Se giró a mirarme seriamente.

─ Recuérdalo. ─.

Me quedé totalmente estática, quieta y hasta sin aliento. Mi corazón saltaba del miedo. La verdad... Es que no me gusta la cercanía repentina de un hombre, no si yo no tengo confianza o no lo conozco. Y así es con él, no lo conozco y tampoco confío.
Lo peor es que utilizó una voz profunda que hasta a cualquiera le daría miedo.

Pero no importa. Con tal de hacer que ellos nos ayuden, podré soportarlo.
Podría preguntarle a Buttercup que me enseñara técnicas para hacer que, cuando él vuelva a hacer lo mismo, yo pueda responder de alguna manera. O quizás le pregunte a Bubbles, pues ella tiene más experiencia con este tema.

─ No habrá problema, pero nunca se puede esperar mucho de algo tan fácil como ustedes. ─. Quizás no lo manipule seduciendolo, pero si haré que se enoje todo lo que quiera.

─ ¿Qué has dicho? ─. Dio la vuelta para encararme.

─ No es mi problema que ustedes hayan caído como unos idiotas por... ─.

─ Ni lo menciones. ─. Me interrumpió a medio terminar mis palabras... Eso no se hace y menos conmigo.

─ Caer tan imbécilmente por un beso en los labios. ─.

A ver qué hace.

Mata Si No Quieres Morir... [♤PPGZxRRBZ♤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora