01 El día que lo conocí

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El día que lo conocí...

Les contaré mi historia, la que tuve que callar.

Para que puedan entender mi dolor, el motivo de mi venganza...

La historia de amor que se convirtió en terror, en cólera y odio.

El motivo del porqué me arranque el corazón.

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Años antes

La vida nunca lo favorecio, hoy era el día en el que se daba cuenta de una absurda y bizarra verdad, desde que decidió buscar trabajo en la ciudad referente a su carrera solamente recibió negativas debido a su inexperiencia laboral sin embargo les trató de explicar que era un recién egresado y que en la única empresa que había trabajado era donde hizo sus prácticas profesionales.

A sus 21 años con una vida por delante, alto, ojos color miel y su cabello castaño lo hacía atractivo a plena vista.

Su mejor amigo era Sebastián Rodríguez, su compañero decidió estudiar contabilidad en la misma universidad, se conocieron por un proyecto en la empresa donde realizaba sus prácticas además de que varias veces lo había visto en la universidad.

Necesitamos gente con experiencia

Vino a su mente lo que los encargados de recursos humanos le decían, a decir verdad estaba muy desanimado pero necesitaba un trabajo rápido o de lo contrario lo sacarían junto a su abuela Estela de la casa que rentaban, porque no les alcanzaba con la pensión que la señora recibía.

Pero puedo aprender

También volvio a su mente la risa del encargado y como lo sacó a patadas de su oficina tras insistir por el empleo que deseaba.

— La vida no me puede tratar peor — se dijo asi mismo.

En ese instante un coche pasó por donde estaba él, no logró ver que había un charco de agua y en ese instante lo mojó todo.

— Maldita sea — Dijo el muchacho con molestia.

Del coche bajo un hombre un poco mayor que él por algunos años, lo miró detenidamente era alto y un poco corpulento con cabello negro, tez blanca y esos ojos azules que lo cautivaron de inmediato.

— Tengo que volver a casa para cambiarme, no van a querer recibirme así — se dijo para si mismo.

El hombre extraño se acercó a él, tenía una mirada penetrante con una sonrisa como ninguna, jamás se había enamorado a primera vista.

— Parece que te mojaste todo — se burló el hombre.

El muchacho lo observó por unos segundos y regreso su vista al coche del hombre a quien a penas había conocido hace un momento.

— No, usted me mojo todo — se defendió el chico.

— Disculpa pero no te ví, además estabas muy cerca de la banqueta cualquiera pudo haberte mojado — le dijo el hombre.

— Y tenía que ser precisamente hoy, el día en el que estoy buscando empleo — le dijo el muchacho molesto.

— Mi nombre es Alejandro Montemayor, mucho gusto — lo saludó el hombre mostrando una sonrisa igual que antes.

El muchacho dudó un poco, pero decidió arriesgarse y presentarse ante la figura intimidante del tal Alejandro Montemayor.

Lindo nombre.

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