*Pov Narradora*
- ¡s-sueltame! ¡No te atrevas a tocarme con tus sucias manos de secuestrador! - en ese momento temía tanto por su vida como por su cuerpo.
Estaba atada de manos y tobillos, sus ropas estaban rotas y apenas y si lograba cubrirse.
Sus mejillas estaban empapadas en lágrimas y estaba realmente asustada, ya no sabía cuánto tiempo llevaba allí pero solo quería salir de ahí.
- entonces no quieres comer de nuevo, perfecto - se sentó en el suelo frente a ella y saco de su bolsillo una barra de chocolate - ¿sabes algo?, el chocolate es lo más delicioso que he probado en toda mi vida, ¿No quieres un poco? - acercó un trozo de chocolate a sus labios.
Ella negó con su cabeza repetidas veces, sabía lo que me pasaría si aceptaba.
- perfecto más para mí... Oh... Mejor aún, para tu novio - la peliblanca vio como el rostro y el cuerpo del chico frente a ella cambiaba y se volvía exactamente igual al del rubio que amaba - un momento, ¿el siempre hace así verdad? - frunció el ceño imitando el molesto rostro del chico.
- no hagas eso... - cerró sus ojos - ¿P-porque estoy aquí?
- porque tuve un problema con el jefe - hablo aún imitando al rubio y refiriéndose a él.
- ¿y qué diablos tengo que ver yo con eso? - preguntó bastante molesta.
- que tú eres su punto débil... Solo por ti se arriesgaría... - dijo regresando a su forma y terminandose la barra de chocolate - como sea... Fue mucha atención por hoy.
Después de soltar una sonora carcajada salió de aquel horrible cuarto en el que ella estaba.
- K-Katsuki... Por favor... Sácame de aquí... - susurró llorando al ver que todas las luces se apagaban.
( • • • )
- Miruki - tocó la puerta repetidas veces - maldita sea... ¿Porque diablos no me abre la puta puerta?
Molesto bufo y siguió tocando repetidas veces.
- lo siento, lo siento, estaba en la ducha... ¿No quieres acompañarme? - la chica solo tenía una pequeña toalla cubriendo su cuerpo.
- maldita sea... Eres demasiado distraída - frunció el ceño - ¿No que supuestamente querías llegar virgen al altar? - preguntó confundido.
- oh... Es cierto, pero... Olvidemos eso... - tomo la mano del rubio.
Katsuki frunció el ceño y separo su mano de la cintura de la chica. No le gustaba como se estaba comportando, la conocía a la perfección y si se trataba sobre el tema de la intimidad ella no se atrevería ni siquiera a verlo a los ojos para hablar de eso, mucho menos tocarlo o provocarlo conscientemente.
- ¿Que demonios te pasa? ¿Acaso estas con calentones o que mierdas? - se separo un poco, realmente eso no le gustaba.
- no... Para nada, es solo que creo que estaría bien hacerlo, amor... - suspiro la chica.
- suficiente... ¿¡Donde demonios está!? - llevo de inmediato su mano al cuello de la chica apretándolo y haciéndola perder aire.
- s-sueltame, idiota... - su rostro cambio rápidamente a uno y luego a otro.
- lo sabía... ¡Ella nunca se atrevería si quiera a dejarme verla de esa forma, descubierta, mostrando todo su cuerpo! ¿¡Donde esta mi mujer!? - apretó su agarre.
- N-no te lo diré... ¿C-crees que soy tan tonto c-como para d-decirte donde está?... - hablo con dificultad por la falta de aire.
- ¡Habla ahora, maldito bastardo! - amenazó apretando más su agarre y creando explosiones cerca del rostro de ese hombre.
- n-no diré ni u-una palabra so-sobre ella... - llevo sus manos a la del chico intentando soltarse.
- ¡¡Te ordenó que hables, bastardo de mierda!! - frunció aún más ceño cortando casi por completo el oxígeno que entraba a los pulmones del chico.
- b-bien... Ha-hablare... S-sueltame - pidió con un hilo de voz logrando así que el rubio lo soltará.
Cayo de costado al suelo y empezó a toser, intentando recuperar el aire llevo sus manos a su cuello tocando las zonas afectadas.
- habla... - ordenó.
El levantó su mirada y trago saliva, realmente estaba en problemas.
( • • • )
- ¡No! ¡Por favor, no me toquen! ¡No me toquen! - grito moviéndose desesperada por evitar aquellas manos que intentaban tocar su cuerpo sin su consentimiento.
- vamos nena... Ambos aquí sabemos que disfrutaras mis caricias - una sonrisa torcida se formó en los labios de aquel hombre frente a ella.
- ¡No! ¡Alejese! ¡No quiero sus manos en mi cuerpo! ¡No quiero nada de ustedes! - sus rodillas, tobillos y muñecas entraban lastimada por aquellos movimientos agresivos.
- solo disfruta y ya... - susurró llevando sus manos a zonas que ni siquiera había dejado tocar o mirar ni por el mismo Katsuki.
- ¡No! ¡Por favor! ¡Ayúdenme! ¡Alejenlo de mi! - empezó a llorar desesperada - ¡K-katsuki, por favor, sálvame! - grito tan fuerte como pudo.
- no importa que tanto grites para que te salven... Nadie lo hará... - y esas simples palabras se quedaron gravadas en su memoria el resto de esa noche, y de la siguiente, y la siguiente...
Aquel hombre se había aprovechado de su débil estado y la había manoseando hasta que se harto de lo mismo.
No sabía que horribles cosas podría hacerle aquel desgraciado que parecía disfrutar cada uno de los gritos de la chica.
( • • • )
Tenía tanto miedo en ese momento, le dolía el cuerpo, principalmente sus muñecas y rodillas.
Creía que podía usar su Kosei para escapar de ese lugar, o al menos para liberarse, pero estaba demasiado débil, no había nada que ella pudiera hacer, solo resistir.
Aguantar cada maldito segundo y mantener sus esperanzas de que Katsuki iría por ella y la salvaría.
- por favor... Se que eres un idiota... Pero no te tardes más... Te necesito... - susurró llorando.
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio Kosei (Katsuki Bakugou X Oc)
Diversos"Una relación creada por un compromiso para el cual no estaban preparados, un sentimiento nacido de sus diferencias. Siempre fue difícil pensar en el amor cuando sus vidas estaban dirigidas hacía distintos propósitos y prioridades. Pero a pesar de c...