Mi querida princesa

Capitulo 40.- Say something please... say something

Sofía

Si estás leyendo esta carta es porque ya estas mejor y recuperándote, lo cual me alegra.

Quiero disculparme…. Solo déjame decirte que lo siento, siento lo que voy a decir… sé que no debí dejarte en esos momentos cuando más debí apoyarte pero no pude soportarlo más, no podía hacer nada, me sentía inútil, enojado e impotente, simplemente me sentía culpable por lo que te paso, me siento tan insignificante.

Siento que te falle…te decepcione.

Por eso tienes que soltar mi mano y seguir tu camino, tiene una vida por delante, simplemente déjame ir… solo dime adiós, tienes que seguir tus sueños lejos de mi vida y echarme en el olvido, ya no quiero hacerte daño, no intentes buscarme ni llamarme porque será más difícil para los dos.

Ni con un millón de palabras podrían expresar lo que siento por ti, no voy a decir que no te amo porque sería una completa mentira, nunca pensé llegue enamorar de una chiquilla pero tu Sofía simplemente me atrapaste con tu ternura, me llenaste de ilusión y alegría.

Llevare los mejores momentos que pase contigo… es difícil ya que todos los momentos que pase junto a ti fueron especiales, creo que en lugar de ser yo el maestro fuiste tú, ya que de ti aprendí que el amor simplemente llegue y no se puede evitar.

Te imagino leyendo esto… no llores por mí no merezco tus lágrimas, creo que la distancia nos vendrá bien a los dos yo solo quiero tu felicidad aunque en eso yo no obtenga la mía, necesito estar lejos de ti… por eso te devuelvo tu libertad.

Por ultimo quiero que disfrutes tus últimos meses con tus compañeros, que sigas siendo esa alumna aplicada, gracias por hacerme los días más amenos con tus sonrisas, te deseo lo mejor siempre princesa.

                                                                                

                                                                                                       

                                                                                                     Jace.

Mire la carta varias veces aunque era casi imposible verla porque mis ojos estaban llenos de lágrimas… Jace me dejaba.

Tape mi cara con mis manos – No, Jace quédate conmigo- dije en voz alta –Solo quédate…- sentí que mi garganta se me cerraba.

Todo encajaba con razón nunca pude comunicarme con él, se fue se mudó,  ya no lo volvería a ver, no me despedí de él, no pude hacerlo cambiar de parecer.

Él no había tenido la culpa de lo que me paso, el no pudo hacer nada porque era yo la que no podía despertar por más que lo intentaba, pero ahora todavía acabado, ya nadie nos iba a tormentar con fotos ni notas, ya hasta mi mamá lo sabía y no se oponía, tal vez ya podíamos ser una pareja normal.