¿Quién es Gary? Es un chico rubio de ojos azul claro y una bella sonrisa. Hijo de John Goodspeed y de Sheryl Goodspeed, ambos se amaban tanto como amaban a su hijo, realmente eran una familia feliz y perfecta hasta que, lamentablemente, el padre de Gary murió salvando al universo quedándose a cargo de su madre. No se quejaba, de hecho, era divertido el problema era que, ella ya tenía un historial con problemas de depresión y el perder a su marido la hizo caer en el alcoholismo, eso comenzó a hacerla violenta, fría y distante por lo que Gary tenía que cuidarse por sí solo.
La muerte de su padre también le afectó, aún cuando no se daba cuenta. Solía ser muy carismático y sociable pero tras ese suceso, comenzaba a hablar solo, era más impulsivo y solía gritar mucho; esta actitud, poco a poco lo fue separando de sus amigos hasta el punto que se quedó sólo. Permaneció así por cinco años hasta que entró a la secundaria, aunque la verdad, no fue tan diferente a la primaria, lo único ❝destacable❞ de este nuevo comienzo es que todo el salón se metía con él y casi siempre lo golpeaban.
Aún con la cara destrozada, Gary sonreía, aún con el corazón roto, Gary seguía feliz, aún estando solo, Gary seguía fingiendo. Gary fingía ante todos para que creyeran que es una persona fuerte pero la realidad es que llegaba a su casa a llorar y llorar, a veces hasta por noches enteras. Sin embargo, las ojeras jamás se le notaban ese era su don y su condena.
La vida de Gary fue dura hasta que conoció a aquél ventrexiano hace tres años, cuando el rubio apenas iba en primer grado. Gary nunca fue popular en la escuela, casi nadie quería estar con él porque a partir segundo grado de primaria, que fue cuando su padre murió, él se empezó a comportar algo extraño, hablaba solo y a veces gritaba como si estuviera discutiendo con alguien por unas galletas. Fue así por cinco años pero este año iba a ser diferente porque Gary estaba decidido a empezar a comportarse y tener muchos amigos.
Claro, no se le puede pedir a alguien ser algo que no es, con esto me refiero a que el rubio no podía controlarse y hablaba solo, pero eso no era tan raro... o al menos no tanto como su presentación ante sus compañeros...
–Buenos días, mi nombre es Gary Goodspeed, vengo de la primaria ❝Hawk❞ y tengo 13 años– Hasta ahí todo iba bien. –Mi padre era un capitán de la Guardia Infinity, por ello quise inscribirme en esta escuela, ya que si uno sale de aquí con una excelente calificación tiene casi asegurado un puesto dentro; quiero cumplir la promesa que le hice a mi padre sobre tener mis propias aventuras y por ello es que a veces suelo imaginar que estoy en una nave como prisionero y yo creo que soy el capitán aunque una inteligencia artificial siempre me dice lo contrario y– Gary no término de hablar porque casi todo el salón se empezó a reír.
La razón por la que la mayoría se empezaron a reír fue porque creían que tener ese tipo de ❝sueños❞ eran ridículos, ya saben, esos típicos niños que ya se creen maduros. El rubio se sintió avergonzado y tomó su asiento con las mejillas rojas y aguantándose las ganas de llorar. A partir de ese día, todo fue de mal en peor, nadie quería estar con él y cuando se acercaban sólo era para burlarse. Gary no quería seguir así, por ello en una de esas burlas le lanzó una galleta a la cara de aquél bravucón y le gritó:
–¡Respeta a tu capitán!– Obviamente al otro le causó gracia lo que dijo, estaba a punto de golpearlo si no hubiera sonado la campana indicando que el receso había acabado pero aún así eso no impidió que lo amenazara.
A la hora de la salida se encontró con los mismos chicos de hace unas horas, Gary sentía miedo pero no lo quería hacer notar, quería que pareciese que estaba seguro de sí mismo, lo cual no sirvió de nada porque aún así lo golpearon y muy fuerte. Cuando terminaron sólo se podía ver a un chico rubio tirado en el suelo, llorando, con sangre en donde fuera, le habían roto el brazo y no podía ver bien de un ojo.
