CAPÍTULO 7. Noticias inesperadas.

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DIEGO


[Después de terminar la videollamada con Temo]

Cuando colgué la llamada no pude evitar sentirme mal, a Temo nunca antes se le habían iluminado los ojos cuando hablaba de alguien y menos de un chico. Por más que intentó ocultar sus sonrojos y sus sonrisitas nerviosas pude identificar que tal vez este empezando a sentir algo por su nuevo vecino, él tal vez aun no lo siente así, pero lo conozco demasiado y sé que tarde o temprano sus sentimientos van a aflorar y no podrá detenerlos.

Me quedo pensativo, en mi mente todo da vueltas, no sé cómo sentirme ante esto ¿feliz por mi mejor amigo porque tal vez pueda ser feliz? ¿Celoso porque es el amor de mi vida? ¿Triste porque así se esfumarían todas las posibilidades que tengo con él, por pocas o muchas que sean? Simplemente mi cabeza va a explotar, así que mejor decido meterme en mi cama y dormir, es así como muchos evaden la realidad, durmiendo.

[Tiempo después]

Han pasado 2 meses desde que mi mejor amigo se cambió de ciudad y a pesar de la distancia parece ser que nuestra amistad se fortaleció mucho, ahora hablamos más que cuando él estaba aquí en Toluca, a cada rato nos estamos mandando mensajes, a las 3:00pm sin falta tengo una llamada de su parte y a las 8:30pm no puede faltar nuestra videollamada para contarnos todo lo que nos sucedió en nuestro día.

Lamentablemente mis sospechas sobre los sentimientos de Temo cada vez parecen ser más acertadas, cada que hablamos "Aristóteles" es su tema de conversación favorito, en estos dos meses se han hecho buenos amigos, eso me pone feliz en parte porque así Cuauhtémoc no está solo en una ciudad donde todos lo señalan como el chico nuevo, pero hasta cierto punto me incomoda porque a pesar de todo mis sentimientos hacia Temo no se han desvanecido, al contrario cada vez son más fuertes.

Una llamada con número desconocido me despierta del trance de pensamientos que tengo, dudo en si contestar o no, pero al final opto por contestar.

-Diego, hola, soy yo, Temo-. Escucho decir a alguien desde el otro de la bocina.- Pensé que no contestarías.

-Estuve a punto de no hacerlo-. Respondo con una ligera risa.-Pero algo me decía que tenía que hacerlo

-Oye, tengo que decirte algo rápido-. Me dice e inmediatamente me siento preocupado, no sé por qué, pero algo me dice que tal vez sea algo malo, digo, Temo no es de esos que te marca de la nada de un número desconocido y te dice que tiene algo que decirte rápido.

-¿Estás bien? ¿Te paso algo?-. Le pregunto muy preocupado.

-Sí, Diego, tranquilo.- Me contesta.

-Ya no lo dejes con el suspenso y cuéntale-. Escucho decir a alguien más, esa voz nunca antes la había escuchado en mi vida.

-¿Estás con alguien más?-. Pregunto aún más extrañado.

-Sí, estoy con Aristóteles, de hecho el celular es de él-. Me dice Temo y siento como si una piedra enorme cayera en mi estómago.

-¡Hola Diego!-. Escucho que alguien dice a lo lejos por la bocina.

-Hola-. Digo con un tono indiferente y al percatarme de eso lo disimulo soltando una risa para nada fingida.

-Bueno, ya Diego, déjame contarte-. Escucho decir a Temo, se que el si noto mi indiferencia.

-Soy todo oídos Temístocles.

-¿Estas sentado?-. Me pregunta y en seguida me doy cuenta que la felicidad lo invade.

Estoy 100% seguro de que me soltará una noticia muy de golpe, siento como la sangre me sube y me baja por todo el cuerpo, miles de posibles noticias pasan por mi mente. La principal y más recurrente es que tal vez  se hizo novio de su nuevo vecino.

-Sí, sí lo estoy-. Le respondo con un poco de preocupación.

-¡Iré a Toluca este fin de semana!-. Me dice con un grito que casi me deja sordo de un oído.

Un peso enorme sale de mí, la preocupación se va y ahora es la alegría la que me inunda.

-¿En serio? ¡No puede ser! Pero ¿Por qué?-. Le pregunto con una sonrisa de oreja a oreja

-Es el cumpleaños de mi Tía y mi papá quiere ir a celebrar con la familia.

-Eso me emociona demasiado.- Le digo aun con la sonrisa dibujada en mi rostro.

-¿Sabes que es lo mejor?-. Me pregunta con la misma emoción.

-¿Qué?-. Le respondo, esperando a que esto todavía esto se ponga mejor.

-¡Aristóteles también irá!.- Me contesta y la sonrisa que tenia hace unos segundos desaparece por completo.

No, nada se puso mejor.

ARISTEMO. Las voces del corazón.Where stories live. Discover now