EXTRA - Un momento esperado
Por fin había llegado el día. En una horas me convertiría en la señora White, y he de admitir que tenía muchas ganas de plantarme frente al altar y poder dar el “sí, quiero” al hombre de mi vida.
Además, ya era hora de dar el paso, pues más de cinco años de relación eran más que suficientes como para hacer oficial nuestra relación ante los ojos de todos.
Unos suaves golpes en la puerta de mi habitación me hicieron salir de mi ensimismamiento, y pude ver como Sarah entraba junto a Kayla, Miranda y Summer. Ellas iban a ser las encargadas de arreglarme, es más, si me negaba estaba segura de que Kayla me cortaría la cabeza. También sería mis damas de honor, junto a la hermana de James, la cual había optado por ir con su hermano hasta la iglesia, y Summer sería la portadora de los anillos.
-Levántate, vamos mal de tiempo. -ladró Kayla, comenzando a estresarme.
-¿Dónde has dejado a la pequeña? -ignoré a Kayla y me centré en Sarah y mi hermana.
-Está con su padre. Pero Kayla tiene razón, ve a ducharte mientras nosotras preparamos todo. -se giró hacia mi hermana.- Y tú ve y metele prisa a tu hermana.
-Sois muy pesadas...
Entre empujones fui metida en el cuarto de baño, bajo la atenta mirada de mi hermana. Se suponía que debía relajarme, pero la incansable voz de mi hermana no dejaba de apremiarme para que saliera de la ducha, por lo que cuando salí estaba que me subía por las paredes. Summer me tomó de la mano y me arrastró de nuevo a la habitación, donde Kayla ya se preparaba para peinarme, Sarah para maquillarme, y Miranda sacaba la lencería y el vestido de su funda.
Me senté frente al tocador y dejé que Kayla me secara el pelo. Había estado semanas buscando un peinado que le fuera a la perfección al vestido y al final había optado por hacer un recogido adornado por un pasador de platino que hacia juego con mis pendientes.
Una vez el pelo estuvo fijado con litro y litro de laca, Sarah tomó el relevo y comenzó a aplicarme cremas y potingues por toda la cara. Luego se centro en cubrir mi rostro, cuello y escote con polvos para que mi tono de piel quedara igualado y por fin comenzó a maquillar mis ojos en tonos claros que resaltaban mi azul y los hacía más luminosos.
-Estas preciosa, Mía. -dijo mi hermana cuando mis dos amigas me dejaron radiante.
-Pues ahora viene la parte importante -apuntó Mirada. -¿Lista para ponerte el vestido?
Observé el prefecto vestido que me había llevado más de cinco meses encontrar, y no puede evitar que algunas lágrimas resbalaran por mis mejillas.
-Ah no, no llores -casi gritó mi mejor amiga. -Respira vamos, mira hacia arriba o se te correrá el rímel.
-No puedo evitarlo -susurré. -Chicas voy a casarme. Después de más de cinco años voy a casarme con el mejor hombre que puede haber en el mundo.
-¿Ves? No llores, tendrías que estar saltando a la pata coja -comentó Sarah mientras retocaba el maquillaje.
Todas comenzamos a reír ante su comentario, pero tenía mucha razón.
Aún recordaba lo mucho que había llorado cuando él me había pedido matrimonio: James y yo cumplíamos cuatro años como pareja y habíamos quedado para cenar. Durante la cena él no había parado de lanzarme miradas, pero de sus labios apenas habían salido palabras. Después, nos pusimos a recoger lo utilizado para la velada, pero para cuando quise darme cuenta James me abrazaba por detrás y depositaba tiernos besos en mi cuello.
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Amor de Portada [en edición]
RomanceMi nombre es Mía Blackwell y soy una modelo cotizada, hija de uno de los directores de cine más importantes de América y de la jefa de la revista del corazón más vendida en el mundo. Genial ¿verdad? Pero no todo es como parece, pues acabo de perder...