Creía que moriría ahí... solo.
–Oh, mierda– Escuchó, puesto que no podía abrir los ojos por el terrible cansancio que sentía, de repente sintió como lo cargaban y se lo llevaban a quién sabe donde.
Unas horas después, cuando finalmente pudo despertar, se vio a sí mismo cubierto en vendas y pomadas, estaba en una habitación algo grande, las paredes eran un poco rasposas, como de esos juguetes para gatos para que se afilen las uñas.
–Extraño...– Trató de bajarse de la cama pero no se dio cuenta que estaba en la parte superior de una litera y cayó directo al suelo; si de por sí dolían las heridas, ese golpe definitivamente lo hizo gritar de dolor, rápidamente alguien entró a la habitación, un chico con apariencia de gato fue directo a él.
–Dios, debes tener más cuidado. Cato tenía razón, debí dejarte en la cama de abajo– Aquel extraño hombre-gato lo ayudó a levantarse y se lo llevó a la sala para recostarlo en el sillón. –¿Estás bien? ¿Te abriste algo?– Le decía mientras inspeccionaba todas sus heridas vendadas.
–¿Quién eres?– El rubio tenía la voz un poco ronca por el hecho de que le llegaron a dar un fuerte golpe en la garganta. –¿Y por qué me ayudaste?– Lo miró fijamente al rostro, aquel hombre-gato tenía un ligero sonrojo.
–Yo... soy Avocato, te ayudé porque...– Se paró a pensar un poco. –Vi a mi antiguo yo reflejado y no... quería que alguien más sufriera como yo lo hice– Estaba jugando torpemente con sus dedos para evitar que le agarraran las ganas de llorar, realmente a él no le gustaba recordar su pasado.
–Te lo agradezco... Sr. Bigotes– Le giñó a lo que en respuesta, el contrario solo se sonrojó un poco más.
–Por favor no me llames así, sólo fue un favor no te lo tomes tan a pecho– Desvío la mirada para dejar de sentir tantos nervios por los cristalinos ojos del rubio.
La plática se extendió por unas horas hasta que le llegó una llamada al rubio de parte de su madre que le preguntaba dónde estaba, el ventrexiano insistió de que se quedara pero Gary finalmente se tuvo que ir, no quería causar más problemas de los que ya habían.
Tal vez sólo fue un encuentro ocasional pero al día siguiente se dio cuenta que ambos iban en la misma escuela pero no compartían ninguna de sus clases, por eso es que no se habían visto hasta ese día sin embargo, no estuvieron separados tanto tiempo ya que Avocato se las arregló para que lo cambiaran a las mismas clases donde estaba Gary obviamente tomándolo por sorpresa verlo entrar a su salón de clases.
Gary trataba a Avocato como un amigo, de hecho, se comprendían muy bien y casi nunca discutían. El bullying hacia el rubio se detuvo pues todos sabían acerca del historial que tenía el ventrexiano en sus escuelas anteriores y, sinceramente, eso les causaba algo de intimidación.
–¿Por qué usas esa venda?– Preguntó una vez que estaban en el receso almorzando juntos. –Tu brazo roto se recuperó hace un mes.
–Sí, lo se, es sólo que... así parece que tengo heridas de una batalla y me hace ver más cool– Era claro por su tono de voz que Gary no quería decir la verdadera razón del porqué llevaba las vendas, pero aún así Avocato no quería seguir insistiendo, ya sabía perfectamente como es él y eso era lo que más le atraía.
¡Pero espera! La historia de Avocato la sabrás en el próximo capítulo.
Bye bye 💕
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🌷 • Final Space Teen AU • 🌷
Fanfiction¿Qué es esto? Es un AU en donde todos los personajes que conoces son adolescentes hormonales de 15 años (a excepción de Pequeño Cato, ya que él tiene 14). ¿De qué va a tratar? Aquí compartiré ciertas escenas o cositas que se me ocurren de repente ac...