Capitulo 41.- Bye Boston... Hi Stanford

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Ya había pasado cuatro meses, quisiera o no tuve que seguir adelante, no fue fácil, en las noches lloraba hasta quedarme dormida, seguía esperando que algún día atendiera la llamada, poco a poco lo fui dejando hasta que un día deje de llorar creo que tal vez ya no había más lagrimas dentro de mi cuerpo.

Por otro lado mi mamá ya no estaba tan nerviosa al momento de que yo salía claro que tenía que llamarle cada cierto tiempo, poco  a poco todo volvió a la normalidad con ayuda de la Dr. Wang, ella era nuestra terapeuta mi mamá la había conocido desde que eran pequeñas asó que la contacto hace como tres meses, veníamos cada semana hasta Nueva York al principio era algo pesado ya que eran como cuatro horas en tren, pero después ya era algo normal hasta me tranquilizaba ir viendo los árboles.

Ahora nuestra citas se habían cambiado hacer una al mes, aquí estaba yo en la pequeña sala de espera donde había un par de revistas y folletos, está era la primera vez que iba entrar sola sin mamá, ella se había quedado en un café a unas cuadras de aquí.

-Sofía ya puedes pasar- dijo la secretaría de edad media con una sonrisa-

Dije un simple – Gracias- estaba algo nerviosa pero trate de tranquilizarme

El consultorio tenía paredes de ladrillo con dos grandes ventanales que estaban adornados con unas cortinas color crema que daban una vista agradable de la ciudad, tenía una alfombra que combinaba con los sillones en medio había una pequeña mesa donde se encontraba un libro, unos kleenex y junto a ellos unas peonias rosa pálido, y por ultimo estaba el gran escritorio de cristal donde estaba la computadora, teléfono, fotografías, papeles, y claro la doctora que parecía más una amiga.

-¿Cómo estas hoy Sofía?-

-Bien… realmente bien-

-¿Sabes porque estás sola hoy?-

-Uhm nop-

-Piensa… ¿Porque no me cuentas porque crees que estas aquí?-

Me encojo de hombros – Supongo porque quiere que hable de algo…-

Ella me corrige – De alguien Sofí-

-Pero pensé que el tema de Josh ya estaba bien –

-Jace, tu mamá quiere que hables de el-

Eso me toma desprevenida por sorpresa muy raro tocábamos el tema, pero era obvio que mi mamá no era una tonta supongo que sabía que lloraba en mi habitación.

-Supongo quiere que me sienta mejor – rasco el mueble – Que lo supere…- digo con un hilo de voz.

-¿No crees que puedas?-

-No creo que deba…- ella asintió – Sabe alguna gente encuentra a la persona con la que pasan el resto de su vida… sé que mi vida solo comienza pero ¿Y si él era el indicado?, ¿Y si solo deje de luchar?- la veo directo a la cara – Me arrepentiré de eso el resto de mi vida- lloró.

Mi querida princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora