-Capítulo 9:

141 7 2
                                    

Leer la nota de autor del final, es importante✒️

Abro la 113 intentando no hacer ningún ruido y la cierro de igual forma, estoy dentro. Intento controlar mi respiración para que esta situación sea lo más habitual para él posible, cierro los ojos y cojo una bocanada silenciosa de aire para luego soltarlo lentamente, todo está bien. Me dirijo hacia él y está en la misma posición y lugar que siempre, no me mira, sino que me echa uno de sus típicos vistazos para luego volver la mirada al suelo, una primera toma de contacto bastante decepcionante.

-Buenos días, siento llegar tarde. -Cojo la silla y me siento en frente suya, como siempre- ¿Cómo te encuentras hoy?

Le miro con expectación, mi pulso aún es irregular y cuando levanta su vista y sus ojos me observan con el ceño fruncido se descontrola más, sabe que algo está pasando por la expresión que tiene en la cara, podrá tener alguna enfermedad mental pero no es ni mucho menos tonto, esto me lleva a tener algunas sospechas pero no es el momento de hacer especulaciones.

-Me aclaro la garganta antes de hablar- Tengo que contarte algo. -Miro al suelo y juego con mi labio inferior entre los dientes, es algo que suelo hacer cuando estoy nerviosa- No me dejan verte más. Bianca, tu cuidadora, ha puesto excusas para que no entre aquí y lo más seguro es que sean mentiras pero... no sé por qué no quiere que hable contigo... Resumiendo, me asignaron a otro paciente la semana pasada y no me dejan volver aquí. -No sé por qué le doy tantas explicaciones y tan detalladas a un enfermo, pero de alguna forma sé que me escucha y me entiende en todo lo que digo-

Empieza a negar con la cabeza y el color verde de sus ojos se vuelve uno o dos tonos más oscuro, su ceño tiene ya tres marcas bastante evidentes de lo arrugado que está y pasa su mano por el pelo un par de veces, no sé cómo diagnosticar su estado de ánimo, es un popurrí de emociones, sólo me pregunto, ¿está teniendo una crisis? No lo creo porque si no, estaría destrozándolo todo, gritando y quién sabe qué más, nunca he visto una con mis propios ojos pero de lo que estoy segura es de que no la quiero ver en directo. Algo en mi interior empieza a inquietarse y sé por qué, no me fío de él estando así porque puede dañarme. Y, como si escuchara mis pensamientos, levanta su mirada y me encuentro con sus pupilas dilatadas dejando poco verde que ver en sus ojos, eso es mala señal. Trago saliva y me levanto por precaución porque no pienso estar sentada para cuando él haga alguna mala acción contra mí. No estoy segura de cómo lo sé pero lo hago, sé que va a hacer algo y como no le conozco no puedo deducir lo que es así que me pongo en lo peor, es lo que siempre hago en casos así. Desgraciadamente para mí, casi siempre tengo razón en los malos presagios.

-Mira, yo te dije que vendría esta semana porque creía que me devolverían tu caso pero como no ha sido así me siento en el deber de decírtelo yo misma. Bianca dijo que te lo contaría pero por tu reacción creo que no lo ha hecho así que después de todo, ir en contra de las normas y colarme aquí no ha sido en vano. Exacto, yo tendría que estar volviendo a mi casa ahora pero aquí estoy, y sé lo que podrás pensar de mí por esto pero simplemente quiero ser justa contigo... -Bien, cuando estoy nerviosa a veces hablo demasiado, y otra vez le estoy dando muchas explicaciones a este hombre que no tiene la suficiente capacidad mental para entenderme, pero de nuevo, siento que comprende mis palabras-

Su expresión de enfado no cambia y tampoco aparta su mirada de mí, es más, se levanta, y es más alto de lo que me imaginaba pero claro, no se puede saber muy bien la altura de una persona si ésta siempre está sentada. Me saca dos cabezas y se acerca con sus largas piernas a paso lento hacia mí, debo tener miedo, en cambio sólo siento una leve inquietud, la misma que sentía hace unos momentos y la sensación no ha cambiado. Doy unos pasos hacia atrás con él siguiéndome, en seguida mi espalda choca contra la pared, estas habitaciones son pequeñas para mi desgracia, su mirada me desconcierta porque no sé exactamente qué es lo que refleja, vaya futura psicóloga estoy hecha. A continuación todo me supera, porque en unos segundos sus brazos están a ambos lados de mi cara, su cuerpo prácticamente pegado al mío y su rostro muy cerca acorralándome. Entreabro los labios aguantando el aire y evitando pegar un grito, ha sido muy rápido poniéndonos en esta situación.

Hasta morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora