Llego el día Nicolás salía en silla de ruedas del hospital, acompañado de su amigo Miguel.
- Donde esta Greicy se supone que ya debería de estar aquí- decía Nicolás.
- Me dijo que tenía que entregar una ropa que lavo y plancho para que le dieran unos cuantos pesos y terminaría de recoger vuestras cosas, aseguro que con eso les alcanzaría para llegar a donde van. Por qué tanto misterio con decirnos a donde se van- decía Miguel
- Queremos dejar el pasado atrás y comenzar una nueva vida lejos de todo.- decía Nicolás.
Greicy llegaba apresurada en una furgoneta
- Mijo el vecino Pedro no tenía con que pagarme la lavada de la ropa y decidió echarnos el aventón hasta la estación de buses, ayúdeme a subirlo Miguel- decía Greicy
- que buena idea así no se venía usted sola hasta el hospital cargando esos morrales- decía Nicolás.
Miguel ayudaba a subirlo a la camioneta.
- vea Nicolás aquí le mando el patrón Enrique es un sobre y dentro hay una nota.- decía Miguel.
- Gracias, espero que usted no se haya puesto a chismosear- respondía Nicolás.
- Como se le ocurre Nicolás, en los asuntos del patrón no hay quien meta las narices, y menos ahora que andan peleando con el joven Marcos por quien se quedara las tierras cuando fallezca Don Jacinto, viejo condenado a sus 65 años aún está dando guerra y no aclara de una buena vez a quien es que le va a dejar las tierras, y las empresas de por allá de la capital.- decía Miguel.
- Eso a usted no le incumbe, no se vaya a meter en problemas cuando venga la Srta. Nahia por acá deje de estar mirando tan lejos, deme un abrazo y cuídese hermano, gracias por su ayuda estos seis meses.
- No hable tan alto Nicolás que aquí en el pueblo las paredes tienen oído, donde se llegue a enterar el Sr. Marcos que yo miro con otros ojos a su hermanita me echa de sus tierras, un abrazo hermano ha sido un honor conocerlo y compartir con usted todos estos años, cuídese donde quiera que vaya.
Greicy se acercó y le dio dos besos a Miguel.
- Gracias por todo que mi diosito le pague y lo recompense con una buena mujer, decía Greicy.
- Mi dios la oiga comadre cuídeme a Nicolás y espero estar recibiendo noticias vuestras.
Cuando iban en el bus camino a Ciudad de México Nicolás le dio el sobre a Greicy para que lo abriera, y le leyera la nota.
- Aquí hay mucho dinero mijo, con esto nos da para vivir al menos 6 meses, hay que administrarlo bien mientras consigo trabajo allá en Ciudad de México, vea lo que dice la nota.
: Espero que este dinero les ayude a irse a otro pueblo, no saben lo agradecidos que estamos con ustedes. Ya saben lo que tienen que hacer, atentamente Enrique Lopez. .- Decía Greicy dándole el sobre a Nicolás,
- aquí hay algo más mija vea una foto del niño,- decía Nicolás.
Greicy tomó la foto llorando y la abrazo mi pequeño mateo, ahora te llamas Lucas así pone aquí detrás, pero para mí siempre serás mi pequeño mata. Dios te guarde por siempre.
Helena Mendoza se encontraba algo preocupada.
- Tigre sabes algo de mi marido aun nada que aparece me tiene preocupada el condenado nada que contesta el celular y eso es muy raro en él porque aunque tengamos nuestras historias, siempre viene a dormir a la casa, y a echarnos un ojo a la niña y a mí. decía Helena
- No patrona, desde ayer por la tarde no sabemos nada del Sr. Gabriel la última vez que lo vieron estaba con el Sr. Marcos Henao, ya sabe el riquillo ese que se las da de matón pero que no es más que un pinche escuincle rico malcriado y caprichoso. contestaba tigre
- Así que anda nada más y nada menos que con ese mujeriego, que se la pasa metido de cabaret en cabaret y yo como una buena pendeja preocupándome por si no llego a la casa, está bien gracias por tu trabajo tigre y no te preocupes no mencionare que me dijiste nada, prepárame una camioneta y llama a Soraya, necesito que se quede con Gaby.- Decía Helena.
- Está bien patrona, ¿quiere que la acompañemos algún sitio?- preguntaba tigre.
