Lucas estaba en el sofá del salón de Helena, el doctor lo había visto se encontraba bastante adolorido pero no era nada grave, solo golpes superficiales, Greicy lo observaba con gran atención, cuando vio al muchacho con sangre en su camisa se angustio muchísimo.
- No sabía que eras adoptada, porque nunca me lo habías contado.- preguntaba Lucas.
- Es algo que no tiene importancia para mí, mis padres son ellos y punto.- decía Gabriela señalando una foto de Helena y Gabriel.
- Nunca te has preguntado que paso con tus verdaderos padres.- insistía en seguir el hilo de la conversación Lucas.
- Las personas que me trajeron al mundo me dejaron tirada en la puerta de un orfanato como si mi vida no valiera nada, tenía días de nacida era una bebe indefensa ni los animales abandonan a sus crías, si algún día los tuviera al frente les diría lo mucho que los aborrezco, mis padres me lo han dado todo y no me refiero a las cosas materiales, todo el amor, educación, valores y principios todo lo que soy es gracias a ellos, hicieron de mí una buena persona, a pesar de que sus vidas no son perfectas. Decía Gabriela
- No me gusta que hables de esa forma, se siente rencor en tu voz, tienes que aprender a perdonar.- decía Lucas
- Tu serias capaz de perdonar algo parecido Lucas, o tu Greicy serias capaz de abandonar a tu hijo a su suerte.- preguntaba Gabriela con un tono estresante
- Mi niña por qué me haces esa pregunta.- contestaba Greicy bastante nerviosa.
- Yo también los odiaría, pero con el tiempo trataría de sanar la herida.- contestaba Lucas.
- Olvídalo nana, perdóname yo mejor que nadie sé el gran ser humano que eres, no existe persona en este mundo más buena y sincera que tú, yo sé que tu serias incapaz de algo tan aberrante, saben mejor me voy a bañar.- decía Gabriela dándole un beso apasionado beso a Lucas
Lucas estaba recostado en el sofá había sido atrapado por el sueño esperando a Gabriela, Greicy lo miraba con dulzura sin dejar de pensar en las palabras que había dicho: -yo también los odiaría, en se momento se sintió como si un cuchillo atravesara su corazón y lo hiciera trizas, se acercó al joven y le planto un beso con mucha dulzura y delicadeza en su frente.
- Otro ratito más mamá.- decía el joven dando la vuelta a su cuerpo.
En ese momento sonó el timbre de la casa, Lucas estaba profundamente dormido que ni lo sintió, Greicy se apresuró a abrir la puerta.
- Buenas tardes, yo soy, se puede saber qué demonios hace usted aquí, donde está mi hijo.- decía Marisol estremeciendo por el brazo a Greicy.
- Me suelta señora Marisol, deje el escándalo, Lucas podría escucharnos, trabajo en esta casa, nunca fue mi intensión acercarme a él o a su familia, el destino se encargó de reunirnos de nuevo, por ahí dicen que la sangre llama señora ustedes han hecho un gran trabajo y no sabe lo agradecida que estoy con ustedes mi hijo es un buen muchacho.- decía Greicy.
- Cállese, no le creo nada de lo que dice, como se atreve a decir que es su hijo, cállese no se atreva a repetirlo nunca más.- decía Marisol dándole una bofetada en el rostro a Greicy.
- Como se atreve a pegarle a mi prima, a mí me da igual quien sea usted, Greicy por qué es bien tonta, si la vuelve a tocar no respondo.- decía Soraya al percatarse de la situación.
- Que sucede desde allá dentro se escuchan sus gritos, que haces aquí mamá.- preguntaba Lucas.
- Vámonos ya, metete en el coche.- ordenaba histérica Marisol.
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La hija de mis padres
RomanceHelena Mendoza se vio desde temprana edad sola en el mundo, le toco aprender a sobrevivir siendo una pequeña niña le robaron la inocencia y en todo lo que creía, con tan solo doce años su padre la vendió en un prostíbulo, para que dejara de ser una...