Save me (Yoonmin)

Especial 2 Parte 1

12 años atrás:

Narra Yoongi:

Me encontraba desayunando solo en el gran comedor. Los sirvientes estaban haciendo su trabajo y los cocineros, preparando los próximos platillos del día.

- Buenos días señorito Min. – Me giré al escuchar aquella voz femenina.

- Buenos días noona. – Respondí casi susurrando. Ella era mi nueva niñera, por mes contrataban a una nueva, ya que, nunca se ajustaban a los estándares de mis padres. Ella parecía ser buena. Siempre me trataba bien, pero aún seguía sin tomarle demasiada confianza.

- Hoy entrará en la escuela, ¿tiene todo listo?. – Asentí bajando la mirada. Estaba demasiado ansioso, no soy bueno hablando con las demás personas.

- ¿Papá y mamá no vendrán?. – Pregunté rogando por una respuesta afirmativa, pero mis esperanzas cayeron, al ver su mirada triste.

- Lo siento señorito, tuvieron una reunión y...

- Y tuvieron que salir a último minuto... - Completé su frase dando un suspiro.

- No se ponga así...si quiere podemos ir por un helado cuando salga. – La miré y sonreí asintiendo.

Al acabar, tomé mi pequeña mochila y ambos nos dirigimos a la salida. Subí en la limusina y partimos a aquel lugar. En cuanto llegamos mi cuerpo se tensó, había niños corriendo por todos lados. Algunos gritando y riendo y otros simplemente haciendo un escándalo por no querer separarse de sus padres...padres...todos estaban junto a ellos...

Bajé del vehículo junto a noona y caminamos a la entrada. Tomé un dedo de su mano con la mía, ya que, no alcanzaba a cubrir más. Ella fijó el agarre suavemente y nos adentramos. Luego de que mi niñera hablara con varias mujeres, entramos a un pequeño salón con mesas y sillas. En un sector había algunos juguetes y muchos dibujos en las paredes.

- Señorito ¿porqué no elige un lugar?. – Asentí y me encaminé a una mesa cercana al gran ventanal. Me senté en la pequeña silla y abracé mi mochila contra mi pecho. – No se preocupe, sé que estará muy bien. Ya debo irme, las clases comenzarán. Sea bueno y preste mucha atención. – Asentí nuevamente, presionando la tela de la mochila. Vendré por usted a la salida. – Dejó un casto beso en mi frente y se dirigió a la puerta.

- S-Suran-noona. – Hablé y ella volteó extrañada. – N-no olvide el helado ¿si?. – Me dedicó una tierna sonrisa.

- Claro que no, le compraré uno enorme. – Y con eso último, salió. Respiré tratando de tranquilizarme.

Con el paso de los minutos, el pequeño salón comenzó a llenarse y con ello, el ruido fue en aumento, hasta transformarse en un bullicio de risas y gritos. Suspiré y me encogí más en mi lugar.

En el momento en el que la profesora entró, todos hicieron silencio y realmente agradecí eso. Saqué un pequeño cuaderno con dibujos de aquel oso negro y mejillas rojas, sonreí un poco y comencé a dibujar lo que la mujer sentada en su silla, había pedido.

Cada niño, se acercaba al gran escritorio y luego de dejar su trabajo corrían hacia los juguetes. Cuando acabé me levanté y al estar frente a la mujer, me coloqué de puntitas y dejé mi dibujo sobre la mesa.

- ¿Porqué no juegas con los demás?. – Me dijo en voz baja y hablando suavemente. Asentí y me acerqué al tumulto de chicos.

Algunos jugaban con carros, otros con legos y otros simplemente hacían ruidos raros con un par de muñecos. Suspiré y caminé hasta el baúl de color azul, tomé algunos legos y me senté un poco alejado de los demás. Recordé haces unas semanas, cuando jugué con papá y sonreí. Luego de un par de minutos, algunos niños se me acercaron.