Leed los comentarios del final.
EPÍLOGO – Amor de Portada.
Diez meses. Trecientos cuatro días sin ella. Mía. No había segundo en el día en el que no me arrepintiera de haberla dejado en Los Ángeles.
Maldecía mi orgullo, mis dudas y la inseguridad que me habían llevado a perder a la mujer que más había amado en mi vida. Y aún la amaba.
Siempre que iba a algún kiosko veía su cara en todas las revistas con titulares que, en un principio, me partieron el alma y, después, me alegraron pues los títulos decían que Mía estaba triste, que solo se refugiaba en su trabajo y se volcaba en cuidar de su hermana. Pero después todo cambió, se le veía feliz en las portadas, siendo la imagen de grandes marcas de moda y, sobre todo, era feliz cuando apareció el día de su graduación en la revista de su madre.
-Eres tonto.- escuché que decía alguien detrás de mi.
-No empieces Anna.- respondí mientras me levantaba del taburete del laboratorio y me quitaba la bata.- Ya no puedo hacer nada.
-¿Cómo qué no?- se acercó a mi y me obligó a mirarle.- Ve a por ella, como tenías que haber hecho desde un principio.
-Ella ya me ha olvidado...
-Mírala.- me enseñó una revista en la que Mía estaba con la mirada perdida.- Ella te querrá siempre.
*** *** ***
Mis zapatos de tacón hacían eco en el largo pasillo que me llevaría al despacho del decano de la universidad de UCLA. Su llamada me había sorprendido, es más, no tenía ni idea a que se debía tanta urgencia en concertar una cita conmigo.
Alcancé la puerta y, dando unos suaves golpes, entré.
-Señorita Blackwell.- me tendió la mano para que se la estrechara.
-Decano Chase.- saludé.- ¿A qué se debe esta cita?
-Verás, he estado mirando expedientes de alumnos que acaban de licenciarse y he de admitir que el suyo es brillante.
-Gracias.- sonreí.
-Y por eso tengo una propuesta para usted.- se levantó y tomó un sobre que había en una de las estarías.- ¿Le gustaría trabajar como investigadora en la universidad? Así podría doctorarse.
-¿Lo dice en serio?
-Completamente.- me levanté y lo abracé sin darme cuenta.- Me alero de que le guste la idea. - me tendió el sobre.- Dele esto al profesor Stevenson cuando empiece el lunes en el laboratorio.
Salí del despacho con una gran sonrisa. Era un sueño cumplido, por fin había alcanzado mi meta más alta. Ahora podía decir que era una científica reconocida.
Llamé a George mientras conducía hacia la casa de mi primo a ver a la pequeña Valery, que había nacido unos meses atrás y cada día estaba más grande. La boda entre Sarah y Robert se había fijado para dentro de dos meses, justo cuando James volvía al país.
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Amor de Portada [en edición]
RomanceMi nombre es Mía Blackwell y soy una modelo cotizada, hija de uno de los directores de cine más importantes de América y de la jefa de la revista del corazón más vendida en el mundo. Genial ¿verdad? Pero no todo es como parece, pues acabo de perder...