Capítulo 4 "Demonio"

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Una pequeña niña de aparentemente seis años de edad, de cabello completamente negro, un vestido color rojo y zapatos de igual color, corre por el parque, jugando con su madre a las atrapadas. Todo es risas, hasta que frente a ella aparece un hombre de traje, con una sonrisa y cabello rubio que hace fuego con la luz del sol.

- Hola - saluda a la madre y a su hija.

- ¿Qué es lo que quieres aquí? - le pregunta la mujer asustada y alza a su hija en brazos.

- Sólo vengo a buscar lo que es mío - le aclara el hombre, en lo que intenta arrebatarle a la niña de entre los brazos.

Hay un forcejeo, pero la madre se escapa con su pequeña en brazos corriendo entre los árboles del gran parque.

El sol se vuelve una luna roja y todo oscurece en lo que la figura del hombre elegante las persigue con fuego rojo alrededor de su cuerpo y ojos rojos. Sus manos se vuelven garras y van directo para agarrar el cabello de la mujer, que corre con su hija en brazos llorando desconsoladamente.

La mujer tropieza y ambas caen al suelo. Ella trata de levantarse, pero se lastimó el tobillo y no puede, le ordena a su pequeña que corra, pero su hija hace caso omiso y la abraza llorando.

- Mami...

Amabas se abrazan llorando y el hombre aparece enfrente de ellas, mirandolas desde arriba. Acomoda su corbata y sonríe, dejando ver sus afilados dientes.

- Es hora de que nos vayamos a casa - le habla a la niña y toma su brazo con fuerza.

Otra vez forcejean, la niña abraza a su madre en lo que llora mirando con temor esos ojos rojos de aquél hombre extraño, que quiere alejarla de su madre.

El hombre ríe de forma maníaca y la mujer empieza a convulsionar en el piso, mientras sangre sale de sus ojos, boca y nariz.

- ¡Mamá! ¡No! ¡Nooo! - la niña llora aún más al ver a su madre sin signos de vida.

Las pequeñas manos de la niña comienzan a ponerse negras y sus uñas toman forma de garras. Siente un dolor y un odio que consumen todo su ser en lo que grita y ahora se ve como un demonio, un monstruo, que desea acabar con todo a su alrededor.

- ¡Jajaja! ¡Jajaja! ¡Mi pequeña, vendrás conmigo!

La niña demonio ataca al hombre elegante, quién se propone a pelear también, pero en ese momento, llegan unos hombres que sólo ven a la niña demonio atacando a un hombre normal y mal entienden la situación, por lo que uno saca una arma y empieza a dispararle a la niña.

La demonio huye entre los árboles del parque mientras va volviendo a parecer una pequeña niña humana normal desconsolada, que va cayendo desmayada en medio de la calle, en donde la atropella un auto.

Todo fue una pesadilla. Clara de 17 años despierta muy asustada y se refriega los ojos. Camina hasta el baño, lava su rostro y se mira en el espejo. Tiene ojeras que muestran que no ha podido dormir bien durante varios días.
Sale del baño y se viste para poder irse a la escuela.

- Buenos días - la saluda su madre desde la cocina.

- Buenos días - le responde con la voz decaída.

- ¿Y esa cara? No dormiste bien otra vez ¿Cierto? - le pregunta la mujer, en lo que le sirve una tasa de cáfe.

- No, no dormí nada bien - se sienta en la mesa y toma su cáfe.

- ¿Otra vez esas pesadillas de que te conviertes en demonio?

- Sí...

- Bueno - le da un frasco de pastillas - toma, no quiero que te de otro ataque de locura esquizofrenica en la escuela y que me llamen cuando este trabajando, sabes que no tengo tiempo para esas tonterías.

Clara agarra el frasco con mala cara y lo guarda en el bolsillo de su sudadera negra. Toma su mochila y se va a la escuela, sin siquiera despedirse de su madre. Odia que le hable así.

Se coloca sus auriculares blancos camino a la escuela. Afuera hace mucho frío, pero no tanto como la frialdad que aparenta su rostro pálido. Escucha Rock pesado, las voces histéricas la hacen sentirse en casa y en paz. No sabe porque.
Espera el bus en la parada, mira a los demás que esperan con sus rostros cansados y piensa "somos esclavos".
Finalmente el bus llega y se sube a él.
Se baja en la escuela, suspira antes de poner un pie en la entrada. Sabe como empieza y termina su día.

Todos la miran con desprecio, como si fuera un "bicho raro" pero trata de ignorarlos. Se la pasa todo el día sola, sintiendose constanmente observada por la ventana del aula. A la salida del colegio le gritan "rarita" "emo" "loca" pero hace oídos sordos, mientras intenta perderse en la melodía metálica que sale por sus auriculares.

En el bus, mira al cielo nublado que poco a poco se va volviendo rojo, en lo que comienza a temblar y una risa demente invade su cabeza. Saca de su bolsillo las pastillas, mira el frasco unos segundos y finalmente se decide a tomar tres pastillas. Pero eso no la calma mucho.
Se baja del bus mareada y un hombre baja detrás suyo.
Camina lento hasta su casa, finalmente llega y cierra la puerta.

Su madre no ha vuelto del trabajo todavía. Va hasta el baño y lava su cara, al levantar la cabeza, se ve así misma en el espejo, pero lo que ve la hace retroceder atemorizada. Luce como si fuera un demonio.

- ¡No! - grita llorando y cierra los ojos. Al abrirlos su reflejo se ve como antes, normal.
Da un largo suspiro y se sienta en el suelo del baño llorando. Se queda así un rato, pero luego va hasta su cuarto, intenta estudiar pero no pude ya que sigue temblando y empieza a morderse el labio inferior hasta que le sale sangre. Llora en la cama en silencio porque su madre ya llegó a casa. Escucha como interferencia en sus oídos que la hacen mirar hacia la ventana de su oscuro cuarto, en donde ve una silueta alta, delgada, sin rostro y con traje negro observandola.

- No, no puede ser... - dice asustada y sorprendida. Reconoce a ese ser, Slenderman, uno de los personajes ficticios más famosos de internet, un C reepypasta de terror psicológico.

- Clara, contrólate - le susurra dentro de su cabeza Slenderman y desaparece.

- ¿Qué me controle?... ¡No! Espera...vuelve...

Al día siguiente Clara vuelve a la rutina, pero no puede dejar de pensar en Slenderman. ¿Realmente estaba tan loca como para poder ver a Slenderman, aunque se haya visto tan real?

- Buenos días - la saludan dos mellizos, una chica de pelo rubio suelto hasta un poco menos de sus hombros, ojos verdes casi amarillos y piel palida. El otro es un chico de pelo corto y piel de igual color que su hermana.

- ¿Qué quieren? - les pregunta en mal tono.

- Saludarte, ser tus amigos, estás muy sola aquí. Sabemos lo que se siente. Somos nuevos aquí, mi nombre es Cristian, pero puedes llamarme Cris
- se presenta el chico con una sonrisa.

- Y yo me llamo Sara - le dice la chica con una sonrisa - ¿Cómo te llamas tú?

- Clara - les responde seria.

- Es un gusto, Clara - dicen los mellizos al unisono.

- Igual - Clara no confía mucho, ya que siempre parecen ser buenas personas pero luego son basuras que buscan burlarse de ella.

- ¿Te molesta si nos sentamos? - le pregunta Sara

- No, no me molesta.

Los dos mellizos se sientan uno al lado izquierdo y otro al lado derecho, dejando a Clara en medio.

- ¿A qué año vas tú? - le pregunta Cristian.

- A quinto ¿ Y ustedes?

- Nosotros a sexto - le aclara Sara.

- Es una lastima que no estemos en el mismo año - dice Cristian.

Suena el timbre de regreso a las aulas.

- Se acabó el recreo. Bueno, nos vemos luego, Clara - le dice Sara y se despiden.

Clara siente como una extraña conección con los dos mellizos, pero lo ignora y regresa a clases.

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