Para que veáis que no soy tan mala como creeís. Aquí os dejo otro capítulo corto porque tengo exámenes pero me sabía fatal dejaros con tanta incertidumbre xD os veía sufrir y odio que mis lectoras sufran jajajaj no se si os gustará lo que vaís a leer pero dejadme comentarios con lo que penseis.
Bueno, que aquí está!!!! Muchos besitos y no os pongais tristeeeeees!!!! <3 <3 <3 <3 <3
P.D: siento si hay algún error pero no he tenido tiempo para corregir xD. I'm so sorry!!
CAPÍTULO XI – LA LUZ
Sarah y yo estábamos en casa de los White, acompañando a su madre. Lo cierto es que era una mujer muy agradable y cariñosa, pero lo ocurrido primero con su hija y después con el accidente de su hijo había hecho mella en ella, haciendo que sus ojos tuvieran un brillo triste. Sarah también parecía triste, y eso me partía el alma, porque intentaba aparentar fortaleza por su amiga pero yo sabía que lo estaba pasando realmente mal.
Sin poder evitarlo pasé un brazo por sus hombros, para quedarnos un poco rezagados y tener algo de intimidad.
-¿Estás bien?
-Si.- contestó cortante.
-Sarah...
-Déjame, Robert.- me espetó.- Estoy bien.
No volví a decir nada, pero de pronto ella me abrazó con fuerza. Por mi parte la estreché entre mis brazos, intentando consolar esos llantos que asomaban por la comisura de sus labios. Estaba asustada, podía sentirlo en la forma en la que sus hombros se contraían.
-Shhhhh. Desahogate, yo estoy contigo.- susurré.
-No quiero perderle.- lloraba contra mi hombro.
-Se pondrá bien...
-Estoy aterrada, Robert. Él fue el único que me ayudó en los peores momentos de mi vida. Sin él estoy sola.
La separé de mi y cogí su rostro entre mis manos, recogiendo sus lágrimas con mis pulgares. Era tan hermosa... ¿Cómo no la conocí antes?
-Jamás volverás a estar sola.- junté nuestras frentes.- Yo estoy aquí, contigo.
-¿Por qué?- musitó.- Apenas me conoces.
-Pero siento como si lo hiciera desde siempre.
No se como ocurrió, y sabía que esas no eran las mejores condiciones, pero me acababa de declarar a la mujer más hermosa del mundo. Ella no dijo nada, solo sostenía mi mirada. Entonces volvió a besarme. Lo hacia realmente bien, de forma pausada pero profunda, y a mi me volvía realmente loco. Seguí su beso, abrazándola, acariciando su espalda mientras ella posaba sus manos en mi cuello. Dios, me hacía sentir tan bien.
-Yo siento lo mismo.- dijo cuando nos separamos.
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Amor de Portada [en edición]
RomanceMi nombre es Mía Blackwell y soy una modelo cotizada, hija de uno de los directores de cine más importantes de América y de la jefa de la revista del corazón más vendida en el mundo. Genial ¿verdad? Pero no todo es como parece, pues acabo de perder...