15 "Autofobia"

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Pasaron algunos meses desde aquella noche, y la feliz pareja vivía su día a día tranquilamente. Claro, tuvieron algunos problemas tras esa semana. Ryota recibió un castigo severo por parte de su capitán del club, por su repentina ausencia durante el festival, haber faltado una semana completa a las actividades sin justificación e incluso por no haberse comprometido lo suficiente. Su capitán decidió que lo mejor sería que acomodara y limpiara todo el inventario, además de darle entrenamiento matutino, aunque esa última le pareció mas una rutina que un castigo.

Por otra parte, Yuu debió darles a sus amigas bastantes explicaciones sobre todo lo que había pasado, con lujo de detalle. Obviamente sabían la razón por la que faltó una semana a la escuela, después de todo, Kami se encargó de notificarles que Ryota tampoco asistió esa semana, no era muy difícil saber la razón, sobre todo cuando lo vieron. Fue una tortura tener que responderles, aún cuando trataba de evadir cada pregunta.

Las confesiones a Ryota descendieron, ciertamente no eran muchas, pero al menos una vez por semana recibía alguna. Después de verlo tan enamorado de su pareja, y tras enterarse de su compromiso, ningún pretendiente creía tener oportunidad, por lo que el Ryota se ahorraba grandes malos entendidos con su omega. A Yuu no se le acercaba ningún alfa, pues tenía bien impregnado en su ropa el aroma de Ryota, y si ya antes temían acercarse a el por el olor de Kami y Yoichi, con este tercer alfa ni se les cruzaba la idea de siquiera hablarle. Claro, Yuu nunca se había percatado de ello, por lo que no lo sabía.

Primero llegaron las vacaciones de invierno, donde pasaron ambas familias la Navidad en la residencia Ichinose. Yuu creía que sería una refinada reunión, tal como en el compromiso, pero se sorprendió al ver que la familia Ichinose usaba ropa informal, tal como ellos. El año nuevo la pasaron separados, cada quien con sus respectivas familias. Solo fueron necesarios un par de mensajes para que Ryota lo buscara en la calle de su hogar y escaparan a su mansión, pasando la medianoche juntos demostrándose lo mucho que se querían, sin dudas la experiencia mas excitante para Yuu en sus 17 años de vida. Nunca creyó que algún día se escaparía de su casa por un amorío, mucho menos en año nuevo. Claro que luego recibió un sermón por ello, pero no se arrepentía de su impulsiva decisión.

Las clases volvieron a comenzar en la segunda semana de Enero, volviendo a su aburrida rutina, llegando a la característica fecha de Febrero, San Valentín. Claro, Yuu no esperaba hacer nada en especial, pasar juntos el día, y si la oportunidad se daba tener algo de intimidad, un día más como cualquiera. Pero hubieron ciertas influencias que lo hicieron cambiar de idea.

— ¡¿QUE NO VAS A DARLE NADA?!— Preguntó indignada Hina, golpeando el banco de Yuu por la sorpresa.

— Hina, no es necesario gritar— Dijo Sasha, golpeando la cabeza de la beta.

— ¡Es que esto es increíble! ¡Es San Valentín de lo que hablamos! Toda pareja debe darse algo mutuo. Es el día donde celebras el amor con tu pareja ¡No puede ser tan insensible!

— Hina, es solo una fecha más de festividades, solamente fue creada para subir el precio del chocolate y baratijas que suelen regalarse las estúpidas parejas capitalistas para que crean que realmente se aman— Respondió Hana de una forma desinteresada, sorprendiendo a sus amigas y a Yuu por su comentario. La chica que más idealizada el romance dijo algo muy frío sobre su festividad— ¿Que? ¿Por que me miran así? ¡Oh vamos! Esa es la realidad, además me parece absurdo que solo por ese día todos se cieguen con un falso pensamiento romántico, el amor debería vivirse todos los días.

— Vamos Hana ¿Acaso a ti no te gustaría que tu pareja te llevará a una cena romántica y te regalará un anillo para consumar su amor?

— Realmente no. No tendría como pagar una comida tan lujosa que no me llenaría, y no me gusta usar anillos, son incómodos, prefiero collares— Respondió inocentemente, no captó la indirecta— Preferiría pasar un día de campo, donde podría comer todo tipo de comida casera y tal vez jugar en el parque con dicha persona. Aunque claro, esta es la visión de una omega virgen que nunca ha tenido pareja.

My White Camellia | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora