¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
TRAS RECIBIR UN LLAMADO DE SU PRIMA EN BUSCA DE AYUDAPARA hacer una fiesta de despedida para FP en el Whyte Wyrm, Dallas acordó reunirse con ella en el bar. Mientras esperaba había decidido hacerle compañía a Toni, quien se encontraba trabajando. A esa hora había poca gente y la joven había sido capaz de tomarse unos minutos para pasar el rato junto a su mejor amiga.
—Últimamente noto a Sweet Pea mucho más feliz —comentó Toni con sus brazos apoyados sobre la barra—. Tú siendo su novia y su papá recuperado han cambiado completamente su humor.
Una pequeña sonrisa hizo presencia en el rostro de Dallas. Era agradable saber que era una de las razones de la felicidad de su novio. Toni vio un brillo peculiar en sus ojos ante la mención del joven y sus ojos se abrieron al darse cuenta lo que estaba sucediendo.
—Oh por dios —murmuró produciendo que el ceño de su amiga se frunza—. ¡Estás enamorada de Sweet Pea!
La joven Tate sintió su corazón martillear con insistencia mientras la sangre se juntaba en sus mejillas volviéndolas rosaceas. ¿Acaso estaba enamorada? Era la primera vez que se detenía a pensar en ello. Si, él era su pensamiento más recurrente y quien más sonrisas traía a su rostro, tal vez sólo con la mención de su nombre. Era quien había estado en sus momentos más difíciles las últimas veces y la única persona que le interesaba que a sus padres le agrade. Era quien la hacía feliz con sólo una sonrisa y quien juntaba sus partes rotas con sólo un abrazo. Era una estrella solitaria en el firmamento que sólo brillaba para ella.
Dallas sintió su boca secarse y su pulso acelerarse. Estaba profunda e irreversiblemente enamorada de Sweet Pea.
—No puede ser —dijo sobre un susurro—, estoy enamorada de Sweet Pea.
—Wow.
Al oír aquella voz sintió su sangre congelarse y su corazón saltarse un latido. Dallas giró el rostro hacia la izquierda y se encontró con la mirada de su prima. Betty sonreía de lado y parecía feliz por ella, incluso orgullosa.
—Lamento haber escuchado —murmuró con diversión—. Pero en serio me alegro por ti, Dal.
La joven Tate se relajó y sonrió en pequeño.
—Gracias, Betty.
Luego, la joven de cabello rubios dirigió su mirada a Toni y Dallas supuso que se pusieron a hablar de la despedida de FP, porque se veía incapaz de concentrarse. Una vez más, como le pasaba cada vez con más frecuencia, Sweet Pea había inundado sus pensamientos. Lo amaba, no había manera de negarlo y deseaba decírselo, pero un nuevo sentimiento se había abierto paso. Tenía miedo, miedo a su reacción y que él no sintiera lo mismo; aunque sabía que era un miedo tonto. Él era su novio y ella lo amaba, merecía saberlo sin importar lo que pasara luego.
