❖【CAPITULO 21】❖

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*Pov Narradora*

- ¡s-sueltame! ¡No te atrevas a tocarme con tus sucias manos de secuestrador! - en ese momento temía tanto por su vida como por su cuerpo.

Estaba atada de manos y tobillos, sus ropas estaban rotas y apenas y si lograba cubrirse.

Sus mejillas estaban empapadas en lágrimas y estaba realmente asustada, ya no sabía cuánto tiempo llevaba allí pero solo quería salir de ahí.

- entonces no quieres comer de nuevo, perfecto - se sentó en el suelo frente a ella y saco de su bolsillo una barra de chocolate - ¿sabes algo?, el chocolate es lo más delicioso que he probado en toda mi vida, ¿No quieres un poco? - acercó un trozo de chocolate a sus labios.

Ella negó con su cabeza repetidas veces, sabía lo que me pasaría si aceptaba.

- perfecto más para mí... Oh... Mejor aún, para tu novio - la peliblanca vio como el rostro y el cuerpo del chico frente a ella cambiaba y se volvía exactamente igual al del rubio que amaba - un momento, ¿el siempre hace  así verdad? - frunció el ceño imitando el molesto rostro del chico.

- no hagas eso... - cerró sus ojos - ¿P-porque estoy aquí?

- porque tuve un problema con el jefe - hablo aún imitando al rubio y refiriéndose a él.

- ¿y qué diablos tengo que ver yo con eso? - preguntó bastante molesta.

- que tú eres su punto débil... Solo por ti se arriesgaría... - dijo regresando a su forma y terminandose la barra de chocolate - como sea... Fue mucha atención por hoy.

Después de soltar una sonora carcajada salió de aquel horrible cuarto en el que ella estaba.

- K-Katsuki... Por favor... Sácame de aquí... - susurró llorando al ver que todas las luces se apagaban.

( • • • )

- Miruki - tocó la puerta repetidas veces - maldita sea... ¿Porque diablos no me abre la puta puerta?

Molesto bufo y siguió tocando repetidas veces.

- lo siento, lo siento, estaba en la ducha... ¿No quieres acompañarme? - la chica solo tenía una pequeña toalla cubriendo su cuerpo.

- maldita sea... Eres demasiado distraída - frunció el ceño - ¿No que supuestamente querías llegar virgen al altar? - preguntó confundido.

- oh... Es cierto, pero... Olvidemos eso... - tomo la mano del rubio.

Katsuki frunció el ceño y separo su mano de la cintura de la chica. No le gustaba como se estaba comportando, la conocía a la perfección y si se trataba sobre el tema de la intimidad ella no se atrevería ni siquiera a verlo a los ojos para hablar de eso, mucho menos tocarlo o provocarlo conscientemente.

- ¿Que demonios te pasa? ¿Acaso estas con calentones o que mierdas? - se separo un poco, realmente eso no le gustaba.

- no... Para nada, es solo que creo que estaría bien hacerlo, amor... - suspiro la chica.

- suficiente... ¿¡Donde demonios está!? - llevo de inmediato su mano al cuello de la chica apretándolo y haciéndola perder aire.

- s-sueltame, idiota... - su rostro cambio rápidamente a uno y luego a otro.

- lo sabía... ¡Ella nunca se atrevería si quiera a dejarme verla de esa forma, descubierta, mostrando todo su cuerpo! ¿¡Donde esta mi mujer!? - apretó su agarre.

- N-no te lo diré... ¿C-crees que soy tan tonto c-como para d-decirte donde está?... - hablo con dificultad por la falta de aire.

- ¡Habla ahora, maldito bastardo! - amenazó apretando más su agarre y creando explosiones cerca del rostro de ese hombre.

- n-no diré ni u-una palabra so-sobre ella... - llevo sus manos a la del chico intentando soltarse.

- ¡¡Te ordenó que hables, bastardo de mierda!! - frunció aún más ceño cortando casi por completo el oxígeno que entraba a los pulmones del chico.

- b-bien... Ha-hablare... S-sueltame - pidió con un hilo de voz logrando así que el rubio lo soltará.

Cayo de costado al suelo y empezó a toser, intentando recuperar el aire llevo sus manos a su cuello tocando las zonas afectadas.

- habla... - ordenó.

El levantó su mirada y trago saliva, realmente estaba en problemas.

( • • • )

- ¡No! ¡Por favor, no me toquen! ¡No me toquen! - grito moviéndose desesperada por evitar aquellas manos que intentaban tocar su cuerpo sin su consentimiento.

- vamos nena... Ambos aquí sabemos que disfrutaras mis caricias - una sonrisa torcida se formó en los labios de aquel hombre frente a ella.

- ¡No! ¡Alejese! ¡No quiero sus manos en mi cuerpo! ¡No quiero nada de ustedes! - sus rodillas, tobillos y muñecas entraban lastimada por aquellos movimientos agresivos.

- solo disfruta y ya... - susurró llevando sus manos a zonas que ni siquiera había dejado tocar o mirar ni por el mismo Katsuki.

- ¡No! ¡Por favor! ¡Ayúdenme! ¡Alejenlo de mi! - empezó a llorar desesperada - ¡K-katsuki, por favor, sálvame! - grito tan fuerte como pudo.

- no importa que tanto grites para que te salven... Nadie lo hará... - y esas simples palabras se quedaron gravadas en su memoria el resto de esa noche, y de la siguiente, y la siguiente...

Aquel hombre se había aprovechado de su débil estado y la había manoseando hasta que se harto de lo mismo.

No sabía que horribles cosas podría hacerle aquel desgraciado que parecía disfrutar cada uno de los gritos de la chica.

( • • • )

Tenía tanto miedo en ese momento, le dolía el cuerpo, principalmente sus muñecas y rodillas.

Creía que podía usar su Kosei para escapar de ese lugar, o al menos para liberarse, pero estaba demasiado débil, no había nada que ella pudiera hacer, solo resistir.

Aguantar cada maldito segundo y mantener sus esperanzas de que Katsuki iría por ella y la salvaría.

- por favor... Se que eres un idiota... Pero no te tardes más... Te necesito... - susurró llorando.

Matrimonio Kosei (Katsuki Bakugou X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora