Asi Empezo Todo

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Greicy estaba en sus últimos días de embarazo, se encontraba tendiendo la ropa que había pasado horas lavando a mano, ella y su marido eran sumamente pobres, tanto que les atormentaba la idea de no tener dinero para mantener al niño estaba en su 38 semana de embarazo y no deja de pensar en la idea de su marido que no quería quedarse con él bebe, pensaban en darlo en adopción y así alguien más podría brindarle una mejor oportunidad, ella sabía que juntos a ellos no podría ni siquiera ir al colegio tendría que trabajar junto a su padre en el campo para poder comer.

Nicolás se encontraba en el campo de la finca La Aurora cerca del pueblo Tapalpa al sur de Guadalajara- México con todos los demás trabajadores recolectando la cosecha, tendrían que darse prisa ya que se avecinaba una gran tormenta, de repente se notó un gran dolor en el pecho le dolía tanto que en cuestión de segundos quedo tirado en el piso

Miguel corrió a socorrerlo

- ¡Nicolás!, amigo - Gritaba a todo pulmón, lo veía realmente mal, su rostro lucia pálido y demacrado, rápidamente entre varios trabajadores le subieron a una furgoneta para llevarle al centro de salud que se encontraba bastante retirado a unas dos horas del campo.

Miguel le acompañaba en la furgoneta, sujetaba su mano temblorosa había pánico en su rostro presentía que su amigo no sobrevivirá, su pulso era cada vez más débil.

- Por favor, apresúrate tenemos que salvar a este hombre, pronto será papa, debe de conocer el rostro de su pequeño.- Decía bastante angustiado

Marisol preparaba cada detalle del cuarto de su pequeña, le quedaban dos semanas para acabar su larga espera, ella y su marido tenían varias propiedades y aunque decidieron irse a La Aurora para evitar el estrés de la ciudad durante su embarazo pronto regresarían a la capital, Enrique su marido debía estar al frente de las empresas, no podía quedarse estancado en el campo aunque allí se ocupaba de varios asuntos, tenían un buen capataz Miguel quien controlaba bien todo el trabajo y sabia organizar al personal todo fluía de maravillas en la espléndida hacienda

- Mi pequeña dulce, serás muy afortunada, podrás tener todo lo que yo nunca pude y tanto anhele, yo me encargare que los lujos y las buenas cosas no hagan de tu corazón un ser arrogante, tendrás una mama y un papa que te aman con todo su corazón y estarás llena de mucho amor, algo que a mí siempre me falto. Una familia unida y amorosa, tus abuelos se pasaban todo el tiempo muy ocupados por los asuntos del trabajo y los agobios y el estrés que todo ello conlleva poco a poco olvidaban lo más importante.-decía Marisol acariciando tu enorme vientre.

- Esa maldita niña no puede nacer, no puede venir arruinar todos mis planes, ella no será la heredera de mi papa, el muy desgraciado siempre ha dejado claro que su primer nieto o nieta será quien herede toda su fortuna, ella no se quedara con todo lo que me pertenece, - susurraba entre si Marcos el hermano mediano de Marisol.



Greicy estaba inocente de lo que le sucedía a su marido, decidieron no contarle nada, debido a su embarazo, hasta que se supiera algo de su marido en el hospital, se encontraba sentada en un pequeño taburete mientras doblaba la ropa que acababa de planchar.

- hay pequeño cada día creces más, mama ya no puede cargarte lavar se hace cada vez más difícil, y ni hablar de planchar mas, estas hormonas están revolucionadas y no hago más que sudar como una cerda, no me cabe duda, serás un niño sano y fuerte muchacho.- Decía mientras caían unas lágrimas en su rostro.

Corrían deprisa por el pasillo del hospital con la camilla, Miguel trataba de alcanzarlos en varios intentos fallidos, estaba muy cansado llevaban varias horas trabajando en el campo.

- Sr espere aquí - le indico una enfermera.

Pasaban las horas y Miguel no tenía noticias de Nicolás trataba de contener sus ojos que cerraban sin parar al final no pudo aguantar más y se quedó dormido en el pasillo del hospital,

La hija de mis padres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora