v. the book

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capítulo cinco,
( the book )

capítulo cinco,( the book )

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  COMO NUNCA ANTES SE HABÍA VISTO, DALLAS PASABA CASA vez más tiempo con Cheryl. No podía dejarla sola sabiendo por lo que estaba pasando. Podía ser engreída y malvada cuando quería, pero la joven Tate había ido a su casa las veces suficientes para saber que tenía una razón de ser. Ahora con Jason muerto, Cheryl debía sentirse más sola que nunca.

Ambas amigas se detuvieron en el umbral de un salón al escuchar lo que Ethel contaba. A su alrededor había un grupo de chicas, incluidas Betty y Verónica frente a ella.

—Y luego él o uno de sus gorilas escribió sobras desaliñadas en mi casillero.

—Si, si —masculló Cheryl—, todos hemos oído tu trágica historia de origien.

—Lo siento mucho, Ethel —murmuró Betty acariciando su espalda e ignorando a Cheryl.

—Eso es horrible —masculló Dallas con la nariz fruncida con disgusto.

—No tan horrible como ser sospechosa del asesinato de tu hermano, pero todos cargamos nuestras cruces —dijo Cheryl inexpresiva—. Mientras tanto, las prácticas de las Vixen son en cinco minutos, zorras.

Dallas la miró con los ojos entornados, pero Cheryl simplemente se encogió de hombros. Estaba siendo insensible y la joven de cabellos castaños odiaba cuando se ponía de ese modo. Era increíble que Cheryl fuera de un modo al estar solas y de otro al estar acompañadas. Dallas a veces dudaba sobre quien era realmente. ¿Era así de fría e insensible o sólo era una máscara? Si sólo era una máscara, entonces sabía usarla muy bien.

—Están arruinado nuestras vidas —murmuró Ethel angustiada, al borde del llanto—, y para ellos, es sólo un juego. Llevan un marcador y...

—Espera —interrumpió Verónica—. ¿De qué hablas? ¿Llevan un marcador?

—Eso es enfermo —susurró Dallas con disgusto.

—Cada conquista les da puntos —contó Ethel—. Llevan registro en un libro secreto.

—Tenemos que hablar con Weatherbee —dijo Betty con indignación.

—Ya lo intenté. —Ethel se encogió de hombros—. Weatherbee dijo que no encontró nada.

—Necesitamos pruebas irrefutables.

—¿Pruebas de qué, Nancy Drew? —inquirió Cheryl sonando molesta—. ¿De que los chicos son chicos? Y eso del libro apesta a leyenda urbana.

—¿Como podrías saberlo, Cheryl? —preguntó Verónica enfadada con el hecho de que no aportara y bajara el humor.

—Porque antes de morir, mi hermano era cocapitán del equipo de Chuck. Y Jason nunca lo nombró. Y él nunca lo hubiera permitido.

serpent stare ━━ sweet pea ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora