ARISTÓTELES.
[Cap. 13 "Ya no es un secreto" . Narrado por Aris]
-Tienes razón, voy al baño y aprovecho para cambiarme-. Le digo a Diego y me retiro, dejándolos a él y a Temo solos.
Decido que ir hasta el baño a cambiarme esta demás, así que en un pasillo reviso que no venga nadie y en seguida me cambio. Una vez que estoy listo decido regresar, pues dejar a Temo a solas con Diego no es una idea que me termine de agradar por completo.
Conforme me voy acercando escucho como ambos platican, mi mente no procesa las palabras que estoy escuchando, es como si solo fuesen palabras al azar.
-Voy a decirle a mi familia que soy gay-. Escucho que dice Temo cuando yo estoy a punto de entrar a la sala.
-¿Eres gay?-. Es lo primero que se me ocurre preguntar.
Siento que la pregunta en este momento está fuera de lugar, además que la hice con un tono que no debería, ahora mismo desearía regresar el tiempo y hacer que las palabras que salieron de mi boca sean borradas, pero eso es imposible.
Estoy parado a espaldas de Temo, él se ha quedado inmóvil, a quien apenas puedo ver es a Diego, su rostro ha cambiado drásticamente, lo único que puede pasar por mi mente es el pensar que si así Diego tiene su rostro, no quiero imaginar cómo está el de Temo.
El tiempo empieza a transcurrir más lento, Cuauhtémoc empieza a girar su rostro lentamente hacia mí, la expresión de su rostro me parte el alma, parece aterrorizado, esto me hace sentir culpable de cierta forma. Una lágrima recorre su mejilla y no lo pienso dos veces para ir hacía él y abrazarlo.
-Todo va a estar bien-. Es lo primero que le digo.- No tienes nada de qué preocuparte.
Quiero hacerle sentir que estoy con él, el tener una preferencia sexual diferente al resto no es nada malo, al contrario eso demuestra que eres diferente a todos, significa que eres único. Mientras lo abrazo por la cintura poso una de mis mano por su nuca y aprieto su cabeza sobre mi pecho, quiero hacerle sentir seguro, como él muchas veces me ha hecho sentir a mí.
-Lo siento-. Escucho decirle entre un pesado sollozo.
Escucharlo de esa manera y sentirlo tan vulnerable me hace querer protegerlo de todo y de todos, quiero ser quien cuida de él por siempre, aun cuando él no lo necesite.
-No tienes que disculparte por nada-. Le digo para reconfortarlo.- No has hecho nada malo.
En realidad que no había hecho nada malo, aceptarte tal y como eres no es nada malo, aceptar quien eres en realidad es cosa de valientes y debe reconocerse con los más altos honores que puedan existir.
-No tenías que haberte enterado aun-. Me dice mientras acurruca su rostro en mi pecho.- Y menos así.
Cada palabra que sale de su boca me parte el alma, no entiendo cómo es que alguien puede llegar a sentirse culpable por aceptar sus verdaderos sentimientos.
No puedo hacer más que abrazarlo más fuerte, quiero hacerle sentir que no me importa si es gay, no me importa nada que tenga que ver con su personalidad, solo me importa su amistad, solo me importa su bienestar, solo me importa él y nada más.
-Perdón-. Dice de nuevo.
No sé que hacer para que deje de disculparse, pedir disculpas es lo menos que debe hacer ahora, pues solo se pide perdón cuando hay un acto malo de por medio y aquí no hay ninguno.
-No te disculpes por nada.- Escucho decir a Diego.
Temo quiere voltearse hacia él, pero yo me aferro a sostenerlo, siento que si en algún momento lo suelto podría derrumbarse a pedazos y yo no quiero eso, quiero mantenerlo a salvo y seguro.
-Pensé que esto iba a ser más fácil-. Suelta Temo volteando hacia Diego.
Cuando escucho esas palabras salir de su boca noto que su voz suena diferente, noto además que ahora está temblando y sus lágrimas salen con mayor intensidad.
-Hey-. Logro decirle volteando su rostro hacia mí, cuando logro que sus ojos se posen sobre los míos tomo su mentón y lo levanto delicadamente, la mano que antes estaba sujetando su cintura ahora se dedica a limpiar sus lágrimas.-Todo va a ser más fácil desde ahora, para eso estamos Diego y yo.
Mientras mis manos están tomando el rostro de Temo, con la cabeza logro hacerle un gesto a Diego, dándole una señal de que se acerque a nosotros.
-Somos tus amigos y te vamos a apoyar-.Vuelvo a decirle mientras mis ojos buscan los suyos.- No tienes nada que temer.
-Temo-. Escucho que dice Diego.- Te vamos a apoyar hoy y siempre.
Mis manos bajan lentamente por el cuerpo de Temo y lo abrazo de nuevo, sé que más que solo necesitar de mi apoyo, el también necesita a Diego, su mejor amigo, así que aunque la idea no me parezca extiendo un brazo e invito a Diego a sumarse al abrazo, así que de un instante a otro los tres nos unimos en un abrazo y se puede sentir la paz que Temo está experimentando.
-Muchas gracias por todo a los dos-. Dice Temo.- Gracias por no soltarme.
-No tienes que agradecer nada-. Le contesta Diego mientas se separa del abrazo, Temo intenta hacerlo también, pero dentro de mí hay una necesidad de sentirlo, no quiero soltarlo nunca.
-Vamos a salir juntos de todo esto, Temo.- Digo para subirle el ánimo a mi mejor amigo.
-Sí, te vamos a poyar en todo.- Dice Diego para completar mi oración.
Mientras abrazo a Temo, uno de sus brazos se estiran y Diego toma su mano, ahora mientras esto sucede no puedo evitar sentir algo incómodo dentro de mí, miles de sensaciones recorren mi cuerpo, me agrada estar con Temo en este abrazo, pero que su mano este sostenida por alguien más que no soy yo es algo que nunca voy a soportar, pero en estos momentos prefiero no arruinar la paz de Temo, no después de todo lo que ya ha vivido hasta ahora.
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ARISTEMO. Las voces del corazón.
Roman d'amourAristóteles Córcega se ve ligado en una guerra de sentimientos, mientras que Cuauhtemoc López debe definir sus emociones y asumir las responsabilidades que cada uno de sus acciones. Ambos lucharan contra las voces de su cabeza y las voces del coraz...