No podía tolerar que estaba pagando por un delito que no cometí ¡A penas desperté y ya estoy metido en líos!
● ¡Díos mío!... ¿A caso hice mal en esta vida?
Estaba huyendo a toda prisa y en la persecución mis torpes y delicados pies tropezaron, cayendo desplomado al suelo. En la tierra noté que una delicada mano tomaba mi cuerpo, al instante me percaté que era la joven del río, ella me hizo una señal poniendo su dedo en mi boca dándome a entender que no debía hacer ruido. Mi cuerpo y el de ella estaban separados por sólo diez centímetros, podía oír su respiración y el agitado palpitar de su corazón, levantó su barbilla y miro fijamente mis ojos, de repente sentí que mi presión sanguínea se aceleraba provocando que mis mejillas se enrojecieran, bruscamente me separé de ella y con una postura autoritaria y reclamatiba le dije:
● ¿Quién eres? y ¿Porqué me has condenado a ser un fugitivo?
Ella con una mirada que desnuda me pregunta,
○ ¿Cómo te llamas? -Atónito por su respuesta le respondí,
● ¿No te enseñaron a disculparse? - volvió a verme con sus ojos algo inestables.
○ Creo que necesitas un poco de ropa.
Al escuchar sus palabras me di cuenta que estaba semidesnudo, y mi cara nuevamente se tornó de color rojizo. No me podía creer que estaba en ese estado, y mucho menos frente de una chica, con un bajo tono de voz demostrando vergüenza le respondí;
● ¿Tal vez?
Sin pensarlo dos beses me ofreció un juego de ropas que había tomado del río, al instante y sin pensarlo dos veces acepté su regalo. En lo que me vestía, dediqué un momento a observar su rostro,
Tal parecía que su cara era de otro mundo, no había comparación ni adjetivo alguno para calificar tal belleza.
● Tranquilo Isaac, contrólate, ella es una desconocida y muy grosera para mi gusto.
No obstante a eso mi corazón comenzó a latir aceleradamente como si se quisiera salir de mi pecho.
● ¿Volveré a morir o través? - me pregunté rodando mis ojos.
Ella al ver que había terminado de cambiarme, me sugirió que fuésemos a un sitio a comer frutas, yo sin dar rodeos acepté, no sabía si era por el hambre que se apoderaba de mi cuerpo o por lo deceso de seguir adorando su físico. Me estaba enamorado de una joven ladronzuela y ni yo mismo lo sabía. Me llevó hasta un sitio donde la belleza no podía dejar de ser admirada,
Allí me ofreció unas frutas de los árboles y se sentó junto a mí para compartir los alimentos.
○ ¿No eres de por aquí verdad? -mientras comía preguntó. Sin permitirme darle una respuesta, continuó su interrogatorio.
○ ¿En dónde vienes?
○ ¿Te quedarás por estos rumbos?
Temeroso le respondí con una frase poco creíble,
● Si soy de por aquí, lo que ocurre es que de seguro no nos habíamos conocido.
Con una risa burlona responde,
○ ¿En serio crees que me tragaré lo que me acabas de decir?, vamos dime la verdad, o... ¿acaso eres un bandido que anda fugitivo por ahí?
● No, no, no,
Respondí apresuradamente,
● Está bien, tu ganas, te contaré mi historia.
La joven se acomoda en el suelo y colocó sus manos en su barbilla dispuesta a escuchar la historia del indefenso e iluso yo.
Continuará...
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La Historia De Mi Vida
Historia CortaEste libro narra la historia de un joven que el cual lucha para triunfar en la vida y demostrarle a su padre que venció y se hizo todo un hombre echo de grandes riquezas, el joven para alcanzar su sueño debe afrontar los obstáculos y caminos tortuos...