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CUANDO SU PADRE ENTRÓ A SU CUARTO ESA TARDE PARAPEDIRLE que lo acompañe a una reunión, lo último que esperaba Dallas era encontrarse en el tráiler de los Jones junto a ellos, Hiram y Veronica Lodge. Tras ver a la joven allí no hubo más dudas sobre el asunto, Veronica estaba al tanto de los negocios de su padre y eso era desagradable. En ese instante la joven quiso seguir estando tirada en su cama bajo las sábanas con un pote de helado y llorando viendo El Rey León, y lejos de allí.
—Gracias por recibirme para discutir este malentendido.
FP dejó una vaso de agua en la mesa ratona entre ellos y volvió a tomar asiento entre su hijo y su nueva mano derecha, Walker, quien del otro lado tenía a su hija. Veronica había acordado la reunión aquella mañana en la escuela pero Jughead se negó a menos que ellos fueran a Sunnyside Trailer Park.
—No es...
—No hay malentendido —dijo FP interrumpiendo a Jughead—. Tall Boy dijo que le pagaste para decapitar esa estatua.
—Como una excusa para inculpar a las Serpientes —agregó Jughead.
Veronica se removió en su lugar y al ver su rostro Dallas supo que pensaba que estaban exagerando.
—Y sacarnos de Sunnyside Trailer Park —agregó Walker.
—Hay muchas personas que temen perder su casa —contó FP.
—Ya me enteré —dijo Hiram—. Y aunque no tengo nada que ver, hablé con la alcaldesa McCoy. Como gesto de buena voluntad con la comunidad de Southside, pagaré cualquier alquiler atrasado que deban ustedes o sus vecinos.
FP y Walker intercambiaron una mirada antes de que la del líder pase a su hijo.
—¿Y qué quiere a cambio? —inquirió Jughead.
—Porque claro que esto no puede ser gratis —espetó Dallas—, ¿me equivoco?
—Paz en esta tierra.
La respuesta sonó tan vacía como Dallas supuso que Hiram era, desprovisto sobretodo de compasión. No le creía y sabía que su padre y su líder tampoco, mucho menos Jughead, o al menos eso esperaba. Veronica, sentada en la punta, tenía una sonrisa en su rostro, complacida con la respuesta de su padre.