- No tigre esto lo arreglo yo sola, retírese.- contestaba Helena
Buena tarde patrona, me mando a llamar.- decía Soraya.
- Buenas tardes Soraya, necesito que te quedes con Gaby, voy a necesitar alguien que la cuide más seguido por que pienso volver al negocio y tú no puedes descuidar tus obligaciones en la casa necesitare una persona de confianza para que cuide de ella.- decía Helena.
- Patrona con todo respeto y si me permite hoy viene una prima a vivir conmigo, ella podría cuidar a la bebe.- decía Soraya.
- Me lo pensare, de momento tengo que salir, cuide bien de ella, Soraya usted me responde con su vida, tigre llámeme a tres de los hombres tendrán que venir conmigo. – Gritaba Helena
Gabriel y Marcos eran socios, Marcos lavaba el dinero de Gabriel mediante las empresas de su padre, tenían una buena relación, ambos eran muy ambiciosos, tenían algo claro serian socios mientras les convenga a ambos y que mejor empresa para lavar dinero que una financiera.
- No puede ser, me quede dormido, como Helena empiece a indagar y se entere que ando con Marcos no tardará en aparecerse aquí a echar bala como una pinche loca. – decía Gabriel
- Decías algo bombón- le respondía aun medio dormida Katy una prostituta de la agencia de Madam la dueña de la propiedad donde se encontraban
- Que se vista de prisa reina sino esa boquita deliciosa mañana estará llena de moscas. – decía seriamente Gabriel.
Sin pronunciar palabra alguna Katty se levantó tapada entre las sabanas, sabía que Gabriel le hablaba enserio y su vida corría peligro. Apresuró a vestirse
Gabriel salía de la habitación en calzón y le tocaba la puerta a Marcos.
- Tenemos que irnos antes de que aquí se forme una balacera- le gritaba Gabriel
- Lárgate tú si queréis, deja de tenerle miedo a tu mujer. – decía Marcos
Helena y sus hombres llegaban a la cabaña algo retirada de la ciudad
- Para aquí tuerto no quiero que los demás de nuestros hombres pongan sobre aviso a este infeliz, no quedará ninguna prostituta viva en este lugar- decía Helena
- Como usted mande patrona, lo único que pedimos es que nos respete la vida a los muchachos y a mí, el patrón creerá que lo hemos traicionado trayéndola aquí pero usted ya se sabía el camino. Decía ratón
- No te preocupes ratón – Helena Mendoza está de vuelta en el bisness.
Helena y sus hombres llegaban al lugar tomando por sorpresa a dos hombres de seguridad de su marido que se encontraban en la puerta, apuntando en la cabeza a uno de ellos.
- La patrona esta devuelta y les voy a probar fidelidad se me quedan calladitos y colaboran. – decía Helena
- Patrona que hacemos con ellos- decía ratón apuntándoles
- Son unos hombres inteligentes suéltalos ellos nos ayudaran a amarrar en la planta de abajo a todas estas zorras. Cuantos de nuestros hombres hay aquí – preguntaba Helena aun apuntándole en la cabeza.
- Cuatro, patrona respondía asustado uno de los que se encontraba en la puerta.
- Quedan dos arriba así que con mucho ojo muchachos, el primero que ponga resistencia se muere, no se le muerde la mano a la persona que te da de comer. – decía Helena con una mirada fulminante.
- Marcos nos tenemos que ir ya, no te lo vuelvo a decir me puedo meter en serios problemas con mi mujer como no salgas de allí ya. – decía Gabriel.
- Te tiemblan los huevos con tu vieja deja de tenerle miedo y enséñale que tú eres el de los pantalones – gritaba desde dentro de la habitación Marcos, cuando escucho un disparo que abrió la puerta.
Helena estaba detrás de Gabriel justo en el momento que Marcos le gritaba aquellas cosas, le quito el arma a su marido que encontró en calzones y ordeno que sus hombres se lo llevarán a la camioneta.
- Te voy a enseñar escuincle quien es la que tiene los pantalones en este negocio. – decía Helena apuntándole a la cabeza a Marcos y disparo.
- Estas loca por poco me matas tú no tienes ni idea de quién soy yo te arrepentirás. – decía marcos.
