*Pov Narradora*
Siendo ya de mañana Katsuki se ducho (7w7 la kacchanconda) y se puso su abrigo, tenía la necesidad de hablar con Miruki.
Acercarse a ella e intentar recordarla.
- ¿Donde demonios vive? - le pregunto a Mitsuki en el desayuno.
- ¿Donde demonios vive quien? - repitió, pues no sabía a quien se refería.
- Nakashima - reafirmó y tomo un profundo trago de café.
- oh, tu prometida - sonrió ella - ¿Quieres ir a verla? - el rubio se limitó a asentir - vive a unas cuántas cuadras de aquí, básicamente es la casa que tiene más decoraciones navideñas.
- necesito una puta dirección - frunció el ceño.
Su madre sonrió y le dió la dirección de la.cjics, después lo.vio levantarse, tomar su chaqueta e irse de allí.
- los jóvenes siguen siendo extraños, aunque crezcan - dijo Masaru a su esposa mientras leía el periódico - déjalo ser, tal vez así pueda recordarla.
- tienes razón - suspiro y apoyo su codo en la mesa mientras tomaba café - se va a congelar ahí afuera.
( • • • )
Katsuki tocó repetidas veces la puerta que estaba frente a él.
Espero durante varios segundos tiritando de frío hasta que se abrió. Lo primero que vio fue a una chica en pijama con el cabello desordenado y una ojeras inmensas.
"Tal vez me equivoqué de casa..."
No pensó nada más cuando vio a la chica aferrarse a su dorso, como si su vida dependiese de ello, en un abrazo desesperado.
El ni hizo nada más que acariciar confuso la cabeza de la chica por unos segundos.
- Bakugou... - sus pequeñas y delicadas manos apretaron la camisa negra que usaba el rubio.
- tu eres Nakashima, ¿No? - la chica asintió aún estando apegada al cuerpo del chico.
Sus alturas eran bastante diferentes, porque lo que la cabeza de la chica quedó en el pecho del rubio. Era aproximadamente diez centímetros más baja que el.
- lo siento... - finalmente se separo - si quieres puedes pasar...
Susurró haciéndose a un lado y el rubio entro. Ella cerró la puerta de nuevo y camino junto al oji rubí hasta la sala donde ambos se sentaron en sofás diferentes.
- ¿Sucedió algo? - preguntó ella arreglando un poco su cabello, le sorprendía que el rubio estuviese allí.
- no... Solo... Quería verte y hablar contigo - sintió un vacío en su pecho desde que Miruki se separo de su cuerpo - intento recordarte...
Fue lo único que dijo, no despegaba ni un segundo su mirada de ella, apreciaba cada detalle, su figura, sus ojos, sus suaves y apetecibles labios, su cabello, sus delicadas manos. Cada perfecto y mínimo detalle.
- oh, entiendo... Me alegra verte - su suave voz lograba tranquilizarlo y alejarlo de la realidad, y de su atormentada mente. Los problema por los que pasaba.
- igual a mi - respondió y se quedó callado unos momentos - que... ¿Que recuerdas de nuestra relación?
Mala idea, nop, no preguntes eso, a ella le dolerá. Un silencio se formó en aquella sala hasta que apareció un felino maullando en busca de comida.
- oh... Un momento, si no le doy comida se pone molesto - se levantó del sofá y fue hasta al cocina con aquel gato para alimentarlo y después regresar a la sala y sentarse frente a él - honestamente... No sé muy bien cómo explicarte nuestra relación... Solo sé que ambos éramos felices...
Suspiro y cerró sus ojos intentando mantener la compostura.
- ¿Yo te gritaba o trataba mal? - le preocupaba que su respuesta fuera si.
- no... Bueno, al principio, no te agradaba ni en lo más mínimo tener que pasar tiempo conmigo y menos la idea de casarte - dijo jugando con su cabello.
- entiendo... - se acomodó en aquel sofá y vio al gato salir de la cocina y echarse a un lado de los pies de Miruki - ¿pasábamos mucho tiempo juntos?
- no... Tu trabajo no lo permitía, pero aún así, siempre me llamabas en tu hora de descanso, para saber cómo estaba y si necesitaba algo... Claro esto fue cuando finalmente nos empezamos a llevar mejor y... ¿A quien engaño? Cuando empezamos a amarnos - acarició con sus pies el pelaje del gato que en un momento mordió su pie - ¡auch...! - se quejó por aquel leve dolor y subió los pies al sofá.
- dime cosas sobre ti... - pidió sin mirarla a los ojos.
- lo siento... No lo soporto, no me siento bien... Me duele que no recuerdes ni siquiera cual es mi edad o mi comida favorita... - acarició sus brazos en esos momentos descubiertos.
- tienes 25 años... - dijo con la mirada perdida.
- supongo que es lo único que recuerdas - suspiro.
- y cocinas como lo harían los mismos malditos dioses - respondió recordando la primera comida que le preparo.
- bien también recuerdas eso - sonrió levemente.
- pero... Aún así no logro recordar mucho... - cerró los ojos u frunció el ceño - me gustaría poder recordar más...
El silencio inundó de nuevo la sala.
- realmente te extrañaba... Cuando supe que estabas en el hospital me sentí muy mal... Crei que era solo una pesadilla... Me arrepiento tanto de haberte dejado ir ese día... - bajo la mirada con tristeza.
- no es tu maldita culpa... Fue mía por aceptar sin pensar.
Se miraron a los ojos, los de Miruki estaban inundados de lágrimas que aún no caían por sus mejillas.
Katsuki abrió sus ojos con sorpresa y sintió un repentino dolor en su cabeza por lo cual cerró los ojos con fuerza y se quejó.
- ¿E-estas bien? - se acercó a él para inspeccionar su condición.
- solo me dolió la cabeza... - respondió.
Sorprendentemente estaba calmado, estar con ella lo llenaba de paz. Lo tranquilizar a y lo hacía sentir sin preocupaciones.
Antes de que la chica se alejara la tomo de la mano y la jalo hacia el para abrazarla. Sabía cuánto necesitaba sus brazos en ese momento.
Ella necesitaba desesperadamente abrazar a alguien y desahogarse.
Y lo hizo. En cuanto escucho las palabras del rubio lo dejo todo salir.
- solo hazlo... Llora tanto como lo necesites, me quedaré aquí... - y lo dejo todo salir, su fuerte llanto que retuvo durante tanto tiempo.
" Que linda pareja, es un bello momento para los dos, disfruten tanto como puedan, que después llegara lo mejor para los dos, prometo que así será"
#YukiraYSusMensajesDirectamenteInditectos:v
Feliz año nuevo adelantada :D
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Matrimonio Kosei (Katsuki Bakugou X Oc)
Aléatoire"Una relación creada por un compromiso para el cual no estaban preparados, un sentimiento nacido de sus diferencias. Siempre fue difícil pensar en el amor cuando sus vidas estaban dirigidas hacía distintos propósitos y prioridades. Pero a pesar de c...