La Historia De Mi Vida

Capítulo Octavo: En la oscuridad de la noche

Narra Isaac:

Acontecimientos extraños han perturbado mi cabeza estos últimos 6 días. Nunca había presenciado hechos tan desgarradores y tenebrosos, no los puedo catalogar como sueños porque los sentía en vida real, como si alguien o algo me visitara en la oscuridad de la noche.

Éstos días han sido agotadores para mi, tan así que ya no duermo en las noches, lo que sea que me visita quiere que sienta lo que algún día sintió, todo se intensifica cuando el reloj marca las tres de la madrugada, a esa hora noto que en la parte derecha de mi cama duerme alguien, alguien que sufre de asma, lo sé porque en toda la noche no para de toser.

En la madrugada del quinto día no durmió junto a mí, sólo se acomodó en el balance que se encuentra en la parte delantera de mi cama, sentía que sus ojos no dejaban de mirarme, sólo paró cuando el reloj marcó las tres de la madrugada, ahí se levantó del balance y se comenzó a arrastrar por el suelo hasta llegar a la cabecera de mi cama, en ese momento no hice nada, sólo vi como levantó su cabeza y me miraba sin parpadear, estaba muy cerca de mi tan así que podía sentir el mal aliento que despedía de su boca.

Tengo mucho miedo, en todos éstos 6 días he sentido el dolor que ese ente ha tenido, tal parece que viene con el objetivo de hacerme sentir su dolor o enfermedad.

No llamaré a la policía ni mucho menos a un sacerdote, ya que por lo que puedo percibir hasta ahora el espíritu es inofensivo, no sé si cambie, sólo sé que puedo sentir su enfermedad, cuando está a mi lado me entra una falta de aire y me comienza una tos, también mi cuerpo comienza tornarse de un color pálido y con tonalidades moradas y también comienzo con severos dolores en los huesos, creo que el ente está enfermo y creo que quiere que lo sepa. No sé si es un mensaje que me quiere dar pero lo que si se es que es aterrador dormir con algo como eso (ente) en la cama.

En el sexto día, o sea, aller, pude notar que era una anciana, tenía su cabello canoso el cual cubría con totalidad su cara, comenzó a caminar por mi cuarto, no me movía de mi cama, era incapaz de hacer un gesto con mi cuerpo, tenía la cabeza gacha y no la levantaba, se quejaba de un fuerte dolor el cual me dejó estupefacto ya que era la primera noche que no sentí lo que ese espíritu sentía, mi pulso estaba acelerado y de mi cabeza corrían gotas frías de sudor, tragaba saliva con insistencia y mis manos no paraban de temblar, mi boca no era capaz de articular cualquier palabra, sólo esperaba que ocurriera lo que tuviera que pasar, todo cambió cuando la anciana dejó de caminar y subió su cabeza girándola suavemente hacia mí cama, en un parpadear de ojos había desaparecido y al mirar hacía mi costado apareció chillando de una manera alocada, después de eso desapareció y no volvió en esa noche.

Espero que ésta noche no vuelva a aparecer de nuevo.

● ¡Dios mío ayúdame¡

Continuará....