Hasta morir.

-Capítulo 1:

Me siento en mi sitio con una sonrisa estúpida en la cara, hoy realmente sería un buen día, nos asignaban nuestro primer caso. No era uno de verdad en realidad, tan sólo teníamos que reunir información sobre el paciente y presentar a la clase nuestras observaciones. Era una mera preparación para la prueba del último curso. El manicomio Daly State Hospital dio permiso a los estudiantes de psicología del tercer año de la Universidad de San Francisco para hacer visitas de media hora a pacientes estables y no peligrosos, una oportunidad que no desaprovecharía. El trabajo se entregaría a finales del último cuatrimestre y contaría el ochenta por ciento de la nota así que tendría que esforzarme, aunque tenía todo el curso por delante.

-Hola alumnos, tal y como prometí tengo ya las listas con los nombres de los pacientes que podéis visitar. Recordad, tenéis que averiguar con los síntomas que ellos tengan lo que padecen, si al final del curso sabéis eso lo tenéis prácticamente hecho, con eso y claro está, las observaciones con los avances de cada día. Por orden de lista iréis cogiendo un papelito y me diréis el nombre que os ha tocado, suerte. -Dijo la profesora nada más entrar en la clase-

De su bolso sacó un tupper de plástico con pequeños papeles dentro, yo era de las que estaban en el centro de la lista y me tocaba esperar un rato, pero merecía la pena. Cuando llegó mi turno pasé las manos por mi pelo nerviosa y fui a coger el maldito papelito.

"Harry Styles"

La profesora me miró al saber el nombre y abrió la boca para decir algo pero finalmente se calló. El resto de la clase se dedicó a explicar los detalles como la fecha exacta de entrega, que sólo se permitían las visitas los fines de semana y cosas así. Todo el día estuve distraída pensando en cómo sería mi paciente, de qué enfermedad sufriría, si el manicomio estaría bien o sería frío y hostil como creía que sería, muchas cosas rondaban por mi cabeza y ninguna se refería a los estudios. Mañana mismo me iría a Daly City para hacer una visita a su manicomio y a mi nuevo paciente.

Hui de mis amigas a la salida, subí al coche y me encaminé hacia la fraternidad para preparar ropa para dos días, ya que estaba me quedaría todo el fin de semana, ¿no? No iría hasta allí para hacer una visita de media hora y luego volverme, Daly City estaba a más o menos una hora de la fraternidad.

(...)

Me quedaba en un hostal a unas calles de distancia del verdadero lugar por el que estaba aquí, y era bastante barato, hacía unos diez minutos que había entrado en el manicomio y me estaban haciendo un carné para permitirme la entrada al edificio. Me pidieron el dni y el nombre de la universidad a la que iba para verificar mi permiso para entrar, gracias a Dios que sólo fue eso porque yo estaba tan nerviosa y tan distrída mirando el entorno que no estaba muy atenta a mi conversación con el recepcionista...

Este lugar parecía desde fuera una gran mansión del siglo pasado con apenas jardín, desde luego era bastante antiguo. Su interior se basaba en la recepción de la entrada y luego detrás de la puerta de seguridad los pasillos y pasillos llenos de habitaciones de distinto tipo de uso. Había cámaras por todos lados y de vez en cuando te podías encontrar con un guardia de seguridad paseando por el lugar en busca de algo sospechoso.

-Se le asignó el paciente Harry Styles, ¿cierto?-El hombre de recepción habló después de estar como un cuarto de hora 'verificando' en su ordenador-

-Sí, ese. -Dije con voz entrecortada, la boca se me había secado porque estaba muy nerviosa y en el fondo no sabía por qué, esto no era para tanto, ¿no?-

El hombre hizo una mueca de algo parecido al desagrado pero sin llegar a ello ante mi respuesta afirmativa que intentó camuflar con una débil sonrisa, intento fallido. Después de su mal disimulo me dio un carné que me guardé en el bolsillo del pecho de mi camisa dejándolo sobresalir un poco para que no me llamaran la atención. Luego una señora de unos sesenta años me llamó desde detrás de la puerta de seguridad y el guardia que vigilaba me dejó pasar mirándome con desaprobación, ¿qué le pasaba a todo el mundo conmigo? ¿Qué tenía? Palpé mi ropa y me eché un vistazo como pude mientras caminaba al lado de esa señora para ver si algo en mí estaba fuera de lugar.