-Capítulo 2:

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Fueron cinco segundos los que me miró para luego volver su vista al suelo que me hicieron darme cuenta de todo eso, no me imaginaba tener una conversación con él. Tener que escuchar su voz lastimera, ver su expresión tristona... no sé si sería capaz, tendría que averiguar lo que le hizo ser así y poder entenderlo. Vi una silla de madera al lado del escritorio y la cogí para poder ponerme en frente suya, me sería más fácil hablar con él así, al menos lo tendría delante mía y podría fingir mejor en mi mente que esta era una conversación normal.

-Eh... he venido para hacerte un estudio psicológico. -Esa frase sonaba mejor en mi cabeza, pero de ahora en adelante pensaría antes de hablar- Quiero decir... soy una estudiante de tercer año en la universidad de San Francisco y me han dado permiso para poder relacionarme aquí con uno de sus internos, y ese 'uno' eres tú. -Hice una pequeña sonrisa que desapareció al instante en que vi que, en efecto, ni siquiera me miraba-

Miré la estancia por encima antes de volver a hablar, había poca luz y eso hacía de todo esto algo tenebroso.

-Me dejan venir los fines de semana y me dan puntos extra por esto. -Hubo unos instantes de silencio, no sabía qué decir-Mañana también voy a venir pero creo que a partir de la semana que viene sólo serán los domingos por la mañana... ya lo iré viendo.

De nuevo sin nada que decir, presentía que esto se me iba a pasar largo, que no llegaría a nada con este paciente. Supuestamente teníamos que escribir en una libreta los datos y avances de los enfermos o cualquier detalle que observásemos, pero con la persona que tenía en frente no veía mucho futuro, más bien todo negro. Tal vez debería pedirle un cambio de interno a la profesora, cualquier paciente sería más productivo para mis notas que él, seguramente se quedaría inmóvil aunque explotase una bomba en el edificio. Me sentía mal por pensar así de él sin apenas conocerle pero vamos, ¡es un enfermo mental! ¿Qué podría decir bueno de alguien así?

Oh Dios esta situación me está superando, yo no soy así, yo soy buena con los demás es sólo que... estoy frustrada, nada más, sí, tiene que ser eso. Lo mejor será que empiece a escribir algo, lo que sea en la maldita libreta porque sino, acabaré por tirarme por la ventana.

-Día 1:
Estoy teniendo mi primer encuentro con el interno Harry Styles.
No muestra síntomas de... prácticamente nada. No habla, apenas te hecha un vistazo, se comporta distante todo el tiempo, no se mueve, etc...

Le miro antes de escribir algo más, todo esto es tan extraño, ¿por qué no me pudo tocar a alguien normal? Qué tonterías pienso, ¿cómo algún interno de un psiquiátrico iba a ser normal?

A veces pienso o digo muchas tonterías.

Mi primera conclusión es que puede estar sufriendo un estado de shock por algún suceso traumático del pasado.
Puede que sea crónico, porque al parecer lleva unos cuantos años aquí, es lo más probable, pero cabe otra posibilidad.
Que esté así porque nadie le ha sabido ayudar y debo averiguar la forma de hacer que hable.

No iba a escribir más, sentía que debía reservar algunas palabras para otras ocasiones, porque desde luego en algún momento me quedaría sin ideas sobre qué escribir. Mis comentarios serían relatos breves sobre nuestros encuentros, sin detalles.

-Yo... espero que no te sientas incómodo con mi presencia o algo, si es así, podrías decirlo o expresarlo. -Esperé de nuevo una respuesta que nunca llegó, intento fallido de hacer que hable- ¿Lo tomaré como que te agrado?

-Suspiré y me pasó la mano por el pelo algo incómoda, revolviéndolo un poco- Bueno, debo decir que esto no era lo que me esperaba cuando vine a verte, pero estoy segura de que encontraré la manera de poder... mejorar esto de alguna manera.

Hasta morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora