DIEGO
La familia López es muy grande y en los últimos años había crecido considerablemente. Yo ya estaba acostumbrado a la forma de ser de cada uno de los integrantes, pero al parecer para Aristóteles todo esto era nuevo. En los pocos momentos que estuvo frente a todos, no paraban de burlarse por cómo se llamaba, apuesto que nunca en su vida había recibido tanto bullying por causa de su peculiar nombre. Yo también me había sumado al mame, pero paré cuando Temo me regañó, la verdad es que estaba disfrutando molestar a Aristóteles, ese chico no me da mucha confianza, no sé qué es lo que quiera con Temo, pero no voy a dejarle el camino tan fácil.
La fiesta de la tía de Temo había empezado hace apenas un par de horas, a ella asistieron todos los integrantes de la familia y uno que otro amigo familiar, como en el caso de mi madre y mío, ah, y del chico de rulos.
Los López siempre se han caracterizado por hacer fiestas demasiado esplendidas, no escatimaban nada, ahora sí que como ellos dicen Echaban la casa por la ventana. Aunque en la fiesta no habíamos demasiadas personas, el ambiente que la familia de Temo tenía hacia que pareciera lo contrario.
En la mesa dónde estaba sentado se encontraba mi mamá, Pancho, Temo, Aristóteles y yo. Mientras la fiesta transcurría apenas podía cruzar palabras con Temo, ya que su vecino robaba toda su atención, me encanta ver feliz a Temo, me encanta verlo sonreír, pero no me gusta que la razón de esas sonrisas sea él. Me pone feliz que Temo sonría como lo hace ahora, pues hace mucho no lo hacía, pero por otra parte los celos me consumen.
-¡Temo me acompañas adentro!-. Le grito para que logre escucharme, ya que la música estaba fuerte.
-¡Sí!-. Me contesta.- ¿Vamos?-. Le pregunta a su vecino.
-¡A solas!-. Le digo mirándolos,
-¡Ve, yo me quedo aquí con tu papá!-. Le dice Aristóteles a Temo.
-¿Seguro?-. Le cuestiona y él solo asiente.- Aquí me esperas.
Ambos se regalan una sonrisa y yo no puedo hacer nada más que morir de celos.
-¡Papancho!-. Le grita Temo a su papá.- ¡Ahorita regreso, te encargo a Aris!
Su papa solo le sonríe y le asiente, él se levanta de su asiento y me acompaña a adentro de su antes casa.
Aquí está más tranquilo, si bien sí se logra escucharse el escándalo de afuera, aquí al menos se puede mantener una conversación sin necesidad de gastarse la voz gritando.
-¿Qué pasó?-. Me pregunta un poco extrañado.
Intento contestarle algo, pero la verdad es que no tengo respuesta, solo lo traje aquí conmigo para no tener que aguantar como él y su vecino se la pasaban bien. No podía decirle que la razón por la cual lo traje acá era porque me moría de celos. Intente formular una respuesta que sonara menos mal, pero no encontraba y en lugar de contestarle algo me lance hacía él y lo abracé.
-No sabes cuánto te extrañaba-. Es lo único que puede salir de mi boca.
Aunque sea una respuesta para poder sacarme de un mal momento, nada impedía que no saliera desde lo más profundo de mí ser, en realidad si lo extrañaba más que a nada en el mundo. Él es el chico de mis sueños, a quien le dedico suspiros y pensamientos y tenerlo lejos por dos meses me hicieron darme cuenta que en realidad quiero estar con él, aunque una parte de mí sabe que eso está lejos de poder ser realidad.
-Yo también a ti, Diego.- Me responde abrazándome aún más fuerte.
Estar así con el me hace sentir paz, mis sentidos se pierden y no deseo nada más que este abrazo dure para siempre.
-¡Qué bonitos!-. Grita alguien mientras se deja ver un flash, señal de que tomaron una foto.
Cuando ambos volteamos logramos ver a Pancho y a mi mamá observándonos y sus miradas demuestran ternura.
-¡Papa! ¿Y Aristóteles?-. Le cuestiona Temo a su padre.
-Pues allá sentado ¿Dónde más?-. Le contesta Francisco mientras guarda su celular.
-Te dije que no lo dejaras solo-. Le dice Temo un poco molesto.
-Ah, era eso lo que me dijiste.- Dice Pancho, mientras se rasca la nuca.
-¿Es en serio?-. Le responde Temo y en seguida sale.
Yo no hago más que voltear a ver a mi mamá y solo me da una mirada que no necesito descifrar, ella sabe de mis sentimientos hacia Temo, sabe cada detalle de mi historia con él.
-¿Por qué no te adelantas?-. Le pregunta mi mamá a Pancho.- Te alcanzo en un segundo.
Pancho le asiente y avanza hacia más adentro de la casa.
-No era nuestra intención interrumpirlos hijo-. Empieza diciendo mi mamá acercándose más a mí.
-No te preocupes, igual no interrumpieron la gran cosa-. Le contesto.
-¿Estás celoso del nuevo vecino o me equivoco?
La pregunta de mi madre me hace cuestionarme sobre lo bueno que soy escondiendo mis sentimientos.
-¿Tanto se me nota?-. Le pregunto
-Te conozco muy bien, hijo.
-Es que, ma, es imposible no sentirme así.
-Hasta dónde sé, ellos solo son buenos amigos ¿No?
-Se supone, pero es que esas miraditas que se dan no son solo de buenos amigos.
-Tal vez estés paranoico y ves cosas dónde no las hay.
-Espero y solo sea eso.
Mi madre se limita a decir alguna palabra y solo me abraza y cuando se separa de mí me da un beso en la mejilla.
-Todo a su tiempo, hijo-. Dice mientras sus manos aun reposan en mis hombros.- Bueno, déjame ir con Pancho porque me quería decir algo importantísimo.
-¿Algo importantísimo?-. Le cuestiono muy extrañado.
-No sé de qué se trate, pero déjame ir.- Me responde mi madre separándose completamente de mí.
-Corre ve.
Antes de dejarme atrás me da una sonrisa y con ella entiendo que me brinda todo su apoyo. Mi madre se ha convertido en una pieza importante de mi vida, desde que mi padre murió ella y yo nos vimos obligados a estar más unidos, hasta el punto en que ella se ha convertido en mi mejor amiga y yo en el suyo.
******
He regresado, lamentablemente esta semana posiblemente no podré cumplir con el regalo, pero les prometo que trataré, de igual forma si no es esta semana será para la próxima, pero de que les cumplo, les cumplo.
Pd. Feliz año nuevo. Les deseo lo mejor y que cumplan todo lo que se propongan.
-Daniel Pacchiano.
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ARISTEMO. Las voces del corazón.
RomanceAristóteles Córcega se ve ligado en una guerra de sentimientos, mientras que Cuauhtemoc López debe definir sus emociones y asumir las responsabilidades que cada uno de sus acciones. Ambos lucharan contra las voces de su cabeza y las voces del coraz...