Capítulo 14 "Las memorias"

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Es un día soleado, las aves cantan y sopla un viento de verano.
Un niño de 10 años, de pelo marrón y ojos de igual color, se andentra en el bosque con una mochila roja. Parece buscar a alguien. Finalmente se cansa de buscar a ese alguien y decide sentarse bajo el árbol más grande que encuentra. Saca una libreta y un lapiz de su mochila. Comienza a dibujar.

De pronto, se escucha el ruido de una rama quebrarse y el niño estornuda con un poco de temblor en su cuerpo.
Ríe al sentir una presencia al lado suyo, y entonces mira a aquel que se encuentra a su lado sentado.

- Hola - le dice alegre el niño a aquel ser sin rostro y de traje negro.

El hombre no le responde.

- Me cansé de buscarte así que me sente aquí, sabía que si dibujaba algo vendrías. Mira ¿Te gusta? - le enseña el dibujo, el cual es la fiel representación del mismo que observa el dibujo sin ojos - He estado mejorando mis técnicas de dibujo ¿Te gusta? - le vuelve a preguntar.

El hombre sin rostro asiente con la cabeza.

- Me alegra - dice el niño con una sonrisa y busca algo en su mochila - te trajé algo, bueno... no sé si te guste, no sé que es lo que comes tu exactamente, pero - saca una manzana de su mochila - es de las mejores, pruebala - le dice con una sonrisa.

El hombre de traje deja ver una sonrisa también y le recibe la manzana con su mano larga.

- Gracias - le habla dentro de su cabeza con una voz gruesa y pesada - pero yo no puedo comer estas cosas - su sonrisa desaparece.

- ¿Acabas de hablar? - le pregunta un poco asustado y se pone de pie - ¿Y sonreir?

- Siempre he podido hablar, no lo hacía porque no quería asustarte, Victor. Te pido disculpas por eso, aunque lo de la sonrisa no tiene nada de malo, supongo - se pone de pie también - mi cara es muy flexible. Perdón, no quisé asustarte.

- Oh, jaja, em... no, descuida. Tu voz es algo... tenebrosa pero creo que puedo acostumbrarme - dice mirando hacia arriba, porque el hombre de traje es muy alto.

- Eres un niño muy valiente.

- ¿En serio crees eso? Mis compañeros no lo creen así, ellos dicen que yo soy un... - agacha la cabeza desanimado.

- Un imbécil - termina su frase - no les hagas caso, sabes que no es verdad. Eres diferente e inteligente. Esa es una de las razones por las que somos amigos.

- ¿Entonces sí somos amigos? - le pregunta alegre, en lo que vuelve a mirarlo.

- Claro que sí - sonríe.

- Jeje, oye ¿Y cómo te llamas? Ahora que puedes hablar conmigo, me gustaría saberlo.

- Lo siento, Victor, pero no entenderías mi nombre.

- ¿Por qué?

- Larga historia...

- ¿Entonces, cómo se supone que debería llamarte?

- Mmm... no sé, lo que se te ocurra.

- Emmm... - se queda mirandolo y pensando por un par de segundos -  ¿Qué te parece... SLENDERMAN?

- ¿Slenderman? - se queda pensativo - ¿No suena algo terrorifico? ¿Hombre delgado?... ¿Debería ofenderme? Jaja.

- No veo que tiene de malo. Aún así, es interesante.

- Entonces, sí, supongo que Slenderman.

- Te diré, Slender ¿Ok?

- Ok.

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