Su alegría ilumina mi mundo, la volví a sentir, me regala su mejor tiempo, se transforma en el agua de mí ducha diaria, la veo en todas las chicas morenas, miro ojos negros ajenos, es mi aire, es mi comida, una ilusión que ocupa un espacio que erradiqué....
Ese fue mi sentir durante un largo tiempo.
La realidad es bien distinta, no soy nadie para ella, no se preocupó en conocerme, me retira su afecto, no puedo opinar, compartir o tener algún tipo de reclamo. Sin iniciativa, sin momentos, ni interés, ni diálogo, me saca enseguida, un rumbo hacia el perdernos. Una caída libre preconcebida, sólo sé lo que me dejó ver, sólo sé lo que me quiso decir, sólo pedí sencillez, sinceridad, honestidad, pensé que las tenía, y me las arrebató. No es la niña de la que estoy enamorado, me la guardó también, como la esquimal tapada con sus pieles. Amor sincero y verdadero en cada letra tatuada.