- Mijo sé que es algo duro para ti y que casi no puedes hablar pero sé que me entiendes, voy hacer lo que tanto me insistías, voy a dar en adopción a nuestro pequeño mateo, tenías razón mijo no podemos mantenerle el niño nació gordito, tiene los ojos verdes como usted, también tiene mi lunar en forma de estrella en su manito derecha, está muy bonito y redondito de momento sigue así porque aún me queda algo de leche materna pero no tengo que comer tengo que salir a recoger ropa de los demás campesinos y lavarla y plancharla a cambio de un poco de comida mientras el niño duerme pero cada vez es menos lo que me dan, a este ritmo pronto me quedare sin leche para el pequeño, voy a llevarle a Ciudad de México para darle en adopción, lo único que te pido es que me dejes abrir nuestros ahorros solo tomare la mitad del dinero para poder ir hasta allí y dejarlo en un buen lugar solo tienes que asistir con la cabeza.- indicaba Greicy con los ojos rojos y agrietados de tanto llorar,
- Asistió con la cabeza y dejo caer unas lágrimas- Nicolás
Marisol se encontraba más calmada pero con el corazón completamente roto, se había convertido en una mujer distante ya no sonreía, solo vestía de negro y su semblante se veía cada vez más apagado, miraba el hermoso paisaje y daba grandes suspiros
- es el último día en este lugar, donde fui tan feliz durante mi espera, pero al que ya no quiero volver nunca más - decía Marisol
- Nos volveremos a Ciudad de México esta misma tarde después de que arregle unos cuantos asuntos Miguel el capataz me conto que hace unas semanas uno de los campesinos quedo prácticamente minusválido ya no podrá trabajar más, me pidió por piedad le deje unos cuantos pesos a ese pobre hombre para que mantenga unos cuantos días a su mujer que hace unas semanas dio a luz.- Decía Enrique arrepintiéndose de sus palabras de inmediato.
- Quiero conocer a esa mujer y a ese niño, yo misma me encargare de llevarles el dinero, me hará sentir un poco mejor- decía Marisol con el rostro iluminado
- Quiero ir ahora mismo a llevarle este dinero, si quieres puedes acompañarme - contestaba Enrique
- Preparo mi bolso con unas cuantas cosas que eran para nuestra pequeña y nos vamos.- Contestaba Marisol
E Tomo algunos pañales, unas toallitas húmedas, una toalla muy fina y unos bodis blancos, los metió en una bolsa y se marcharon al hospital.
- Ya estoy aquí con todo preparado mijo, vine con mateo para que le dé un beso y le vea su carita, por última vez, se parece mucho a usted, será un hombre tan guapo y fuerte, espero que alguien con un buen corazón lo adopte y le pueda dar todo lo que nosotros por falta de recursos no podemos. - Decía Greicy llorando
- Disculpe estábamos aquí en la puerta y nos fue inevitable escuchar todo lo que usted acaba de decir, la verdad me desconcierta un poco ver como una madre acepta el separarse de su hijo por darle un mejor futuro, creo que en realidad lo que usted está haciendo es el mayor acto de amor que puede hacer por él en toda su vida, con su permiso me presento soy Marisol- decía irrumpiendo en la habitación
Los ojos de Nicolás se abrían como un sapo, al ver a la hermosa hija del patrón, y esposa del supervisor y mano derecha de Don Jacinto el dueño de todas aquellas tierras, allí en ese humilde hospital visitándolo a él.
- No tiene por qué disculparse patrona, que vergüenza que escuchara nuestros asuntos, pero no tenemos como mantenerle, si sigue a nuestro lado no tendrá ninguna oportunidad, ni si quiera de ir al colegió, esperaríamos a que creciera lo suficiente para que desde temprana edad le toque trabajar en el campo para poder llevarnos algo a la boca, decía Greicy con mejillas ruborizadas agachando la cabeza.
- Oh aquí estas encontraste la habitación antes que yo- decía Enrique.
Podía ver como su mujer ya tenía entre sus manos al pequeño mateo lo miraba con profundo amor y melancolía.
- Nicolás lamento mucho lo ocurrido vine a traerle su finiquito y algo más de dinero, mi mujer y yo volvemos hoy mismo a Ciudad de México quisimos venir a ver su estado de salud personalmente, le daré algo más de dinero para que puedan sobrevivir, y comprar sus medicinas o las cosas que necesite el niño.- decía Enrique
- Las cosas del niño no va hacer falta, tienen pensado en llevarlo hoy mismo a Ciudad de México para darlo en adopción, míralo Enrique es tan bonito tiene los ojitos verdes como tú- decía Marisol mirando a los ojos a su marido que entendía perfectamente lo que su mujer le estaba pidiendo a gritos con esa mirada.
- Nosotros lo adoptaremos- se apresuró a decir Marisol sin pensar en sus palabras.
- Podemos hablar un momento fuera.- decía Enrique
- Si es lo mejor para ti y esto te hace feliz, aunque traiga tan solo un poco de paz a tu corazón yo lo hare por ti.- decía Enrique
- Prométeme que vas a intentar quererlo como si fuera nuestra pequeña dulce- respondía Marisol
- Te prometo que lo intentare.-
- Esa mujer está como loca, se ve un poco desesperada, en el pueblo murmuraban que había tenido dos abortos y que estaba en el último mes de embarazo, aunque sé que si se empeña en mateo y lo adoptan él tendría todas las oportunidades iría a los mejores colegios, aprendería varios idiomas y sería el día de mañana una persona de bien, sería lo mejor para el pequeño- le decía Greicy a Nicolás mientras Marisol y Enrique hablaban fuera.
- Es lo mejor, - decía susurrando y con gran esfuerzo Nicolás.
- Nosotros queremos adoptar a vuestro hijo, si ustedes aceptan les propondremos unas condiciones aunque no sé si estemos en posición de exigir nada, ustedes nos estarían dando vuestro tesoro más preciado.- Decía Marisol
- Patrona nosotros estaríamos muy felices y agradecidos de que sean ustedes quienes se quedaran con nuestro hijo, allí en un orfanato en Ciudad de México tal vez lo adopte una buena familia o tal vez no, y nosotros sabemos que ustedes son unas de las mejores familias para nosotros sería un honor díganos usted que nos propone- decía Greicy
- Nosotros le proponemos pagar el hospital toda la estadía de su marido y toda su recuperación pero cuando el este bien tendrán que irse a vivir lejos, nosotros les daremos, una vez recuperado Nicolás, una buena cantidad para que puedan empezar en otro lado, a 3 pueblos de aquí tenemos contactos que les podrán dar trabajo. Decía Enrique
- Nosotros no tenemos con que pagar el hospital tampoco sabemos cuánto tiempo tarde en recuperarse, ni mucho menos todas las medicinas que necesita Nicolás hasta su total recuperación, pero nosotros no estamos interesados en vender a nuestro hijo, si se lo quiere llevar, lléveselo pero no le aceptaremos ni un solo peso, solo queremos que él esté bien y que usted le dé un poco de cariño esa seria nuestra mayor recompensa. Decía entre lágrimas Greicy
- No se lo tome así mujer, nosotros le daremos todo nuestro amor de eso puede estar segura y tranquila, pero queremos asegurarnos que no nos lo querrán quitar dentro de unos años cuando ya estemos encariñados con él.- Decía Marisol
- Señores o aceptan nuestra propuesta o no nos llevamos al niño, entiendan el día de mañana será él, el dueño de estas tierras, y no puede enterarse nunca que ustedes son sus papás, tienen que irse lejos y para eso necesitan dinero, el cual estamos dispuesto a dárselo.- respondía con severidad Enrique
- Es lo mejor para Mateo - decía Nicolás asistiendo con la cabeza, dáselo ya.
- No es tan sencillo, ella tendrá que venir con nosotros a la capital para firmar una serie de papeles, una vez acabemos todo el tramite ella regresara a su lado hasta que se recupere y cuando usted lo haga deberán partir de estas tierras.- decía Marisol
Todo ocurrió muy rápido esa misma tarde viajaban a Ciudad de México para proceder a la adopción del pequeño, Greicy estaría dos días más con él, lo abrazaba y besaba mientras dejaba su mirada perdida entre las nubes, nunca se había subido en un avión, pero eso era lo que menos le preocupaba, sabía que su hijo estaría en buenas manos, pero se le partía el corazón tener que alejarse de él. Tenía muy claro que cumplirían su acuerdo esperaría a que se Recuperará su marido y entonces se irían lejos con la ayuda de Marisol y Enrique para comenzar su vida en otro pueblo.
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La hija de mis padres
RomanceHelena Mendoza se vio desde temprana edad sola en el mundo, le toco aprender a sobrevivir siendo una pequeña niña le robaron la inocencia y en todo lo que creía, con tan solo doce años su padre la vendió en un prostíbulo, para que dejara de ser una...