Masky se encuentra en el piso, Clara le dió una paliza pero aún así intenta ponerse de pie. En eso, llega Slenderman junto a Luna.
- ¿Qué está pasando aquí? - pregunta Slenderman.
- Masky y yo estamos entrenando - le responde Clara.
Slender mira a los demás que sólo están observando.
- ¿Y ustedes qué? ¿Sólo se van a quedar ahí mirando? ¡¡¡¿Por qué no están entrenando?!!! - les grita.
- Es que usted dijo que entre nosotros no debemos pelear - le responde Hoodie.
- ¡Si! - habla Masky poniendose de pie débilmente - pero en el fin del mundo nos vamos a enfrentar a demonios como Clara, Cristian y Sara, incluso más fuertes y debemos estar listos - termina de decir el proxie.
- Así es, porque en estas circunstancias ya debemos arriesgarnos, pero de todas formas si en el entrenamiento resultan muy lastimados yo los voy a curar - les dice Slenderman.
- Supongo que en la pelea vamos a tener que tratar de mantenerte con vida, fideo con patas, así nos ayudas a curarnos ¿No? - le dice Jeff.
- Ja, no, Jeff. No necesito que nadie me cuide. Yo me voy a mantener con vida por mi propia cuenta, me he preparado para esto toda mi vida. Gracias a mi padre sé que es lo que tengo que hacer. Pero basta de plática, a entrenar - les dice - voy a traer a los demás para prepararlos también.
Más tarde, luego del duro entrenamiento, todos regresan a sus casas. Hoodie se despide de los muchachos en la puerta de la casa de Masky.
- Bueno, Masky, espero que te recuperes de los tremendos golpes que te dió Clara - le dice Hoodie - es difícil creer que una niña de 16 años te pueda dejar así - le dice lo último un poco burlón.
- Cállate, idiota, para ti es fácil decirlo porque peleaste sólo contra Ben - le responde odioso.
- Jajaja, sí, en eso tienes razón.
- Okey, ya te puedes ir si quieres. Recuerda tener cuidado, Slender dijo que Tobias ha de andar por ahí.
- ¿Y qué es lo que me puede llegar a hacer ese imbécil? Como lo vea le voy a partir todo lo que se llama cara. El sólo tiene unas estúpidas hachas, pero yo - saca su pistola - yo tengo esta belleza.
- Okey, Van Helsing, sólo recuerda no bajar la guardia. Si Slender dijo que es peligroso es por algo.
- Bueno, que raro tú preocupandote por mí.
- Eres mi compañero, también te considero mi amigo.
- ...¿Lo dices en serio?...
- Sí.
- Wow...gracias - apoya una mano en su hombro - todo este tiempo creí que sólo me considerabas un novato y un estorbo.
- Pensaste mal, novato. No eres tan novato ¿Sabes? Ya llevamos muchos años en esto.
- Sí, es verdad...
En eso se acerca Ben detrás de Masky con su movimiento de las cejas de arriba a abajo.
- ¿Qué tanto hablan tortolitos? ¿Quieren que les consiga un hotel para que vayan hacer sus cochinadas o es que eso es lo que están organizando tanto? - les dice en tono pervertido y burlón.
- ...Cállate, enano de mierda - le dice Masky - y ya deja tus estúpidas ideas de adolescente caliente, borralas de tu cabecita infantil de una puta vez.
- Ay, vamos, sólo digo la verdad... ¿No es así, Hoodie?
- NO - le responde Hoodie en seco - Bueno, ya me voy. Hasta mañana. Duerman bien y estén atentos ya saben, ustedes van a estar más protegidos que yo porque tienen a Slenderman y Luna, sin hablar de los demonios.
- Sí, Hoodie, cuídate... - le dice Masky.
Hoodie estrecha la mano de su colega y se pierde en la oscuridad de la calle.
- ¿Por qué no dejaste que tu amor se quedara a dormir esta noche con lo peligroso que está ahí afuera? - le pregunta Ben.
- Primero que nada, no es mi amor y segundo, él se quiso ir. Es normal que prefiera estar solo que con tu horrible cara y presencia, sin hablar de Jeff.
- Ay, sí, mira como me ofendo. Por lo menos yo si muestro mi cara no como tú que la llevas todo el tiempo trás esa puta máscara afeminada.
- Mejor cállate, enano de santa, duende deforme, Peter Pan.
- ¿Quieres pelea, perro? - le muestra los puños.
- No, gracias, eres una perdida de tiempo - le dice y entra a la casa.
- Erez una pedida de tiempo ñañañañaña, imbécil - lo imita molesto Ben y entra a la casa.
Mientras tanto, Hoodie se dirige a su casa, se quita el pasamontañas porque no quiere llamar la atención de nadie, aunque las calles están muy desoladas porque son las 03:24 de la mañana.
- Ahg - se queja al sentir un tirón en la pierna derecha, el entrenamiento lo había dejado mal.
De pronto, se comienza a marear pero sigue camiando. Al abrir y cerrar los ojos se encuentra en un campo de día.
- ¿Qué mierda hago aquí? - pregunta.
- Porque siempre has querido vivir en un lugar así ¿No? - le habla una voz gruesa detrás suyo.
- Zalgo... - voltea y ve al diablo a unos cuantos metros de él - ¿Qué es lo que quieres? No trates de convencerme de nada, mejor vuelve a tu infierno y deja a la tierra en paz. Si estás ahí abajo es por algo. No creas que vas a ganar.
Zalgo extiende su mano y obliga al proxie a arrodillarse sin siquiera tocarlo, en lo que se le acerca más.
- ¡¿Qué quieres de mi?! Déjame en paz! - le grita Hoodie, sin poderse mover.
- Ya lo sabrás... No necesito oír tus palabras, porque se nota que Slenderman te lavó el cerebro, niño - le dice - ¿Qué no ves que yo puedo darte todo lo que desees? Puedo darte la vida de tus sueños. Deja de seguir a ese hombre de traje, él no va a hacerte feliz, yo puedo hacerte feliz.
- No me interesa, eres un charlatan, no me creo tus trucos. Pudiste con el idiota de Tobias, pero a mí no me vas a poder convencer.
Zalgo frunce el seño y sus ojos se iluminan más de rojo. Hoodie empieza a vomitar sangre.
- Soy el Diablo, yo puedo tener lo que quiera cuando quiera, estúpido mortal - le dice molesto - Tu alma será mía, luchas en vano, si me sigues vas a ganar sin dudarlo.
- ¡¡¡NUNCA!!!
- Bien, entonces no me queda más remedio que tomar tu alma y tu mente a la fuerza.
- ¡¡¡NO PUEDES CONTRA MÍ, DEMONIO!!! ¡¡¡¿PARA QUÉ ME NECESITAS SI ES QUE ERES TAN PODEROSO?!!!
Zalgo apoya una mano en la cabeza del proxie.
- Buenas noches, Brian - le dice y Hoodie cae inconciente.
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AQUÍ VIVE EL HORROR (Creepypastas)
ПриключенияUna historia de humanos, monstruos, espíritus y demonios. El fin de los tiempos.