-Capítulo 4:

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Después de lo que me pasó con el tema de mi ropa soy oficialmente la pringada de la universidad, ya no sólo tengo que aguantar a los de mi clase, ahora es a todos los estudiantes. Estaba harta de comentarios tipo:"¿Hoy llevas el sujetador de gatitos o el de la abuela? ¿Mañana llevarás los calcetines del cerdo?" Bueno, eso junto con comentarios burlescos y algunos hirientes sobre mi estilo, debería cambiar de ropa, más que nada porque no aguantaría todo el curso así. Esto es a lo que se llama empezar el curso con mal pie, más bien mal a secas, o puede que fatal, o algún sinónimo. El problema era que no tenía dinero, me dieron una beca para estar aquí-Milagrosamente, aún no sé cómo lo conseguí- y mi madre enviaba lo justo para poder terminar de pagar la plaza. Esta tarde saldría a buscar trabajo.

Y otra cosa era Harry, el domingo por la mañana fui a visitarle de nuevo y nada, no podía ser impaciente con esto y lo sabía, pero no conseguía evitar sentirme frustrada, ¿a dónde llegaría con esto?

-¡Alix! -Escuché a alguien llamarme, pero esta vez no parecía el típico que se quería burlar de mí y me giré-

-Ben. -Sonreí levemente como saludo, él era el único que se dignaba a hablarme decentemente desde la jugarreta que me hicieron, eso sí, no hemos vuelto a salir desde la última vez-

-¿Te molestaría que te invitase al 'Baile De Invierno'?

-Para eso queda mucho aún, ni siquiera es Octubre.

-Pero casi. -Respondió con una sonrisa amable-

-¿Estás seguro de esto? Soy la ridiculizada de aquí y quién sabe qué será de mí para Diciembre, puede que a ti también te hagan bromas pesadas. -Advertí, más que por su bien porque no estaba muy segura de si ir con él a ese baile era lo más adecuado-

-No creo que se atrevan a meterse conmigo, de hecho, no creo que te hagan nada si estás a mi lado. -Su tono fue uno confiado-

-Sí claro, y pretendes ser algo así como mi guardaespaldas durante todo el curso. -Hablé con sarcasmo-

-¿Por qué no?

-Porque eso sería algo raro...

-No tiene por qué serlo, somos amigos, ¿no?

-Eh... Pues... Supongo que sí... -Todavía no terminaba de confiar en él, pero parecía tener buenas intenciones así que está bien-

-Pues ya está, los amigos se defienden entre ellos, se protegen, no hay nada de raro.

-Ya, pero no sé... ¿Vas a estar todo el día detrás mío?

-No eres mala compañía. -Sonrió de lado-

-Bueno, vale, iré contigo al dichoso baile. -Desistí, este chico era algo irritante a veces-

-¿Adónde vas?-Me preguntó siguiéndome por el pasillo-

-A clase, ¿a dónde si no?

-No sé, bueno, luego te veo en el descanso.

Y tal como vino, se fue, qué chico más raro, estoy empezando a pensar que le gusto y no sabe cómo decírmelo, en ese caso, tendría que actuar rápido porque no quería que interpretase las cosas mal, o que hiciese esta cosa rara del guardaespaldas por intentar conquistarme, y en cuanto le expresase mi desinterés se iría y entonces, adiós a mi único amigo.

(...)

Mis pies me duelen, he estado todo el día caminando por el centro en busca de trabajo y apenas he comido, para colmo no tengo dinero para comprarme nada y en las entrevistas siempre me decían la misma excusa de que era una estudiante, que aún era muy joven e inexperta, y que ya será el momento de trabajar, que me tenía que formar más. ¿Para eso estaba yo estudiando medicina y la carrera de psicología? ¿Para que luego vengan unos mamarrachos a decirme que porque no tengo experiencia no tengo derecho a una oportunidad para trabajar? Si es así, que no se quejen luego si hubiese mucho paro.

Hasta morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora