Capítulo 18

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Aún seguía dándole unos golpes para que aprendiera su lección.

— ¡Daniela!

No me importa que me vinieran a buscar y después me llevarán a dirección ya que estaba muy dolida y lo que me interesa es golpearlo hasta que se dé cuenta de todo lo malo que me hizo.

Con lágrimas en los ojos y un dolor fuerte en el pecho sentí como unas manos me agarraron por la cintura y me alejaba de aquel pendejo que está tirado en el piso con las manos tapándole el rostro.

Me solté del agarre de aquella persona y fui corriendo a darle una última patada en el estómago— ¡Esto te pasa por jugar conmigo! ¡Aprende a respetar a las mujeres pedazo de inútil! —Gritaba mientras está vez Sebastián me agarraba y el profesor de fútbol ayudaba a Dilan a pararse.

Note que la boca estaba rota y el ojo derecho se notaba que pronto le saldría un morado muy feo. Su mano en su estómago ya que le costaba respirar murmuró—Nunca termine de hablar, Daniela —Trataba de decir... Pero yo casi no escuchaba nada ya que la rabia me invadía.

Sebastián me sacó de allí para no seguir con el escándalo, yo nunca he sido de hacer escándalos pero está vez se me olvidó todo y accione de forma muy violenta. Cuando no estábamos alejando percibí la mirada de muchas personas y note que hombres—Que están en el equipo de fútbol murmuraban cosas como «Será una fuera en la cama si pelea así...» o «Voy a pedirle clases de defensa a esa chica...»

Ahora sí me doy cuenta que Dilan me dijo algo último «No termine de hablar, Daniela...» ¿Que me quería decir? ¿Que no termino de hablar? Si ya era suficiente, ya lo sé, sé que él es mala persona y que sólo piensa en ganar dinero y en el sexo además de ser un muy buen mentiroso.

Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta que estábamos sentados en el comedor del instituto.

—Daniela ¡Estuviste tremenda! ¿Por qué hiciste eso? —estaba muy serio y eso me dio un ligero escalofrío— ¿Que te hizo para actuar de esa forma?

Dejé escapar un llanto que permanecía dentro de mí, lo bueno es que con Sebastián no me importa ser yo misma ya que no tengo que ocultar.

El me estrecho a su duro pecho y me acarició el pelo para tranquilizarme y después contarle que ocurrió.

—El, el...me dijo que nunca me quiso y que solamente estuvo a mi lado por una apuesta que era una gran cantidad de euros y me dijo zorra...

El respiro profundo y cerró los ojos con fuerza además noté como se tensaban sus músculos y apretaba la mandíbula «Definitivamente está muy enojado...»

—Ese malparido... —siseo.

— ¿Ah? —no entendí lo que dijo.

Negó—Nada, Daniela —me pega más a su cuerpo muy bien esculpido.

Duramos en esa posición unos minutos, para cuando ya mi respiración se tranquilizó, ya no estoy soltando lágrimas y me siento más segura en sus brazos alguien nos interrumpe y sé qué me llevarán a dirección.

—Disculpe, señorita Jones. Necesito que me acompañe a Dirección — un hombre algo mayor lo dice con una voz ronca y algo alta.

—Vamos; te acompaño hasta la puerta, sé que no me dejaran pasar —me dirijo con Sebastián y el señor a la puerta del lugar que una sola vez entre.

—Bueno, voy a entrar. Nos vemos al salir ¿Si? —le doy un rápido beso en los labios.

—Ok, belleza.

Tocó dos veces y al escuchar «PASE» entro para encontrarme con la Sra. Juliana

—Hola, señorita Jones ¿Cómo está?

Only Kiss Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora