CAPÍTULO 27.2. Una hojeada hacía atrás.

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CUAUHTÉMOC.


Hablar acerca del pasado son cosas que prefiero nunca hacer, pero a veces es necesario romper las costumbres para liberarnos de todo lo que nos agobia. Hoy hace exactamente un año llegué a Oaxaca, dejando así toda mi vida detrás, hoy hace exactamente un año conocí a aquel que se encargaría de romperme el corazón en mil pedazos, hoy hace exactamente un año conocí a Aristóteles Córcega.

Al principio debo admitir que todo fue muy raro, pero conforme los días pasaron ambos logramos tejer una amistad como ninguna otra y a pesar de que los días continuaron pasando con normalidad los sentimientos que ambos desarrollabamos crecían de manera desenfrenada, podía sentir como su interés en mí era más que el de un simple amigo, él en realidad me quería, y yo, yo estaba enamorado de él, pero había un problema; Diego.

Diego fue mi primer amor, él fue magia, fue un tornado, lo fue todo en su momento, pero cuando Ari llegó la magia que Diego producía en mí se fue apagando poco a poco, el tornado que causaba dentro de mí terminó en un simple viento que arrastra apenas una hoja seca, ya no era ni la mitad de lo que un día fue para mí. Conforme Diego fue saliendo de mi corazón Aristóteles se impregnaba cada vez más en mí

ARISTEMO. Las voces del corazón.Where stories live. Discover now