Capítulo 2 "Día de visitas y despedidas"

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(Continuación de "Mi familia")

-¡Hola familia!- grito felizmente al verlos a todos aquí, me causa felicidad tener aquí reunidos a la gente que tanto amo- ¿Dónde están los niños, Bian?

-¡Hola hermosa! Ian y Agustino están con su padre, en un rato vendrán… ¡No sabes lo mucho que se quejaron al saber que te irías! Dicen que te extrañarán demasiado…

-También yo lo haré, tía…- digo tristemente y me acerco a abrazarla.

-Y… ¿Cómo estás, linda?- dice mi ‘nana’.

-Bien, ¿y tú?

-Bien, ya extrañándolos…- le dedico una pequeña sonrisa, y voy a sentarme junto a ella.

Luego de conversar un poco más con la familia, llegan los que faltaban, Ian, Agustino y Luis. Los gemelos corren rápidamente para donde yo estoy, como siempre hacen, y me abrazan.

-¡No puedes irte!- dice Agustino con una expresión triste en su rostro.

-¡No te dejaremos!- dice Ian serio.

Ambos son hermosos y tiernos, lo que dijeron e hicieron me emociona y mis ojos se empañan. ¡Esos niños son parte de mi todo! ¿Cómo puedo alejarme yo de ellos? Realmente el desafío es terrible, alejarme de quienes amo duele demasiado…

***

Tuve una muy hermosa tarde noche con mi familia, conversamos, comimos unas ricas tortas hechas por mi tía Bian, y luego cenamos unas ricas pizzas que hice yo, obviamente con ayuda de mis hermosos primos Ian y Agustino. Fue muy lindo ver cómo disfrutaban de esas pizzas hechas con tanto amor. Realmente este día siento que mi familia es mi todo, y que yo estoy completa cuando estamos unidos.

Actualmente muchas veces me siento muy afortunada al tener lo que tengo, quizás no sea mucho, pero para mí es suficiente. Muchas personas casi ni saben cuantos familiares cercanos tienen y otros los cuentan con los dedos; yo soy una de ellos. ‘A veces no es la cantidad lo que cuenta, a veces es el amor lo que hace a una familia algo GRANDE.’

Luego de todo eso, me despido de mi familia, de todos. Hay llantos, hay abrazos, hay sonrisas entre lágrimas, este es el momento en el que todo se transforma en un 'Adiós'.

Realmente odio las despedidas, pero bueno, es muy necesaria. Con mi familia prometimos volver tan pronto como pudieramos y les decimos que los extrañaríamos muchísimo…realmente así será.

Después de la despedida, mi madre me dice que debemos hablar, realmente me asustan esos ‘Debemos hablar’ o ‘Necesito decirte algo’, aunque lo que más me asusta siempre es un ‘¿Te puedo hacer una pregunta?’… Esta vez, hubo un ‘Debemos hablar’.

-¿Sobre… qué?- es mi reacción.

Ambas nos sentamos en el sillón donde el día anterior estuve con Michael, y no sé por qué, pero lo recuerdo y me dan ganas de tenerlo a mi lado y abrazarlo, así que mi rostro ya no tiene una sonrisa.

-Hija, tu abuela no quiso decírtelo, y realmente nadie quería, pero debemos hacerlo…-mi madre queda en silencio, ahora ella tampoco tiene una sonrisa en su boca y temo la llegada de una mala noticia. ¡¿Qué era eso de ‘tu abuela no quiso decírtelo’?!

-Mamá, por favor dime, me estas asustando…- 

-Bueno, tranquila, no es que sea nada grave pero, tu ‘nana’ está sintiéndose mal últimamente y el otro día sufrió un desmayo, no sabemos aún que le pasa, pero tú tranquila, no es nada grave-

-¡Pero mamá! ¿¡Y si realmente es grave!? ¡Estaríamos a miles de kilómetros separados de ella cuando más nos necesita! No puedo hacer este viaje, no puedo- digo cerrando los ojos. Eso de ‘no es nada grave’ siempre fue una torpe mentira.

Todo lo hermoso, lo maravilloso y genial, se torna negro, oscuro, un lugar sin salida del que es necesario escapar…

-Mi niña, no te asustes, te prometo que todo estará bien…- dice mi madre y me da un fuerte abrazo.

Al siguiente día, luego de la escuela, mis amigos como saben que me voy justamente en unas horas, pasan a despedirme y a llevarme cartas que me piden que lea cuando ya no esté acá. Me sorprende mucho que hasta los varones hayan escrito cartas, pero lo que más me sorprende es que un sobre no tenga nombre, seguramente esta en la firma, pero me contengo y no abro nada.

Ya las maletas estan listas, mis padres estan relativamente listos y supongo que mi hermano también, la casa esta ya casi vacía, pero yo… aún no me siento lo demasiado fuerte como para abandonar mi hogar, y con hogar, me refiero a mi barrio, a mi familia, a mis amigos, a Michael

Volveré A Sonreír.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora