Only Kiss Me ©

Capítulo 13

Respire hondo y tome mi responsabilidad de todo esto.

Agarre la bata que estaba en la mesa y me la enrollo en todo el cuerpo para taparlo, mientras me volteaba para verlo a su rostro.

—Yo... Lo... lo siento mucho... no sabía que el baño estará ocupado —se empezó a rascándose la nuca.

Sé qué ésta apenado.

Me acerque a él—Tranquilo, es mi culpa por no cerrar la puerta.

Se mostró un poco sorprendido por mi aptitud—Ok... Te dejo tran... Tranquila —a continuación cerró la puerta del baño para dejarme en este silencio un poco incómodo.

Respire hondo, me asegure de cerrar con llave la puerta para que no pase otra vez el accidente después me deje calmar por el agua caliente.

A veces pienso en como lo he tratado últimamente y sé que está mal. Este año ha sido muy chocante y la mayoría es por nuestras aptitudes malcriadas.

Nunca tuve que haberle dicho que me gustaba o haber dejado que me diera ese beso tan espectacular.

—Holaa, Danni ¿Estás en las nubes?

—E... eh es q... que te tengo que decir algo Seb, pero creo que es mala idea.

—Tranquila Danni, tu sabes que lo que me cuentes yo no me voy ni a poner enojado contigo y mucho menos voy a dejar de ser tu amigo.

—Bueno, quizás lo que te voy a contar va a ser muy extraño para ti, pero me prometes que nunca vas a dejar de ser mi amigo y no te vas a enojar ni vas a empezar actuar extraño conmigo o...

—Danni, Danni... Tranquila Te prometo todo lo que quieras ¡pero dime! Bien sabes que no me gusta el suspenso.

—Lo sé, lo sé. Pero es muy extraño.

—¡Dime! Danni.

—Seb, tu sabes que desde pequeños nos conocemos y nunca sentí algo por ti. Bueno Seb me gustas pero también siento cosas por Dilan.

...

—Danni, siempre me has gustado desde pequeños. Y te quiero dar este regalo por ser además mi mejor amiga —saco una cajita negra de terciopelo.

La abrió y sacó un collar con una D de oro y con unos diamantes ¡Son reales! ¡Que mierda!

—Dios mío Sebastián, ¿Es para mí?

—Si Danni, ven voltéate para ponértelo.

—Seb, Gracias de verdad —salte a sus brazos.

Nos separamos un poquito y quedamos nariz con nariz.

—Quiero besarte y susurrar sobre tus labios que me encantas.

—Entonces no pierdas más tiempo.

Me agarró las caderas mientras me jalaba para pegar nuestros cuerpos—Ni con todas las Fórmulas del mundo te Puedo despegar de mi mente. Te quiero tanto y siempre lo haré.

Mi corazón empezó a latir cada vez más fuerte y en ese preciso momento unió nuestros labios.

Detuvo el beso y me dijo—Me encantas tanto.

Cerré los ojos y jugué con sus labios sobre los míos.

Jamás tuve que ir detrás de él cuando lo encontré con Damiana.

—¿Por qué hiciste eso? ¿Qué te pasa? ¿Ahora te gusta cargar a las mujeres y parecer un secuestrador?

—Entra en la camioneta. Ahora.