Helena había matado a la prostituta que se encontraba a su lado.
- Me arrepentiré pero de no haberte pegado ese balazo a ti como no te calles de una vez. – decía Helena.
Helena ordeno a sus hombres a amarrar en el salón de abajo a todas las prostitutas que se encontraban en la cabaña
- Lo diré una sola vez quien se acostó con mi marido, podemos hacerlo por las buenas y aquí no ha pasado nada o por las malas, ratón me trajiste el ácido- decía Helena.
- Un momento, no quiero que nadie muera ni resulte herido por mi culpa, yo me acosté con su marido – decía Katty que salía del piso de arriba se había escondido debajo de un canapé.
- Vaya y con ese descaro me lo dices que valiente- decía Helena mientras disparaba a una de sus piernas haciéndola rodar por las escaleras.
- Pónganla en el maletero del carro donde esta Gabriel.- ordenaba Helena
- Patrona y que hacemos con ellas.- preguntaba ratón
- Quemen toda la cabaña con ellas dentro así Madam entenderá que a mi marido no se le da servicio.- decía Helena
Se oían los gritos de desesperación de todas aquellas mujeres.
- Tu pinché mujer está loca casi me mata la desgraciada- decía Marcos algo asustado
- Te dije que nos fuéramos cabron, agradece que mato a la luz y no te pego esa bala entre las cejas a ti. – decía Gabriel con una sonrisa maliciosa.
- Sra. que hacemos con el encargo- decía ratón
- Es un regalo para los hombres de la cocina llévenla allí desnuda y que disfruten yo iré para allá cuando arregle unos asuntos. Decía Helena
- Y con el patrón que hacemos- preguntaba ratón
- De él y su amiguito me encargo yo, me los amarran en el sótano de la casa pero no me los vayan apretar eso lo decidiré después – decía Helena
Greicy y Nicolás llegaban a Ciudad de México
- Mire mijo que bonito se ve todo, cuando vine con los patrones ni aprecie que lindo era, solo miraba a mi pequeño Mateo- decía Greicy.
- Es hora de empezar de cero mija con la ayuda de Dios, esperemos que su prima nos eche una mano y le consiga pronto un trabajo- respondía Nicolás.
Tendrían que coger un taxi hasta casa de su prima ya que Greicy no podía subir a su marido y todas las maletas a otro autobús, Nicolás ya estaba bastante agotado por el viaje.
- Se puede retirar Soraya- decía Helena
- La niña se acaba de dormir patrona, es una niña muy buena, ¿se pensó lo de mi prima? Preguntaba Soraya.
- Con todos los problemas que tengo, y más que se me vienen encima no he pensado en ello, pero dígale a su prima que venga el lunes, quiero hacerle una entrevista- decía Helena.
- Gracias patrona- decía Soraya mientras se retiraba.
Marisol y doña Leticia se encontraban preocupadas Marcos llevaba dos días sin aparecer y aunque era algo frecuente en él siempre contestaba las llamadas de su madre.
- Donde se abra metido, - decía Marisol
- Espero que este bien- contestaba doña Leonor angustiada.
- Seguramente esta de parranda con alguna de sus amiguitas, no te angusties madre, Marcos siempre se las arregla para tenerte con el corazón en la boca- decía Marisol
- Hay hija ya lo entenderás cuando crezca Lucas- respondía Leonor con un gran suspiro.
Helena llegaba después de dos días a la cocina donde se encontraban 25 trabajadores preparando azúcar como lo llamaban en clave aquel polvo blanco que se dedicaba a distribuir.
- Mátame por favor ten piedad – decía Katty agonizando
La habían violado todos los tragadores de ese lugar sin parar uno detrás de otro hasta se confabulaban para violarla en grupo, se estaba desangrado habían utilizado palos para lubricar su trasero, cuando se cansaron de ella la amarraron en un árbol. Allí la encontró Helena.
- Para que aprendas perra- dijo Helena mientras le disparaba en la frente sin piedad, escupió su rostro y se marchó.
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La hija de mis padres
RomanceHelena Mendoza se vio desde temprana edad sola en el mundo, le toco aprender a sobrevivir siendo una pequeña niña le robaron la inocencia y en todo lo que creía, con tan solo doce años su padre la vendió en un prostíbulo, para que dejara de ser una...